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6 Diciembre 2010
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ANÁLISIS A FONDO
Wikileaks y el miedo a la verdad
Francisco Gómez Maza

Los “luchadores por la libertad” se quitan la máscara; son sólo hipócritas
Mas, el periodismo serio será el contrapeso de los medios antidemocráticos
 
“No sirve ya el papel; no sirve el llanto. Escribo en las paredes”.
Juan Bañuelos Chanona

mLas clases dominantes nunca podrán aceptar la libertad de expresión y de prensa. Para eso tienen  medios “de comunicación”, que en verdad son medios de incomunicación, de manipulación de conciencias, de imposición de mentiras como verdades, de distorsión de la realidad como la televisión, la radio y la llamada gran prensa escrita y esto ocurre en todo el mundo. Los periodistas bisoños se engañan cuando se ponen la camiseta de la empresa para que la que trabajan y no se dan cuenta de que sólo son utilizados para fines aviesos. Los grandes medios – les dicen mass media, o medios masivos – son totalmente antidemocráticos al servicio de sus propios intereses; son como credenciales para que sus dueños puedan acceder con infinita facilidad a realizar otro tipo de negocios de mayores márgenes de ganancia, y los gobiernos “democráticos” proclaman farisaicamente su respeto a la libertad de expresión y de prensa. Con el caso WikiLeaks se han quitado la máscara, particularmente el gobierno “demócrata” de Barack Hussein Obama, que se rasgan las vestiduras porque el portal mencionado, haciendo uso del mítico y fantasioso derecho a la información, desnudó al sistema, al corrupto sistema estadounidense; al hipócrita que dice defender la libertad en un país que declara guerras a pueblos pobres y oprimidos con la bandera de la libertad. Y en nombre de la libertad ahora el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, es buscado por la “justicia” y su portal es blanco de ataques y condenas desde todas las capitales del mundo; anda a salto de mata y enfrenta cargos por supuestos delitos sexuales. Algún delito misterioso, ilusionista, tienen que inventarle para que sus perseguidores no sean calificados como represores de la libertad de prensa. Y no es el único. Muchos verdaderos periodistas son perseguidos, encarcelados, amenazados, secuestrados, asesinados por hacer uso de su derecho, incluso laboral, de hurgar la realidad y destapar las cloacas de esta sociedad de la hipocresía, en la que los poderosos afirman que respetan los derechos humanos cuando diariamente los conculcan; en donde los poderosos dicen respetar la libertad y luchar por ella, cuando en realidad viven llenos de pánico y de miedo a la libertad.

En el caso de WikiLeaks, que con sus habilidades reporteriles denunció al aparato de los “luchadores por la libertad”, el gobierno y el sistema de los Estados Unidos, aunque su futuro es incierto – bueno, el futuro siempre es incierto -, su portal en internet, creado para difundir información secreta, ha abierto una caja de Pandora que, al igual que el mito, será difícil volver a cerrar. Se destapó la atarjea de la podredumbre y del estercolero de las democracias occidentales cristianas, con las revelaciones que hace pocos días conmovieran a los lectores de la página de WikiLeaks. WikiLeaks, que ha desencadenado una alarma mundial en varios gobiernos, luego de que difundió una catarata de cables diplomáticos estadounidenses secretos, enfrenta ataques en el ciberespacio y en el terreno legal. El portal es objeto de ataques de ciberintrusos e incluso lo han echado de su servidor estadounidense. Por supuesto. Los hipócritas así son. La libertad de prensa es otro mito, como el mito del estado, como el mito del gobierno, como el mito de los “poderes”, como el mito de la “democracia”, como el mito de la “libertad”, como el mito de las “religiones”, como el mito del “dios” que es mercancía de las cuevas de ladrones que pululan en las naves de las grandes catedrales del mundo, comandados por obispos y arzobispos, cardenales y papas al servicio de las clases dominantes y que sólo utilizan glosas mañosas del Evangelio para manipular y dominar las conciencias de los seres humanos que necesitan de un asidero para “salvar” su alma de las llamas del infierno.
 
Ben Laurie, experto en seguridad informativa que asesoró a WikiLeaks antes de lanzar su espacio en 2006, está seguro de que, a pesar del desgarramiento de vestiduras de los fariseos, encabezados por el “demócrata” Barack Obama, el concepto de periodismo independiente, acucioso, serio, oportuno, no morirá, y yo digo que aún nos quedan las paredes. Poco se sabe del funcionamiento cotidiano de WikiLeaks. No tiene sede. Parea ello no se necesita sede. Con sólo sentarse frente a una computadora personal pueden hacerse maravillas. Assange, su creador, sin embargo se ha hecho muy popular, a pesar de vivir amenazado por los escribas de la ley, aparece en la portada de periódicos y revistas de todo el mundo. Assange, que dicen que está en algún lugar de la Gran Bretaña, es sujeto de una orden de arresto europea emitida por las autoridades suecas, que le acusan de violación, agresión sexual y coerción. No pueden acusarlo de nada y le inventan delitos ficticios. De qué país se está hablando. ¿De México? No. De Suecia. De Estados Unidos, los iconos de la “democracia”. Si la Policía británica lo arresta, probablemente quedará involucrado en una prolongada batalla legal para resistir la extradición y podría ir preso, lo que reduciría todavía más su capacidad para operar. Assange, por supuesto, niega los cargos suecos, que su abogado británico, Mark Stephens, dice derivan de "una disputa sobre sexo consensual, pero sin protección". Assange estaba dispuesto a hablar con los fiscales suecos y ha suministrado sus datos de contacto a las autoridades de ese país y de Gran Bretaña. También se ha hecho de poderosos enemigos en Estados Unidos, especialmente después que WikiLeaks difundió miles de registros secretos sobre las guerras en Irak y Afganistán este año. Con las revelaciones más recientes, varios políticos estadounidenses han demandado que se le juzgue por espionaje, o algo peor todavía. La ex candidata presidencial republicana Sarah Palin preguntó en Facebook: "¿Por qué no se le ha perseguido con la misma urgencia que perseguimos a los líderes de al-Qaida y el Talibán?". ¡Órale! Qué imaginación la de la señora que se ha desnudado en concursos de “belleza”.

A fin de cuentas, alguien debe ser responsabilizado ante el público y solamente un liderazgo dispuesto a tener valentía en público puede sugerir genuinamente que las fuentes se arriesguen por el bien común, ha declarado el australiano  al diario británico en línea – on line -  The Guardian. Assange recibe ataques injustos en todo aspecto de su vida, pero también recibe crédito indebido como una especie de fuerza equilibrante. Muchos de quienes han trabajado con Assange destacan su carisma y su pasión. "Uno tiene la impresión de estar hablando con una persona de las películas ‘Matrix’’’, comentó el legislador islandés Robert Marshall, quien conoció a Assange cuando preparaba un proyecto de ley que pretende convertir su país en un bastión de la libertad de prensa. "Su entusiasmo por la libertad de expresión y los derechos de los periodistas me parece muy genuino", agregó. Assange dijo el viernes en un diálogo en línea que WikiLeaks ha tomado medidas para asegurarse de no ser silenciada, enviando el material de "Cablegate" y otros documentos secretos codificados "a más de 100,000 personas". Si algo le ocurre, las partes clave serán difundidas automáticamente, advirtió. "La historia saldrá ganando". Ah, y qué palabras tan huecas las de la encardada del Instituto Federal de Acceso a la Información de México, Jaqueline Peschard, cuando dice de labios para afuera: “la libertad de expresión se alimenta del acceso a la información.” Válgame la virgen.

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