502 23 de marzo de 2010 |
La especulación de terrenos en NL David González Cantú Debo aclarar que no soy historiador, no pertenezco al club de los cronistas oficiales, no he recibido becas para hacer biografías en España, ni siquiera sé dónde queda la escuela de la UNI donde se sientan los que estudian para ser historiadores. He conocido algunos que como yo investigan y elaboran materiales que sirven para orientarnos sobre algunos hechos que se dieron en el pasado. Saludos al maestro Erasmo, en quien he visto esa fiebre en los ojos al relatarme historias del Nuevo León próximo pasado, que animan a continuar conociendo esos pasajes o personajes.
Mi experiencia en la búsqueda de información histórica, se concreta a un clavado en el Archivo Histórico del Estado, en el Archivo Histórico de Santa Catarina, el Archivo Histórico de Coahuila, el Registro Público de la Propiedad, y algunos baúles viejos de la Comunidad de la Ciénega, en la sierra de Santiago, todo esto para buscar antecedentes de la propiedad de la comunidad de unos terrenos, la cual pretendía “robarse” la Sra. Ninfa Clariond Reyes Retana, quien al final de cuentas no pudo despojar a los comuneros de sus terrenos. Esa es una historia larga, por eso se logró publicar un libro semiclandestino, que solamente es de interés de los comuneros, y que no viene al cuento.
El trabajo es buscar, pues entre documento y documento te encuentras historias así. En el Archivo Histórico del Estado existe la sección de planos y mapas del estado, documentos que nos ilustran sobre cómo ha sido el manejo de las propiedades y las tierras en el Nuevo León antiguo. Ahí se encuentran unos planos que nos ilustran que este ecocidio que pretenden hacer los señores del dinero con La Pastora no es el primero, los nombres no vale la pena mencionarlos, sólo dejar constancia que los apellidos de la gente “decente” han estado relacionados con estos dos casos que quiero referir, dos proyectos que transformarían la geografía de la ciudad.
El primer pretencioso de la historia de Nuevo León, fue el que llamó a veinte jacales de lodo, Ciudad Metropolitana de Monterrey; después de eso se han hecho muchas grandezas: grandes plazas y macro brigadas, gran brigada de corte de pelo, o cosas por el estilo. Así, en 1924 un gobernador interino presentó los proyectos del Gran Parque Obispado y Gran Parque Anáhuac. El primero se ubicaría sobre el Cerro del Obispado y abarcaría desde las vegas del río Santa Catarina al sur, al poniente San Jerónimo, al oriente lo que hoy es Venustiano Carranza y al norte colindaría con el Hospital Universitario y frente a éste se construiría la nueva estación del ferrocarril. El trazo de los andadores es el mismo que tienen las calles actualmente y se regaría con los ojos de agua del mismo cerro en amplias calzadas arboladas. Este proyecto no se desarrolló por la especulación de los terrenos y al final terminó en una colonia exclusiva de gente pudiente, y una primera etapa de un fraccionamiento “moderno”, colonia Las “Mitras”, que canceló la terminal ferroviaria y el parque.
El Gran Parque Anáhuac abarcaría desde lo que hoy es avenida Ruiz Cortines, al sur; Calzada Bernardo Reyes, al poniente; Avenida de la Juventud, al norte; y llegaría hasta los ojos de agua del Nogalar. El trazo de la colonia Anáhuac estaba contemplado como las avenidas del Gran Parque y se regaría con agua de los ojos de agua del Topo Chico y del Nogalar. Este proyecto fue mutilado por el campo militar, y las industrias que se asentaron en su interior, pues habrá que recordar que el General Almazán fue el dueño de la constructora Anáhuac y se apropió de estos terrenos.
La especulación de terrenos en el área metropolitana ha generado jugosos ingresos a quienes combinan las relaciones políticas, accesando a información privilegiada, especulando con terrenos que posteriormente por medio de estas relaciones servirán para un “Gran Estadio”, o casas, o cualquier cosa que pueda ser comercializada.
Pero en este caso de La Pastora es insultante, vergonzoso y descarado que los señores del dinero quieran que el gobernador les regale un terreno que pertenece a toda la población para hacer dinero; ¿o será que estos señores pusieron a una presidenta municipal y a un gobernador a modo para apropiarse de estos terrenos?
Por último, quisiera que alguien me explicara a dónde van o qué hacen los capitanes de empresa que antes mandaban aquí, cuando venden (abandonan el barco) sus empresas a extranjeros y nos dejan sin su iluminación, subirán de clase y se vuelven aristócratas, o siguen soñando con (por lo menos) seguir siendo gatos de los imperios.
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