Peña y el espejo social
Mario Clío
onterrey.- La ignorancia de Peña Nieto en el mundo literario no es un nuevo tema, si partimos que López Obrador, Vicente Fox o Roberto Madrazo, hasta libros (presumen que) escribieron. Si ellos son eruditos, yo soy el “chupacabras”.
Un hombre que no recuerda qué libros lo han movido en su vida, no debería ser sorpresa para alguien que quiere ser el líder de los mexicanos. Un país que tiene 8.9 millones de analfabetas, una nación que cuenta con más cantinas que librerías, y donde leen más publicidad panorámica de cervezas o burdeles, que frases cortas y llenas de contenido, del Quijote.
Un país cuyos políticos tienen como única lectura el periódico, y sólo cuando las noticias les pudieran incumbir directamente; un pueblo que el 70% no ha leído un libro completo en los últimos 12 meses, y que en encuestas callejeras no salen de respuestas adulteradas como “Gabriel García Márquez”, por glamour, o Harry Potter, por dignidad.
Una comunidad que abarrota en las ferias internacionales del Libro para volcarse tras una presentación del libro de Chespirito, o de Chistes de Catón, o las memorias del futbol.
Un pueblo que por años ha sido devorador de Memín Pingüín, Hermelinda Linda, el Libro Vaquero y TVyNovelas. Un pueblo que lee más las frases mal escritas de las redes sociales, que fragmentos de Alfonso Reyes.
Una patria que tiene la imaginación porosa, limitada y reducida a lo que los medios electrónicos nos programan, como zombies, bajo una pauta que dictan los poderosos patrocinadores. Somos un pueblo que es víctima de su propia comodidad, que hace sucumbir nuestras ideas, antes de que estas lleguen a su primitiva etapa de gestación. Un pueblo estúpido que aunque me duela aceptarlo, está perfectamente descrito por el tweet de Paulina Peña: “pendejos que forman parte de la prole”.
Lamentablemente, nos cuesta trabajo aceptarlo, y es más meritorio para nuestro ego, escupir y hasta orinar al dueño del error bochornoso de la Feria del Libro, pero no osamos ir más allá del simple desliz de su falta de preparación o pocas tablas en la improvisación. Lo realmente lamentable es que tanto Peña Nieto, y su hija Paulina son un reflejo de nuestra sociedad total, que consiste en un surtido catálogo, desde analfabetas hasta encumbrados dignatarios de la estatura de Fox.
No te escandalices por Peña o su hija mayor, sino por el resto de los 100 millones que somos. Si no lees, no te escandalices, porque formas parte del mismo mundo de zombies.
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