Experiencia del Parque La Pastora
Daniel Salazar M.
El capital
1.- Los problemas ambientales más recientes del área metropolitana debidos, entre mucha otras causas, a la devastación en curso del parque La Pastora y la consabida construcción de un estadio de futbol en esa zona, encuentran, su inadmisible explicación, en los oficios de la iniciativa privada, el afán permanente de ganancia y el insolente patrocinio a particulares por cuenta del Estado. Si se analizan con atención estas circunstancias, se podrá distinguir mejor cómo es que el capitalismo neoliberal logra imponerse en incontables lugares del mundo privatizando y mercantilizando los recursos naturales, los servicios públicos, las propiedades de una nación.
2.- El capitalismo considera que los recursos naturales son “cosas gratuitas”, mercancías de las que espera grandes ganancias y utilidades. Los recursos naturales que toma y devasta, así como los desechos que produce y descarga sobre la naturaleza, afectan gravemente los procesos ecológicos de conservación y reparación con que cuenta la propia naturaleza. El capital y la naturaleza son de esta manera contradictorios y, en su disputa, peligra “el edén” de la especie humana.
3.- El ser humano -parte de la naturaleza viva, animal creativo, consciente-, se halla inmerso en esta contradicción. Por ello, la lucha contra la destrucción de la naturaleza es también una lucha por la vida. Al capitalismo no le enamoran los discursos sobre la preservación de las especies ni del resguardo de los ecosistemas; le interesan solo las “cosas”. El ser humano y la naturaleza son para el capitalismo “cosas”. El fenómeno de la “cosificación” amenaza el futuro de la especie humana.
4.- El capitalismo neoliberal funciona con ciclos económicos cortos, de rápida producción (gran cantidad de mercancías en poco tiempo). Dispone para ello de alta tecnología, gran cantidad de energía y materia prima. Los ciclos de la naturaleza son, por el contrario, largos, sin pérdida de energía ni materia. Representan la vida, el equilibrio ecológico. Su reparación y mantenimiento.
5.- Los actuales son tiempos en los que todo es objeto de cambio, fetiche, mercado. La fuerza de trabajo, la política, el deporte, el tiempo libre, la opinión y hasta la ciencia, el amor, la virtud y la conciencia, etc., se han transformado en eso.
6.- Otro “distintivo” del sistema, es la enajenación de la conciencia humana que fácilmente se advierte en su fervor por el consumo. Consumir y acumular están en el trayecto de la felicidad capitalista. El capital produce y reproduce mercancías, valores y, al mismo tiempo, produce y reproduce condiciones de vida a las que imprime su sello particular. El capital, al reproducirse en lo cultural y lo ideológico, señala “caminos para la felicidad humana” pero no suministra los medios para alcanzarla.
7.- El capitalismo produce ilimitadamente mercancías sin detenerse a considerar que su fuente potencial de riqueza –la naturaleza-- no es ilimitada. Produce y delinea circunstancias e individuos en consonancia con su propio régimen. Tanto el hombre como la mujer trabajadora, están obligados a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir aunque generalmente no sean consumidores de lo que ellos mismos producen. Experimentan en su vida y en el proceso productivo, una doble y contradictoria sujeción: como trabajadores-productores y como consumidores.
8.- El capitalismo llamado también “salvaje”, ha logrado que uno de los anhelos de la vida sea el derroche, el gasto superfluo e innecesario. La “salvaje” producción de mercancías, necesita de gran consumo, materia y energía. Su curso perverso agota el agua, arrasa bosques, contamina ríos, mares, aire…
9.- La naturaleza -siendo un bien común de la humanidad- ha sido transformada en mercancía. El capitalismo, que la convierte en propiedad privada, entra en contradicción con el bien común de la humanidad. Los distintos escenarios de lucha contra la degradación del medio ambiente, tienen origen y causa en esta paradoja. Las luchas sociales buscan impedir que el capitalismo neoliberal destruya y se apropie de este bien colectivo.
