• Del 21 al 24 de julio, en Ciudad de México, la Conferencia Anual de la AIECS
• Mejor lugar no pudieron elegir: aquí el periodista vive al filo de la navaja

La Conferencia Anual de la Asociación Internacional de Estudios en Comunicación Social, programada para celebrarse en Ciudad de México, del 21 al 24 de julio venidero, tiene una trascendencia fundamental y coyuntural, en momentos en que los comunicadores, particularmente los reporteros de los medios impresos y electrónicos que se dedican a cubrir la guerra del narcotráfico y el crimen organizado afrontan riesgos y peligros para su vida y la de sus familias y las empresas para las que trabajan. Y para que no queden dudas, este viernes pasado, un fotógrafo murió y una periodista resultó herida de gravedad, después de que ambos fueron atacados a tiros por desconocidos en Iguala, Guerrero. Fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado informaron que los periodistas viajaban la noche del viernes en una motocicleta, cuando desde otra moto dos presuntos sicarios dispararon contra ellos. Paul Ibarra Ramírez, reportero gráfico del diario "El Correo" de Iguala, y especializado en cubrir noticias policiacas, murió en el acto, mientras que la periodista Liliana Marchán Arroyo, del "Diario 21", quedó gravemente herida. Ambos se dirigían a sus hogares tras haber cubierto una noticia en el anfiteatro de Iguala.
De acuerdo con las estadísticas de la Organización No Gubernamental de corte mundial, "Article XIX", dedicada a la defensa de la libertad de expresión y de información, en 2007 en México fueron asesinados cinco informadores y 13 más en 2008. Pese a que México cuenta desde 2006 con una procuraduría especial para atender los delitos contra periodistas, con una comisión de seguimiento de las agresiones en el Congreso, y con un programa de agravios en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) desde 1991, el país es uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo. Periodistas mexicanos han tenido que refugiarse en Texas, tras ser amenazados de muerte en Ciudad Juárez y están en proceso de que el gobierno estadounidense les otorgue asilo político, porque ciertamente no pueden ya vivir ni trabajar en México, donde con toda seguridad no estarían contando ahora sus vicisitudes. Entre los que han decidido pedir asilo al gobierno de Obama están Emilio Gutiérrez Soto, Jorge Luis Aguirre (director del medio informativo digital La Polaka.com, de Ciudad Juárez), y quien se trasladó a vivir a El Paso tras haber recibido numerosas amenazas de muerte. La última de estas amenazas, y la que precipitó su huida, fue recibida en su teléfono celular la noche en que era enterrado el periodista Armando Rodríguez Carreón, quien fue acribillado el 13 de noviembre del 2008 en Ciudad Juárez por un hombre que le disparó en 10 ocasiones con una pistola 9 milímetros. Por su parte Ernesto (quien pidió no revelar su apellido), fotógrafo de un rotativo, señaló que recibió llamadas en las que le indicaban que estaba en una lista de "ejecutables", y le pedían entre cinco a siete mil pesos para retirar su nombre de esa lista.
De acuerdo con Annabelle Sreberny, presidenta AIECS, es muy pertinente que la Conferencia 2009 de la AIECS en México tenga como objetivo los derechos humanos, que constituyen un tema clave en el desarrollo político, social y económico, reconocidos alrededor del mundo tanto en su ausencia como en su aplicación. Para los campos de estudio y compromisos académicos y prácticos de la AIECS, las cuestiones alrededor de los derechos humanos son particularmente agudas. En muchos países, periodistas y otros profesionales de los medios son tratados bajo severos límites en materia de expresión. Los derechos informativos y de privacidad son violentados en la era digital. Los derechos sobre la propiedad intelectual son un lugar de confrontación entre el capital y la creatividad. Un largo debate de carácter filosófico y legal se ha dado alrededor del significado y la práctica del "derecho a comunicar". En sociedades multiculturales y en un ambiente globalizado, la libertad de expresión ejercida por algunos confronta las sensibilidades culturales de los otros, algunas veces con consecuencias violentas.
El derecho a comunicar incluye derechos y obligaciones a nivel individual, institucional y colectivo. En el ámbito individual, implica el derecho a informar y a ser informado, a la protección de la privacidad, a la libertad de movimiento, al derecho de asamblea, a la libertad de opinión y de expresión, y al libre acceso a la información. En el institucional, implica el derecho a publicar, al libre acceso a fuentes de información, y a mantener el secreto profesional. En el colectivo, implica el derecho al flujo libre y equilibrado de información, el derecho a preservar la integridad cultural, el derecho al intercambio cultural y el derecho de réplica. (Servaes, 1998). Asimismo, este derecho incluye el derecho de las personas de acceder y operar cualquier medio de comunicación (Acuerdos de San Andrés).
Por todo ello, los organizadores de la Conferencia consideran que la paz, la democracia y el desarrollo sólo serán realizados si se garantizan los principios de la comunicación como un derecho humano; esto es, el derecho a la comunicación de todas las personas. En consecuencia, es imperativo promover el análisis, la discusión y la formulación de estrategias y políticas de comunicación e información desde la perspectiva de los derechos humanos. Es una responsabilidad imposible de aplazar. En concordancia con los principios generales que inspiran a la AIECS, los objetivos principales de la conferencia que tendrá lugar en México, son:
Promover el debate en los distintos temas que están alrededor de los Derechos Humanos en nuestras sociedades, en relación con los estudios de comunicación y medios, entre los cuales están: el derecho a la comunicación, la libertad de expresión, el derecho a la información, la igualdad en los beneficios del desarrollo tecnológico, la participación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisión relacionados con las políticas de comunicación e información, la promoción de la diversidad cultural por parte de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, el acceso de los grupos sociales que históricamente han sido excluidos de la esfera pública a las herramientas de comunicación –mujeres, indígenas y jóvenes, entre algunos de ellos- , y la protección y confidencialidad de la comunicación. Bienvenidos, amigos congresistas. Tendrán aquí mucho quehacer.

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