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25 de marzo de 2010
15diario.com  


 

ANÁLISIS A FONDO

Y ahora qué

Francisco Gómez Maza

  • Puras palabras, puras, el narco seguirá ad ovum
  • Combatirlo no es “enchílame otra”; es muy complejo

 

mazaimgPara Jaime, en el 84 aniversario de su nacimiento

 

De pisa y corre, se reunió el llamado Grupo de Alto Nivel México – Estados Unidos, pero si con más pena que gloria. Puros buenos deseos, puros buenos propósitos, y fuera de la realidad. Como siempre, los políticos hablan de lo que quisieran que ocurriera, no de cuestiones concretas, no de puntos claros, sino de puras generalidades. Quizá lo más novedoso, pero al fin, sólo un buen verbo: que Estados Unidos, en voz de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, reconoció su responsabilidad en la guerra antidroga porque la demanda de narcóticos en su país y el tráfico ilegal de armas alimentan la violencia en México. Pero de ahí no pasó, ni pasará. Al tiempo lo veremos. Y mientras el edificio de la Cancillería Mexicana, en pleno centro histórico, resonaba con discursos y buenos propósitos, en el país se contabilizó la treintena de ejecuciones promedio. Ayer asesinaron a 36, de los cuales once cayeron en la propia Ciudad Juárez. Las bandas del crimen organizado (?) no se detendrán por la sarta de palabrería surgida de la boca de la señora Clinton. Sus sicarios le tienen tomada ya la medida tanto al gobierno mexicano como al de Barack Obama.

 

Y si Estados Unidos tiene responsabilidad por la violencia en México, la pregunta que surge es cómo van los estadounidenses a parar el contrabando de armas hacia México, si su legislación permite que cualquier hijo de vecino compre un arma en cualquier armería de cualquier ciudad, pueblo o comunidad del vecino país, y de esas tales armerías salen los cargamentos de armas hacia México, muchas veces con la complicidad de autoridades tanto estadounidenses como mexicanas. Y cómo van a enderezar a la chaviza que gusta de consumir drogas porque anda desorientada en las calles de las grandes y pequeñas ciudades estadounidenses, sin rumbo fijo, sin educación, sin familia, o con familias disfuncionales. El trompo que Hillary y los funcionarios estadounidenses se echaron (bueno, dicen que se echaron) a la uña tiene la punta muy filosa. No es cuestión de “enchílame otra”. El asunto es complicado, complejísimo. Por qué no se preguntaron,  analizaron, cuál es el verdadero origen del narcotráfico, aparte de la demanda de estupefacientes y del contrabando de armas. Por qué no se preguntaron si los auténticos padrinos de las bandas no están en México, sino en el propio corazón del Imperio. Y es que el comercio ilegal de drogas es más importante que el comercio formal de petróleo crudo, de gasolinas, de manufacturas, de materias primas legales. Deja mucho dinero contante y sonante a poderosos personajes del sistema financiero y político del establecimiento estadounidense. Y así, los buenos propósitos de doña Hillary no pasan de ser eso: buenos propósitos.

 

En la Reunión de Alto Nivel, las autoridades de México y las de Estados Unidos acordaron (con una ingenuidad supina) iniciar una nueva etapa en la cooperación antidroga que incluya aspectos sociales y económicos. Uf. A quién le importan la pobreza, el hambre, la falta de oportunidades, la exclusión de los millones de mexicanos y estadounidenses que no forman parte del cortejo de poderosos que se sirven de las riquezas de la naturaleza con la cuchara grande, porque se sienten dueños de ella. A los pobres que “se los coma el chucho”, como dicen en mi datcha. Clinton ofreció una “nueva etapa”, una “estrategia amplia", que según ella estará enfocada en cuatro áreas: desmantelamiento de las organizaciones del narcotráfico; fortalecimiento de las instituciones de seguridad; desarrollo de una frontera segura y competitiva y fortalecimiento de la cohesión social en comunidades de los dos países.