10.- El que la naturaleza se privatice y llegue a manos del capital, coloca a la protesta -tarde o temprano- en la ruta de la acción política contra el Estado. El Estado capitalista dispone de los bienes de la naturaleza dejándolos al servicio de unos cuantos. Legisla a favor del capital, le asigna la propiedad, la legitima: esa es su función; esa es “su naturaleza”.
11.- El proyecto de construcción de un estadio de futbol en el parque La Pastora, está inscrito en esta lógica privatizadora. Por ello, la lucha contra la privatización es un eje político central que va de la mano con el reclamo por la devastación del bosque. Ha sido el Estado capitalista quien finalmente -“en pleno ejercicio de sus funciones”- concesiona a FEMSA y a intereses extranjeros, “el último bosque metropolitano” como suelen llamarlo los jóvenes. FEMSA -asociada hoy al capital internacional y debido al giro de su industria- es una de las empresas que más consume agua en el país. Junto a su recién asociada Heineken, ha encontrado en el parque La Pastora no solo el espacio para un estadio que, en todo caso, representa una parte de su proyecto. Su interés principal radica en los mantos acuíferos que se localizan en esa zona y que depende de ellos para su expansión. FEMSA y su asociada –entendidas de que cada día escasea el agua en el mundo- se están previniendo para los años venideros. El agua es y seguirá siendo eje de disputas y confrontaciones entre grupos y naciones, de futuras movilizaciones sociales en la región y en el país. El vital líquido se encuentra ya en el centro de la querella y del mercado.
12.- El deporte del futbol, cuyo impulso fue el pretexto inaugural para la ocupación del parque, igualmente está convertido en mercancía. En torno a él se compran y venden jugadores, localidades, “suvenires”, cerveza, comida chatarra, “confeti” y hasta la gracia femenina con tal de recolectar ganancias y apropiarse del tiempo libre ciudadano. ¿A qué horas podrá entonces el ciudadano común darse cuenta de su condición de vida, del despojo del parque y de su dinero, del agua del subsuelo? Su tiempo libre –ocasión para tomar conciencia de sí y de su entorno-- es absorbido por el entretenimiento deportivo y el alcohol. Negocio redondo. La cervecera FEMSA es dueña del equipo de futbol destinatario, del tiempo libre de muchos y, por los próximos 60 años, “concesionaria” junto con Heineken de 25 hectáreas de terreno público.
La lucha
13.- Las movilizaciones que se desarrollan -tanto en esta región como en otras de la República y el mundo- en contra de la privatización de los recursos naturales están, como se ha reiterado, insertas en el universo del capital, esto, lo tengan o no claro sus dirigentes. Inmersas como están en la lucha de clases, estas acciones (inicialmente luchas de resistencia por defensa de derechos establecidos), pueden con su dinámica provocar cambios en la cultura ecológica así como en la correlación de fuerzas para favorecer la vida y la dignidad humana. Pueden, igualmente, llegar a adquirir conciencia de sus intereses -ya no solo inmediatos sino históricos, como clase social- al confrontarlos con los intereses del capital y su Estado. (Léase -para quienes pensaban que estaba cerrada la puerta a la lucha de clases- las recientes manifestaciones de “los indignados” en el mundo entero)
14.- El Estado al servicio de la oligarquía, entrega la riqueza de la naturaleza al capital con lo que reafirma su carácter de clase. No le preocupa el que los bosques, ríos, lagunas, agua del subsuelo, minas, aire y demás riquezas naturales sean destruidas o contaminadas. Ni el Estado capitalista ni sus instituciones, darán solución a los problemas del medio ambiente. Serán los propios trabajadores y ciudadanos conscientes, los que podrán poner un alto a la destrucción de la vida en la Tierra.
