669
16 Noviembre 2010
15l
 


 

Naco y Monsi es chido
Luis Valdez

A inicios de este año le pregunté vía facebook a Armando Vega Gil cuándo proyectarían en Monterrey el documental Naco es chido, sobre la desintegración del grupo musical Botellita de Jerez.

Me contestó que es un documental ficción y que no lo podían distribuir por problemas de derechos de música con la disquera, por lo que aprovechan para proyectarla cada que van a algún lugar a dar un concierto. Este noviembre de 2010, por fin llega la película a Monterrey en un festival de rock y cine.

Debido al auge del género musical Guacarrock (mezcla de Aguacate y Rock), esta agrupación logró reconciliar al mexicano promedio, hijo de la chingada, producto de la revolución, consumidor de películas de Pedro Infante, luchas de Santo y Blue Demon, con su naturaleza de Naco. El documental de los botellos se apoya con testimonios de escritores de la talla de Carlos Monsiváis y Laura Esquivel, la fotógrafa Lourdes Grobet, protagonistas de los medios informativos como Ricardo Rocha y Carlos Loret de Mola, actores como Demián Bichir, Bruno Bichir y Pablo Montero, además de una serie de músicos como La Maldita Vecindad, Café Tacuva, Yucatán a go go, El Gran Silencio, Gustavo Santaolalla, Jaime López, Carina Rico, la Orquesta Mondragón y La Lupita.

Y en todo caso tiene razón Monsiváis en sus afirmaciones sobre el papel social de la música de Botellita. Gritan que lo naco es chido, y que lo chido es naco, visten pantalones de mariachi, dedican canciones a la Malinche y a Tlalocmán (y precisamente con esta canción rinden homenaje al grupo The Petatles -de un performancero Alfonso Arau-, que escuché en la fonoteca de Gerson Gómez).

Sí, el maestro Monsi sabe de lo que habla cuando se refiere a una agrupación naca pero chida como Botellita de Jerez. Por eso me resulta mágica la casualidad de que justo frente a la Cineteca tengan una exposición de objetos coleccionados por Monsiváis para su Museo El Estanquillo. Aunque esperaba una curaduría más enfocada al arte popular que a los movimientos sociales, pero ya sabemos que con el Bicentenario la conciencia social se ha convertido en moda pop. Así que nos encontramos con un Monsiváis coleccionista de objetos históricos, desde fotografías de Villa, Zapata, figuras de plomo de un Hidalgo y Costilla llamando al alzamiento civil, representaciones de las castas, la impresionante Biblioteca del Niño Mexicano, escrita por Heriberto Frías (¡completa!), fotografías del movimiento del 68, los maestros, ya no diré más para no decir sin sorpresas.

El nombre de la exposición fue atinado: Las causas de México. Recordemos que el maestro Monsi hizo todo lo posible por ser una persona consciente del tiempo en que le tocó vivir. Pero también le tocó nacer en un país joven en las cuestiones de libertad. Era necesario rondar por ahí para ver qué se encontraba. El objeto de menor utilidad podría resultar en una pieza testigo de su tiempo. La colección raya en los límites de la artesanía como testimonio popular (muñecos zapatistas) y objetos periodísticos (publicaciones, fotografías) y de propaganda (carteles) como testimonio social.

 

¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

jov

 

vi

 

sind

 

p81