APUNTE LIBRE
PELIGRA EL CERRO DE LA SILLA
Asael Sepúlveda

La escena era de película. Un trailer que cargaba una gigantesca máquina Caterpillar ruedas de oruga, quedó detenido a media subida por la calle Camino de la Montaña. Y no se detuvo por falta de potencia ni por fallas en el motor. Lo que lo detuvo fue un ama de casa de la Colonia Cortijo del Río, harta de que las autoridades regiomontas se hagan de la vista gorda ante la destrucción del Cerro de la Silla.

En efecto. Lo que pudiera ser el último pulmón verde de Monterrey desaparece lentamente ante el afán de ganancia de los mal llamados desarrolladores y la alegre complacencia de autoridades que bailan sobre la ley.

El cañón del Huajuco, que une Monterrey con la zona citrícola está pasando de ser un corredor verde a ser una placa de asfalto y deterioro ecológico. La muestra más reciente se está dando junto a la colonia Cortijo del Río, en donde una empresa inició en diciembre la construcción de una colonia privada para poco más de cuatrocientas casas, con una sola entrada y salida para todo el complejo.

Autorizada durante la administración del Alcalde Felipe de Jesús Cantú, los trabajos de Privadas del Pedregal quedaron detenidos por falta de estudios de impacto vial y de hidrología. Durante la administración de Ricardo Canavati, la empresa fraccionadora reanudó el desmonte, pero ante la presión vecinal, a los pocos días la autoridad frenó los trabajos. Un juez federal se negó a autorizar el reinicio del desmonte.

La empresa fraccionadora alegaba cumplir con todas las leyes. Cuando menos la Ley de la Gravedad se cumplió al pie de la letra, pues en 2005, ante los desmontes, toneladas de agua y lodo hicieron destrozos en las colonias vecinas.

A la fecha, sigue sin existir un estudio de impacto vial para autorizar la colonia, pues no hay perito que se atreva a avalar con su firma un absurdo como el que pretende Privadas del Pedregal. Tampoco hay estudio hidrológico, indispensable dado que en al área a construir hay pendientes de más 45 grados, lo que ocasionará que al no haber árboles, las aguas de lluvia fluyan a gran velocidad calles abajo, en vez de absorberse hacia los mantos acuíferos.

Pero todo esto le pareció poco a los funcionarios de la administración Maderito, que alegremente firmaron los permisos durante su año de Hidalgo. De ahí la indignación de la vecina que el miércoles pasado bloqueó el paso de maquinaria pesada. Y como lo Cortés no quita lo Cuauhtémoc, al poco rato dejó pasar el trailer, para que no se dijera que combatía una ilegalidad con otra.

Desde entonces, los vecinos han empezado a tomar acciones de nueva cuenta para defender el Cerro. Y para defender la ley, la misma que las autoridades juraron cumplir y hacer cumplir.

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