ANÁLISIS A FONDO
Las vacas flacas de 2012
Francisco Gómez Maza
La desaceleración económica nos alcanzó
Por qué no fortalecer al mercado interno
Ciudad de México.- El director del Banco de México, Agustín Carstens, no puede ya ocultar el sol con un dedo, como lo venía intentando. El futuro lo alcanzó y no sabe cómo enfrentarlo.
Ha reconocido, en el comunicado de política monetaria del pasado viernes 17 de octubre, que la economía mexicana se debilita cada vez más.
“En México, la actividad productiva sigue con una tendencia positiva, pero su ritmo de crecimiento ha perdido cierto dinamismo. En particular, las exportaciones, las importaciones y la producción industrial han registrado un debilitamiento. Las perspectivas de crecimiento se han revisado a la baja, principalmente, a la luz del deterioro de la economía de Estados Unidos, lo que implica que la brecha del producto se cerrará a una velocidad aún menor a la prevista”.
En efecto, las agencias de noticias internacionales reportaron que la economía estadounidense mejoró ligeramente en septiembre, pero las expectativas para lo futuro parecen estar oscureciéndose, de acuerdo con el informe nacional sobre condiciones económicas divulgado este miércoles por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, el cual generó más cautela entre los inversionistas sobre el gasto y la acumulación de inventarios antes de la temporada de ventas navideñas.
"La actividad económica general siguió expandiéndose en septiembre, aunque muchos distritos describieron el ritmo de crecimiento como 'modesto' o 'ligero', y contactos notaron en general panoramas más débiles o menos seguros para las condiciones de las empresas", según las conclusiones del Beige Book elaborado este mes por la Fed de Chicago.
El informe reporta que el gasto del consumidor creció ligeramente en la mayoría de los distritos, encabezado por ventas de autos y turismo. Hubo también un aumento en el gasto de las empresas, notablemente en equipo de minería y de construcción y para inventarios de nuevos autos.
Aunque pocos distritos vieron algún avance en la construcción – uno de los más potentes motores de la economía -, "las condiciones generales para el sector inmobiliario residencial y comercial permanecieron débiles". La demanda por préstamos fue generalmente más débil excepto por el refinanciamiento hipotecario.
En esas condiciones, el principal “socio” comercial de México ha comenzado a frenar sus compras de productos manufacturados y materias primas mexicanas, y las contraerá aún más en los meses venideros, fenómeno que ha comenzado a advertirse en las cuentas nacionales.
Las autoridades mexicanas tendrían que haber tomado ya medidas para afrontar la inminente recesión estadounidense. Y la principal es el fortalecimiento del mercado interno, pero no con paliativos o aspirinas, como las campañas de descuentos por ejemplo. Tales campañas, que generalmente realiza el comercio cuando sus inventarios están empolvándose, no conducen a mucho. Son como una moneda que se le da a un pordiosero en la calle…
El mercado interno no se fortalecerá si el gobierno no interviene directamente con acciones de política económica. La oferta de bienes y servicios debe corresponder a la demanda, y ésta, a su vez, a la oferta. Apoyos a tasas preferenciales para las pequeñas y medianas empresas, que son las mayores generadoras de empleos, para optimizar la producción, la distribución y la comercialización. Salarios remuneradores para los trabajadores, por lo menos.
El mercado interno, formado por productores, distribuidores, comerciantes, prestadores de servicios, por un lado, y consumidores, por el otro, es prácticamente el termómetro del comportamiento de una economía. Si el mercado interno es fuerte, lo será el aparato productivo. Y cualquier recesión de los mercados exteriores le hará lo que el viento a Juárez.
¿No hay demanda externa? No importa. Hay demanda interna.
Políticas coyunturales, tenemos que aceptar que no funcionan. Al respecto, el Consejo Coordinador Empresarial destacó que antes de terminar octubre difundirá los términos del programa "El Buen Fin" para otorgar descuentos de fin de semana al consumo de la población, en donde también participarían los bancos para la disposición de efectivo. "El gobierno federal va a hacer un esfuerzo adicional y va a adelantar el 50 por ciento del aguinaldo".
Esta medida mercadotécnica podrá tener efectos a cortísimo plazo. Aumento de ventas a precios castigados. Pero una vez que se hayan agotado los recursos de los aguinaldos de fin de año, vendrá la cuesta, no de enero, sino del 2012, con una recesión económica a cuestas y un desempleo galopante.
Ante el peligro inminente de recesión económica, el gobierno tendría que coger la sartén por el mango e intervenir el mercado. Lo hacen los gobiernos más conservadores como los del Sudeste asiático. Lograr el equilibrio entre los factores de la oferta y la demanda. Aquí está el secreto.
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