PUNTOS CARDINALES
Lustro sin lustre
Óscar Palacios
an Cristóbal de Las Casas.- Sin duda alguna, el discurso de Calderón a su quinto año de desgobierno representó una tragicomedia mexicana que podríamos titular “El lustro sin lustre y mucho lastre”. Lo destacable sería la insistencia de afirmar —sin probar, ni denunciar ante las instancias respectiva─ que el narco ya incide en los resultados electorales.
La especie la lanzó al ruedo su hermana apaleada en las elecciones michoacanas. Ahora el presidente del desempleo lo retoma y asegura, con voz pretendidamente tronante, que la delincuencia organizada pone en peligro la viabilidad del Estado. Inicia el último año de su desgobierno justificando la militarización del país, desempleo, pobreza, bancarización de la miseria, el tambaleante peso y el caos que viene con el arribo de nuevos secretarios ─muchos actuales buscarán el cobijo del fuero por sus pecadillos públicos y privados─. Y ya no hablo de los muertos. Que sea por la tregua navideña.
El señor presidente tiene su México imaginario. Ya siente pasos en la azotea. Ya el saludo matinal que le dan sus achichincles es la frase que retorna cada fin de sexenio: “menos días, licenciado”. Y él todavía se pregunta: ¿por quién doblan las campanas? No preguntes, doblan por ti. En fin que con la trinca infernal del panismo Chapina-Creel y Cordero, FCH no sabe por dónde tirarle. Los desleídos panistas no levantan. Menos el corrector de estilo Cordero, delfín con sus lapsus brutus literarios. El comal diciéndole a la olla.
¿Y Peña Nieto? Pues una vez más robó cámara. Cierto es que los olvidos nos pasan a cualquiera. Lo divertido es que el candidato puntero para ser presidente no sepa ni mencionar a tres autores, ya es para pensarse. Y para acabar de regar el tepache, la aspirante a primera joven del país, la infanta mayor de Peña Nieto, pendejeó a los críticos de su padre. Con esos vamos a arar. Fox está pasado de moda con dichos y dicharachos de ignorancia supina. Ya tiene compañía en este zoológico de la incultura de los hombres públicos. Calderón, en su campaña, denostó a la gran Elena Poniatowska. Tampoco queda duda: a los políticos no les gusta nada relacionado con la cultura. Le regalo a Peña Nieto —y a Neto por supuesto─ la única frase célebre que he podido concebir: el único talento que me reconozco, es el talento para disimular mi ignorancia. Servidos.
Y en la casa chiapaneca siguen las confusiones. El senador Velasco —que si le creemos a las encuestas es puntero– salió muy orondo a retar a sus contrincantes priistas: si hay otro mejor posicionado que yo, me retiro. En realidad quedan pocos contrincantes. Hay una campaña mediática contra José Antonio Aguilar Bodegas. No lo dejarán pasar. Tampoco a la senadora Orantes. Machista discriminación, pues. Samy es pieza de museo. Sólo queda un joven para enfrentarse con parejura generacional: Roberto Albores Gleason. Todo queda en componendas desde la cúpula priista. La base sólo sirve para acarrearla. Cuidado.
En ráfaga
Los diputados locales resultaron oportunistas. Primero pusieron en letras doradas en el recinto del congreso a don Juan Sabines Gutiérrez, para no molestar a quien ustedes saben; y después al doctor Manuel Velasco Suárez, por lo que pudiera ofrecerse. Qué bien legislan. Digo, es un decir.
En San Cristóbal dizque habrá un ordenamiento ecológico y territorial. Ya está bastante maltratado el entorno. Las areneras siguen peloneando montañas. Espero que incluyan en la protección a la reserva “Gertrudy Duby”, por la salida de Tenejapa. La invasión camina como Juan por su casa y las autoridades correspondientes, muy bien, gracias.
Y de una buena vez les invito a la presentación de cuatro textos del escritor, amigo y paisano Marco Aurelio Carballo, el próximo 14 de diciembre, en el Centro Cultural Jaime Sabines, de la capital chiapaneca. Comentaristas: Ricardo del Muro, Óscar Palacios y modera Florentino Pérez y Pérez. Voy a checar cuántos políticos llegan. No vaya a ser la de malas que les pregunten el nombre de tres escritores chiapanecos y se queden en babia. Se dan casos; ¿o no?
Y ya con esta me despido: Navidad en las montañas lo escribió Ignacio Manuel Altamirano (¿o ya me equivoqué?); y Pablo Salazar, con eso que todos los políticos escriben su mamotretos, está escribiendo Navidad en la cárcel. Será un best seller.
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