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4 octubre 2010
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Francisco el valiente
Armando de León Montaño

En mucho soy la antítesis de Francisco de Asís, el monje cristiano medieval cuya fecha de nacimiento se conmemora hoy 4 de octubre. Y afirmo lo anterior no porque a veces me comporte como un diablo o porque atente contra la naturaleza como hacen miles de personas (recuérdese que Francisco es el “patrono de los ecologistas”), sino por ciertos dichos y actitudes que este místico convirtió en proverbiales y que difícilmente aplican en la vida de las personas.

“Todo me pertenece”, decía el santo, mientras que yo, desde tiempos del salinato, tengo la extraña sensación de que nada me pertenece, pues este ex presidente me incautó hasta la guitarra por un adeudo mínimo con Hacienda (menos mal que no pudo quitarme la música, les digo en son de broma a mis amigos). Me consuela saber, sin embargo, que en un mundo en el que nada tengo -materialmente hablando- he llegado a tomar decisiones importantes por lo menos en lo que a mi libertad de pensamiento concierne.

Cumplí con el servicio militar, mientras que Francisco lo evadió “por cobarde”, según insinuó Franco Zeffirelli en la cinta Hermano Sol, hermana Luna, razón por la que mejor optó “pegarle al santo” en tiempos en el que su patria estaba en guerra y era requerido como soldado. El truco le funcionó muy bien. Más tarde, sin embargo, encaró al Papa debido a la actitud metalizada de la Iglesia, acción por la que merece que se le deje de confundir con un cobarde. Hoy quisiéramos ver esa actitud desafiante en muchos de nuestros sacerdotes, a fin de recordarle a la institución eclesial cuáles son las verdaderas enseñanzas de Cristo.

Me viene el recuerdo de Francisco cuando alguien elude el servicio militar, habla con animales, les brinda protección, o vive en la pobreza de Cristo y es feliz, profese o no la religión. Cualquiera de ellas.

Aunque no iría descalzo por el mundo, me siento más pobre que Francisco, que “todo lo llegó a tener” dentro de su miseria real.

Quizás sea cierto entonces que cuando se tiene a Dios se tiene todo, como teóricamente le pasó a Francisco, un valiente cristiano que hizo mucho por los desamparados del mundo, como contados hombres y mujeres lo han llegado a hacer.

Que su recuerdo viva para siempre.

 

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