15.- En el área metropolitana de Monterrey, si bien es cierto que se han expresado organizaciones y ciudadanos en contra de la deforestación del parque La Pastora, estos movimientos no han adquirido la fuerza necesaria para detener el agravio. Esta circunstancia encuentra su explicación en “una comunidad ausente” tal como lo han venido reiterando los propios ecologistas, pero que además -hay que indicarlo- esa “ausencia” está determinada por la falta de una dirección política en Nuevo León con perspectiva de clase y, para decirlo con letras grandes, por la nula intervención del movimiento obrero y sus aliados, en un conflicto que está plantado frente al poder del Estado -guardián de empresarios- que rebasa con mucho la fuerza del joven y aguerrido movimiento que salvaguarda el parque y su ecosistema. Marx subrayaba que la embestida capitalista genera una sociedad brutalmente alineada y atomizada, desgarrada por una insensible explotación económica y una fría indiferencia social que destruye los valores culturales y políticos que ella misma ha hecho posible…. Que en el plano psicológico, provoca una profunda desorientación, inseguridad, frustración y desesperación…. que destruye fronteras morales y lazos personales...
16.- Dentro y fuera de estas movilizaciones, existen “visiones” que señalan que los partidos políticos con representación en los congreso de los estados y de la Unión, cometen “el error” de no luchar contra los planes del capital y, en particular, contra la privatización de este parque. Habría que puntualizar que, en el caso de los partidos políticos, eso no es precisamente “un error”; que más bien, lo que llaman “el error” de los partidos, representa la mejor prueba de su desastrosa conducta en los congresos y del infausto papel desempeñado por sus legisladores al colocarse al servicio de los intereses del régimen. Salvo muy contadas excepciones, el conjunto de estos “servidores públicos” legisla -no para salvaguardar los intereses del pueblo- sino para beneficio de la gran oligarquía que mide sus pasos y paga sus favores.
17.- Dentro del escenario, cohabitan “otras visiones” interesadas en elaborar “cuanto antes” -leyes que amparen la defensa de la naturaleza-. Para conseguirlo, “empujan sus movilizaciones” hasta los congresos exigiendo la publicación de una nueva ley, todo lo cual pareciera correcto. El asunto es que al final, se deja que los representantes de la oligarquía en los congresos –los diputados— sean los que elaboren la redacción definitiva de “las iniciativas”. Mientras eso transcurre, se desmantela la movilización o queda relegada a un segundo plano, se pierde toda autonomía e independencia políticas y se encomienda la confianza del movimiento al ejercicio de la actividad parlamentaria. Ya Lenin llamaba a esto “cretinismo parlamentario”.
Pero no solamente los partidos son los que han emprendido esa ruta. Muchos “movimientos ciudadanos”, han encontrado en este deporte el mejor itinerario para sus luchas. Habrá que refrescar la memoria con lo que ha venido sucediendo con la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Federal del Trabajo y con tantas otras leyes mancilladas que emanaron --ya no digamos de una “movilización ciudadana”-- sino que fueron arrancadas por una guerra civil, por una revolución social armada .
18.- El “cretinismo parlamentario” y el reformismo conciliador de clases en los congresos son, entre otras, razones del porqué se ha retrasado un cambio en la correlación de fuerzas así existan grandes y muy importantes movimientos de resistencia por todo el país.
La conciencia
19.- El capitalismo neoliberal –“monstruo de mil cabezas”-- extiende sus tentáculos a todas las esferas del quehacer humano gracias al control material y económico que ya ejerce. Se ha propuesto conquistar además, el control político e ideológico “de la vida integral del trabajador” y ya no solo de las horas-trabajo de las que ya es dueño. Enajenar plenamente la conciencia humana es su propósito.
20.- Una conciencia enajenada se vuelve incapaz de leer la realidad. Engels y Marx dirán que es el reflejo distorsionado de la realidad en la cabeza de los hombres. En el mejor de los casos, consigue “descubrir” elementos dispersos y hasta tener “acercamientos parciales” con la realidad. Pero una conciencia enajenada no consigue identificar a sus enemigos de clase y menos aún a los enemigos del género humano; es renuente a participar en las luchas sociales. Con la “cosificación” de la conciencia, el capital consigue que las relaciones entre los hombres adquieran la forma de relaciones entre cosas y que los hombres se despojen de sus cualidades humanas.
