BORREGO DIXIT
Mis lecciones de Michoacán 2011
Salvador Borrego

onterrey.- La elección de Michoacán es tema obligado en todas las mesas políticas, y en las que yo participo inevitablemente se pone el acento en las encuestas y en la fauna que ha derivado de nuestra noble profesión.

Pues bien, hoy tenemos caras largas de los candidatos perdedores, lo cual es natural, pero también de sus estrategas, en virtud de que estos profesionales han cultivado la fantasía de ser, justo ellos, los que ganan las elecciones y no los propios candidatos y su equipo de trabajo propiamente político. Por supuesto que en algo contribuye un buen asesor, como influyen de manera marcada también las circunstancias, entre las cuales de manera clara destacan los errores de los opositores.

Entonces, la primera lección es para los estrategas a quienes digo lo siguiente:

Deberían ser más mesurados en sus juicios sobre sí mismos. Nunca han ganado una elección; los que ganan son los políticos. Ustedes a lo sumo contribuyen al triunfo, aunque debo decir que me he encontrado a no pocos de ustedes que contribuyen notablemente a las derrotas.

Entre los encuestólogos también hay caras largas. Tienen varias lecciones por delante, pero temo que no aprovechen ninguna:

1.- Las encuestas no sirven para predecir el futuro; “predicen” sólo el pasado.

2.- Las encuestas domiciliarias ya no son convenientes. Debe pasarse a las telefónicas, pero hacerlas de manera sensata. Si llaman a horas inadecuadas o con cuestionarios extensos y encuentran resultados absurdos, ya no culpen al teléfono sino a su diseño experimental, es decir, a ustedes.

3.- Si les fallan las encuestas de salida mejor retírense.
4.- Si les fallan los conteos rápidos mejor suicídense.

5.- No deben entristecerse porque sus pronósticos de las encuestas previas fallaron (ojo, en las de salida y conteos sí). Ni tampoco deben alegrarse porque acertaron, la población que ustedes estudiaron es distinta de la que fue a votar, tiene casi el doble de personas en este caso de Michoacán.

6.- Tampoco deben alegrarse demasiado ni pavonearse porque acertaron en una encuesta de salida o un conteo rápido. Eso tiene el mérito de cazar un venado atado en un rancho cinegético, a dos metros de distancia.

Finalmente los políticos deben entender que ellos son, a final de cuentas, las víctimas propiciatorias de todo este argüende, en primer lugar porque ellos pagan y en segundo lugar porque ellos pierden.

Deben también considerar las lecciones anteriores para sus queridos amigos estrategas y encuestólogos, así como las siguientes recomendaciones:

1.- En primer lugar que deben ser personas distintas sus estrategas y sus encuestólogos. La peor aberración es contratar a alguien que es las dos cosas. El encuestólogo debe evaluar el desempeño del estratega; luego entonces, no debe ser la misma persona.

2.- Ahora bien, si desea evaluar bien, en lugar de un encuestólogo debería contratar un Cartógrafo Político como yo, pero de momento no hay más que uno y tiene varios defectos: no cucharea resultados, no da moches, no trabaja más que para un partido, etcétera. Toda una calamidad.

3.- Finalmente, ustedes los políticos deben abrevar de la cultura estadística. Ustedes están obligados a saber de qué trata esta ciencia, porque es fundamental para su actividad. No deberían seguir siendo víctimas de charlatanes por el bien de ustedes mismos y el de sus seguidores. Lean menos la basura que publican nuestros analistas políticos (con excepciones por supuesto), y dedíquenle un poco a este tema. Ojo, dije cultura estadística, no estadística, que esa sí es horrible. Sólo los que tenemos emparejado el gusto la adoramos.

Ahí se las dejo. Tengo la plena certeza de que todos seguirán haciendo lo mismo.

No importa, ya tenía ganas de escribir algo.