Poesía social mexicana
Eligio Coronado
onterrey.- La poesía social suele convertirse en un inútil derramamiento de demagogia, reclamos, exigencias y llamados a la rebelión, muy en la línea del panfletismo, donde el mensaje es más importante que la forma.
Pero México lindo y querido. Reunión actual de poesía mexicana con causa* ofrece una mirada más inteligente y menos visceral sobre la situación que estamos viviendo: “no es que no ame a mi / patria / es que a veces / ya no la reconozco / en el rugido de sus odios” (Ana Cinthya Uribe: Incondicional, p. 142).
Se trata de una poesía que señala, analiza, dictamina, denuncia y espera un pronto retorno al país que la violencia nos arrebató o, al menos, a la frágil cordura que hasta ahora lo había mantenido unido: “Imaginemos que la patria está viviendo. Viviendo está la patria. Sí. Tan viva está. Viva. Conforme a nuestra semejanza e imagen. Imaginémosla. Imagínala.” (Julio César Aguilar: Reivindicación, p. 32.)
No podía faltar aquí el ingrediente del sarcasmo ácido: “En uno de mis mundos / los dioses habitan en lo alto. / Sus nombres / (…) hacen temblar / como las armas de sus guaruras” (Lupita Pérez: En uno de mis mundos, p. 103), “Este es el paraíso, / velado a la ignorancia, / oculto a la razón, a los discursos y a todos los deseos” (Carlos Prospero: Tapachula, p. 85), “Oremos / mientras el agua nos llega al cuello / y alguien nos convence de seguir agachados” (María Elena Rodríguez Hernández: Oremos, p. 44).
Destacan en su temática los sicarios, los migrantes, los cárteles, los crímenes en la frontera, los mineros, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, la violencia, la muerte y, sobre todo, las muertas de Ciudad Juárez, hecho que subsiste como una vena abierta en la anatomía social del país:: “Me duelen las hijas que no parí / los labios que ya no ríen / el cuerpo ultrajado” (Mónica Morales Rocha: Juárez, p. 175), “por los gritos que se ahogan en la tierra / (…) por los labios que un puño revienta / por las manos que enmudecen” (Karina V. Balderrábano: Elegía por las muertas de Ciudad Juárez, p. 127), “en ciudad Juárez está prohibido / llamarse felicidad / esperanza / consuelo / caridad / (…) en ciudad Juárez / se amordaza al polvo / se suspende al aire” (Federico Corral Vallejo: Danza con la sangre, p. 113).
Otro detalle a destacar en esta antología es que las autoras superan en número a los hombres (veintiuna por dieciocho), lo cual confirma el notable avance de la participación femenina en la escena social y cultural iniciada en los años ochenta. La compiladora Alexandra Botto (Monterrey, N.L., 1964) lo sabe: ella ha vivido ese proceso desde adentro como escritora.
*Alexandra Botto, comp. México lindo y querido. Reunión actual de poesía mexicana con causa. Monterrey, N.L.; Edit. UANL / Homo Scriptum / Acequia Va de Nuez, 2011. 188 pp.