21.- La conciencia de clase --obscurecida por instituciones del Estado y otros medios de control ideológico-- no podrá ver la luz con “la espontaneidad” del ser humano, en la consulta a la Web, como tampoco con las ciber-consignas de la “sociedad civil” como algunos lo creen. La conciencia nace, se desarrolla y se corrige, en el proceso mismo de la vida, en la lucha social, de “sus entrañas”. Sus tesoros se descubren en la comprensión de la historia y de sus luchas en las que están contenidas experiencias de otras naciones. La conciencia de clase será más factible, cuando en una movilización que camina tras la solución de sus demandas, se liguen a ella otros reclamos de carácter “político transitorios”, que no suelen estimarse a simple vista. Este “anexo” a la demanda inmediata, solo puede realizarlo una vanguardia políticamente preparada que al mismo tiempo forme parte de esa lucha.
22.- El trabajo enajenante del capitalismo, ha logrado que los trabajadores no se perciban como parte de la clase social a la que pertenecen. Por el contrario, muchas de las veces suelen verse como enemigos tras la disputa de un trabajo o por el resguardo del empleo. Algunos trabajadores y sectores de las clases medias, llegan a identificarse con instituciones y hasta con fracciones de la iniciativa privada a los que consideran “progresistas”. En su ofuscación, dejan de lado el verdadero lugar que ocupan en la sociedad, el universo real de su salario, de sus prestaciones y condiciones generales de trabajo pero, y sobre todo, se olvidan de “su lugar en la historia”.
Razones finales
23.- Las grandes e importantes movilizaciones de los años precedentes en Nuevo León como las de ferrocarrileros, del movimiento urbano popular, estudiantes, maestros y trabajadores de la UANL, de maestros de básica, mineros, la Liga de Soldadores, Medalla de Oro, trabajadores de la Bimbo, etc., se desenvolvieron en una correlación de fuerzas muy distinta a la de hoy. Esas movilizaciones –que dieron grandes lecciones de lucha, tuvieron, sin embargo, una gran limitación histórica que continúa siendo la gran ausente en las luchas actuales ciudadanas: Ninguna de ellas logró consolidar una organización firme y permanente, una organización independiente y democrática de los obreros y sus aliados. Más lejos aún quedaron, de construir una organización de clase al servicio de los trabajadores en su confrontación con el Estado y en la disputa por el poder, en la necesidad de uno nuevo, propio de la mayoría del pueblo trabajador: Una organización partidaria de las y los trabajadores; un Partido Revolucionario.
24.- La descomposición de los actuales partidos políticos institucionalizados (funcionales al sistema), las luchas ausentes ya mencionadas y la todavía modesta presencia de las actuales movilizaciones y organizaciones locales, encarnan el nivel vigente de la conciencia de clase.
25.- Estas movilizaciones con sus demandas, tendrán que llegar hasta los sectores de la clase trabajadora, a los sindicatos, fábricas, barrios obreros, centros de trabajo, universidades, centros de estudio, colonias populares, etc., porque solo así estarán en mejores condiciones de alcanzar una victoria. Informar, agitar y organizar entre la comunidad denunciando al enemigo común, debe conducir al desenlace de la unidad política para formar -entre todos- un Frente Único de Acción. Unificar a las y los trabajadores, estimular su desarrollo y crear condiciones de independencia ciudadana frente a los empresarios y el Estado, debe ser tarea y un objetivo permanente.
26.- En esta unión de acciones -en la movilización misma- se encuentra la clave para elevar el nivel de conciencia de los ciudadanos y su consolidación dependerá de la posterior construcción de una estructura organizativa permanente. La atomización de las luchas demuestra bajos niveles de conciencia política; lograr construir un Frente de lucha en Nuevo León donde se aglutinen todas las protestas diseminadas, debe ser la meta de la joven izquierda ciudadana. De lo contario, perderá su brújula y correrá el riesgo de mantener la lucha aislada por el camino de la derrota.
Monterrey, N. L. Octubre de 2011