9 de agosto de 2010
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ANÁLISIS A FONDO Los adictos son enfermos Francisco Gómez Maza
No pueden recuperarse solos Menos por medio de las armas
Muchos grupos de rehabilitación de adictos han copiado el programa de recuperación de Alcohólicos Anónimos y han tenido grandes éxitos. Es el caso de Drogadictos Anónimos o Narcóticos Anónimos, o Comedores Compulsivos, o Neuróticos Anónimos. En la actualidad existen diversas alternativas para la rehabilitación de la drogadicción. Las balas son un camino perdido, fallido. Lo hemos reiterado una y mil veces. No conducen más que al fracaso y los costos en recursos financieros y en muertes de ciudadanos son tan grandes, que la sociedad, entendida ésta como el Estado, tiene la obligación de tomar conciencia de que cualquier adicción, a lo que sea, y en este caso a las drogas ilícitas, no se cura con violencia, ni con encarcelar a capos o a narcos o narco menudistas, y menos encarcelarlos, pues encarcelados hacen de la cárcel su búnker y sus oficinas para continuar controlando sus perversas operaciones, al amparo de la corrupción y la impunidad. Ni policías únicas, ni operativos policiaco militares, ni iniciativas Mérida, acabarán con la demanda de estupefacientes.
Urge pues echar a andar la imaginación y no van a descubrir el agua tibia, que ésta ya la descubrieron hombres sabios desde 1935 cuando estuvo en auge la prohibición del alcohol en los Estados Unidos y fundaron una comunidad que ofrece un programa de recuperación no tanto para quienes lo quieren sino para quienes lo necesitan. Los adictos que no quieren recuperarse consiguen la droga a cualquier precio y los ganones son los narcotraficantes, independientemente que se vean acosados por las fuerzas de seguridad.
Prolongados años de experiencia, han convertido a la opción de los grupos de Alcohólicos Anónimos y sus derivaciones, como los Drogadictos Anónimos, en una opción eficaz, gratuita y digna para hombres, mujeres y niños que tienen problemas con el uso de drogas. Innumerables estudios afirman que desde los años veinte y en mayor medida a partir de los años cuarenta se dio un incremento muy significativo en el consumo de drogas y que llevó a los gobiernos a tomar medidas para solucionar dicha problemática. Con esto aparecieron diversos modelos de atención y prevención.
Y hasta el día de hoy, la sociedad y los gobiernos aún discuten cómo es y cómo debería ser el tratamiento para la rehabilitación de las adicciones, cuando el Papa Juan Pablo II declaró que Alcohólicos Anónimos era el milagro del siglo, porque ha permitido rehabilitar a más alcohólicos y drogadictos que la represión y la cárcel. En este sentido, los gobiernos, y en particular en nuestro caso, el gobierno de Felipe Calderón, a través de sus instancias educativas y de salud, e inclusive policiales, deberían de acercarse a la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos para conocer la metodología, la filosofía e inclusive la teleología y la teología del Programa de Recuperación de adictos y hacer una campaña de cooperación con los grupos tanto de Alcohólicos Anónimos, con una experiencia de más de 75 años, y a los grupos derivados de estos, que se dedican a la rehabilitación de adictos a las drogas.
En aquellos años aciagos de la prohibición en Estados Unidos surgieron los inmemorables grupos Oxford mano que meció la cuna de Alcohólicos Anónimos y su programa de recuperación de los Doce Pasos, en el que la idea fundamental consiste en que un problema individual de adicción puede resolverse con ayuda de otros que comparten la misma problemática y que, para rehabilitarse, necesitan de un cambio radical tanto en juicios como en actitudes.
Dicho programa, arribó a México en 1946, once años después de su fundación en Estados Unidos, con un grupo en Monterrey y otro en la Ciudad de México.
El modelo, fundamentado en los 12 pasos de recuperación de Alcohólicos Anónimos, consiste en la liberación de todos los conflictos emocionales, mediante catarsis (logoterapia y apadrinamiento) en sesiones grupales donde las personas van concientizando su sufrimiento y conflictos, con el fin de tener una superación, guiados por otra persona que a su vez ha superado al adicción. Además, imparten talleres de panadería lo que permite al beneficiado incorporarse a la sociedad de manera productiva, y generar recursos para la operación del centro. Asimismo, realizan deporte con la celebración de unas mini olimpiadas, talleres de lectura, obras teatrales y concursos de canto, éste último a nivel nacional. En los albergues se les proporciona alimentación, hospedaje y vestido en algunos casos. Cuentan con 32 centros en 15 estados de la República Mexicana beneficiando aproximadamente a dos mil personas. El DF cuenta con cuatro centros donde se atiende a alrededor de 250 personas. Es muy importante, durante la rehabilitación, que se involucre la familia para que el trabajo sea integral.
Para mayor información, querido Felipe, Drogadictos Anónimos tiene su sede en Avenida Andrés Molina Enríquez 4356 Bis, colonia Viaducto Piedad, con el teléfono 55 30 46 15 y la Central Mexicana de Alcohólicos Anónimos puede consultarse en http://www.aamexico.org.mx/
http://analisisafondo.blogspot.com analisisafondo@cablevision.net.mx http://lacomunidad.elpais.com/analisisafondo/2010/8/8/analisis-fondo-adictos-son-enfermos
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Me va a disculpar el presidente Felipe Calderón, pero el único camino viable para luchar contra las bandas del crimen organizado dedicadas al narcotráfico es la prevención y la rehabilitación de los adictos. He dicho hasta el cansancio que las balas nunca acabarán con la producción, el beneficio, el trasiego de drogas y que sólo encarecen el mercado. Es legítimo y hasta una condrito sine qua non darle la vuelta a la hoja de la violencia y de la persecución e imaginar alternativas eficientes y eficaces para librar a la sociedad de la carga de la droga, de la violencia y de la muerte. Esto lo han comprobado hasta la saciedad comunidades como Alcohólicos Anónimos, cuyo programa de recuperación ha sido, si no la panacea, un camino seguro para que cada vez más adictos a la droga del alcohol se recuperen y se integren al rebaño humano, vuelvan a ser ciudadanos del mundo, se recuperen a ellos mismos y recuperen a su familia y un lugar honorable en la comunidad de hombres y mujeres. 
