669 16 Noviembre 2010 |
DIARIO DE CAMPO El principal obstáculo para poder establecer un diálogo factible entre la ciudadanía guanajuatense opositora al proyecto de urbanización de los bajos del cerro de La Bufa, y las autoridades municipales de Guanajuato capital, es el uso recurrente a la mentira y a la descalificación que estas últimas han establecido como uso y costumbre estos últimos meses. Desde el principio la autoridad ha tachado a los ciudadanos opositores de desinformados, de falaces, de argüenderos, de acarreados, de oportunistas políticos, y de no sé qué otras cosas más. No me he dedicado a coleccionar los adjetivos que nos han endosado, pero son muchos, algunos rayando en el insulto y la calumnia, como sucedió en el caso del ingeniero Guillermo Smith, contra quien el alcalde ha lanzado graves acusaciones que nunca se ha preocupado en probar. No se me ha olvidado el insulto con que culminó su informe: “patanes”; así nos calificó. Pero los insultos resbalan, pues no califican al destinatario sino al emisor. Así lo hemos entendido en “Guanajuato somos todos” y hemos establecido como política el respeto por la dignidad de las personas y las investiduras. No así a las decisiones que han tomado esas personas y autoridades. Las acciones sí son dignas de ser atacadas, criticadas y contrastadas con ideas frescas, con propuestas y con el ejercicio del debate intenso y enérgico. Doy un ejemplo reciente de nuestra actitud: hace unos pocos días el empresario constructor se quejó con los administradores de nuestra red social en Facebook sobre algunas imágenes que empleaban el logo de su empresa y su nombre. Entre los casi cuatro mil miembros del grupo “Guanajuato somos todos” hay varios artistas y creativos que suben imágenes y caricaturas, algunas de ellas muy duras y directas. Así puede ser el arte: extremo y hasta ofensivo. Cecilia Barrera y Alfredo Segura, nuestros fundadores, decidieron atender la solicitud respetuosa del aludido y eliminar los materiales que consideró ofensivos. La gran mayoría del grupo aplaudió la medida. Seguiremos atacando las intenciones del proyectista, así como la decisión tomada por las autoridades, pero no insultaremos a las personas. Ayer mismo el crispado alcalde fue desmentido por Francisco Vidargas Acosta, subdirector de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia, quien declaró a Carlos García, corresponsal de La Jornada que “el organismo internacional está muy preocupado (…) ante el riesgo de que las construcciones afecten el entorno ambiental y provoquen una merma al valor universal de la ciudad de Guanajuato como Patrimonio de la Humanidad.” Y remata: “no sólo es falso que las autoridades locales hayan convocado a la UNESCO, sino que el munícipe priísta ni siquiera sabe el nombre correcto del director del Centro del Patrimonio Mundial del organismo multilateral”. Así no vamos a lograr construir acuerdos mínimos sobre nuestra ciudad y su destino. Cuando se acude sin embozo a la mentira, estamos condenados a no creerle nada a nuestra autoridad municipal. Así no se puede… Antropólogo social. Profesor investigador de la Universidad de Guanajuato. luis@rionda.net – www.luis.rionda.net - rionda.blogspot.com
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