 

En menudo lío se meten las autoridades estadounidenses. Pareciera que no tienen ni idea de lo que dicen y me menos de lo que se comprometen. Y para muestra, un botón. A estas alturas del partido, cuando van ya más de 19 mil muertos, según confesaron las autoridades en la reunión de ayer (bueno, los muertos que importan realmente son los tres vinculados con el consulado estadounidense en Ciudad Juárez. Al resto, que se lo manduquen los zopilotes y los animales carroñeros), los funcionarios anunciaron “nuevo enfoque”. Dicen que realizarán un estudio binacional sobre el consumo de drogas ilícitas en cada uno de sus territorios para tener una idea precisa y actual de las tendencias. Qué. ¿Tal estudio no está hecho todavía, a pesar de que Estados Unidos mantiene agencias de investigación presuntamente muy eficientes como la Drug Enforcement Agency, o la propia Secretaría de Salud del gabinete de Obama, por mencionar quizá las más importante? En México, por ejemplo, sabemos que hay aproximadamente unos seis millones de enfermos de alcoholismo. Y en el 2000 podía contabilizarse en todo el mundo las siguientes cifras de adictos: Heroína. 8,000,000; cocaína, 13,300,000; Alucinógenos, 25,500,000; Amfetaminas, 30,200,000; Marihuana, 141,200,000;, y Sedantes, 227,400,000, según los registros de la Organización Mundial de la Salud.

 

En la Reunión de Alto Nivel acordaron también acciones que han probado su ineficiencia e ineficacia. planes piloto contra la violencia en ciudades fronterizas de ambos lados: Tijuana-San Diego y Ciudad Juárez-El Paso, para fortalecer las capacidades institucionales en cada una de las localidades, y promover el desarrollo económico y social. Ilusos. Es lo que emprendió desde hace algunas semanas el presidente Felipe Calderón con su programa “Todos somos Juárez”, y la violencia en Juárez no sólo no ha amainado, sino que se ha recrudecido. Lo bueno es que los acuerdos son parte de la “renovación” de la llamada Iniciativa Mérida, lanzada en el 2007 para proporcionar equipo y capacitación a México a fin de que aumentara su capacidad policiaco-militar contra los carteles de las drogas. Pero si la tal Iniciativa Mérida ha servido lo que servía en sus tiempos la “Carabina de Ambrosio”. Para nada. Con Iniciativa Mérida o sin Iniciativa Mérida, la violencia sanguinaria continúa y continuará por los siglos de los siglos amén, porque las autoridades de ambos países no hablan en serio. De veras. No hablan en serio. Sólo lo hacen para la foto, para las cámaras de las televisiones. Para ganar votos aquí y allá.

 

Que Barack Obama trabaja para reducir la demanda de drogas en Estados Unidos, según dijo Clinton. Seguramente Obama ya conoce los programas de recuperación de un adicto. Ha ido a una reunión de Alcohólicos Anónimos, de donde se derivaron los grupos de Drogadictos Anónimos, y ya ha leído la literatura en la que se habla de que la recuperación de un adicto nunca se dará si éste no toca fondo y si no quiere dejar de consumir. Sin estas condiciones – tocar fondo y querer dejar de beber o consumir drogas -, el adicto está perdido. Su destino es la cárcel, el manicomio o la muerte prematura. Y la oferta de drogas ilegales continuara por siempre, mientras los adictos, sean mexicanos o europeos, o asiáticos, o estadounidenses, no toquen el fondo de sufrimiento y no quieran salir del hoyo. Y los vendedores de armas seguirán haciendo su agosto. Y los padrinos asentados en el Club Bilderberg seguirán amasando fortunas. Y el Sistema Financiero estadounidense segura engordando haciéndolo de lavandera de dinero sucio. De esto no hablaron, y es de esto de lo que deberían de haber conversado este martes en la Cancillería mexicana.

 

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