PUNTOS CARDINALES
Puñaladas traperas
Óscar Palacios

San Cristóbal de las Casas.- El valor de los políticos mexicanos es conmovedor. Y vean qué elegante eufemismo para decir cinismo. Ah, esos hermosos matices para la demagogia. Nuestro heroico lenguaje trastocado por la realidad. Jugueteo de las palabras. Abrazos y sonrisas son pensamientos de puñaladas traperas. Pero ahí están, en su debate foro, tratando de rearmar un nuevo PRI-  Elegantes Pinochos del siglo XXI con exclusivos trajes de marca. Manlio y Quique y la diferencia para crecer.

PN —cualquier pensamiento fálico es mera circunstancia— quiere atender la prioridad de crecer, manteniendo la estabilidad macroeconómica; MA-FA —no Quino, no es tu genia─ argumenta sobre la necesidad de un modelo de desarrollo para la igualdad y crecimiento con estabilidad. Más de lo mismo pero con diferente bitoque. Lo más extraño, es que el consciente y subconsciente del chico de pelo alto es que dijo lo que dijo aunque luego diga que no fue así: Pemex debe crecer pero con capital privado. Es la entrelínea, que conste.

Beltrones está vendiendo caro su amor aventurero y para ello quiere aparecer moderno. Y da risa: ¿cómo está eso de que un gobierno de coalición? ¿Para qué? Será para formalizar lo que han hecho en lo oscurito desde la época de Salinas, cuando Fernández de Ceballos prestó invaluables servicios con las concertacesiones? ¿Se trata de quitarse la careta y aceptar que el bipartidismo tiene un solo rostro y se llama PRIAN y están al obvio servicio de los factores reales de poder? Por ahí va la cosa.

Y en el horizonte izquierdo de la tragicomedia mexicana, AMLO va poco a poco, con férrea constancia. A los corifeos del  régimen no les agrada y sin embargo se mueve. Es peje, dijo, no lagarto ratero. El humor y la sonrisa ya colaboran para una mejor imagen.

Se sigue hablando de su encuentro con empresarios regiomontanos y para bien. Ya estuvo en las entrañas del monstruo y ahora España. Seguro que ahí tendrá que lidiar con el affaire Repsol-Pemex, mientras en México Suárez Coppel ningunea a los diputados y les explica a los medios. Mientras tanto Marcelo compite con doña Gaviota y presenta en sociedad a la señora Bueso, otra soñadora del hueso de primera dama. En fin…

Mientras Calderón se dice indignado y preocupado por los desaparecidos y las víctimas nuestras de cada día. Hasta puso una oficina para apoyar –ha de ser con rezos y escapularios— a las víctimas de su tremenda guerra. Una oficina burocrática más sin un peso. Acaso sólo sirva para que el señor Martí y demás dolientes que se fueron a la cargada gubernamental, no paguen renta, ni luz, ni agua y sigan auxiliando con dulces palabras que se las lleva el viento, a los familiares pobres invisibles para los medios. Para FC, por el momento, Cocoa es primero, y no aquello que llamábamos patria.

En Ráfaga
Ernesto —que no tiene la importancia de llamarse así─, sugiere una segunda vuelta. El gran José Alfredo, desde su tumba, le sugiere la media vuelta. Con eso de que no repunta. Estarán esperando aquello de ¿quién mató al Comendador? Fuenteovejuna, señor. Y es que sigue la verdad sospechosa en torno a la justicia en México: en cinco años han detenido a 1.500 servidores públicos y sólo 158 han recibido sentencia condenatorio. Idiay, pues.

El panista Adalberto Madero, ex alcalde de Monterrey, probó bote aunque salió libre con una fianza nimia. Peculado y negocios de Casinos. ¿Dónde quedó la bolita? Fue don Rodrigo Medina para dar un chingadacito  y así lo deje de fastidiar el panismo, o fue un Calderonazo con venganzas tardías, porque el susodicho le llevó la contraria a FCH en las pasadas elecciones estatales. O mutuamente ambos dos.

Y ya con esta me despido: la alcaldesa de San Cristóbal de Las Casas estuvo en un promocional para el Foro de turismo de aventura que se llevará a cabo a partir del 17 de octubre. Se aventuró a ir a inaugurar el nuevo mercado del norte en esta ciudad y cientos de indígenas la corrieron del evento entre improperios y uno que otro tomatazo. La policía municipal, siempre en vigilia, la rescató. Chiapas, la aventura perpetua.

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