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949 14 Diciembre 2011

ANÁLISIS A FONDO
Los invencibles “proles”
Francisco Gómez Maza

Sí aumenta la pobreza, señor Calderón
¿Podrá con ella el Copetón o El Peje?

C
iudad de México.-
Por lo visto hasta ahora, si llegase a la presidencia de la república el priista Enrique Peña Nieto, los “proles” seguirían imbatibles. (Para él son y seguirán siendo proles; miserables proles. Así se lo enseñó a su hijita.) Y si llegase la panista Josefina Vázquez Mota, más, porque ella no sabe lo que es la pobreza, por lo que se ve. Y Andrés Manuel López Obrador no ha tenido más que la oportunidad de dar limosnas a ancianos, cuando fue gobernador del Distrito Federal.

Y la verdad es que, para lograr que los pobres sean menos pobres; para que se pongan medio al parejo de los ricos, tendría que haber una revolución. Cambiar de tajo las relaciones sociales y de producción. Empresas generadoras de empleos bien pagados, justamente remunerados, con verdadera seguridad social, prestaciones reales y atractivas, seguridad en el trabajo, etcétera. Sólo así ganarían todos, los empresarios y los trabajadores. Estos estarían muy satisfechos y se pondrían la camiseta de la empresa para la que trabajen.

Pero no. “A los proles siempre los tendréis con vosotros”, porque es tan grande la voracidad de los detentadores de los medios de producción, que les parece inaudito compartir la riqueza con los trabajadores. Pobres proles, proles seguirán como hasta ahora, a pesar de que el señor Felipe Calderón diga que los gobiernos panistas han abatido los niveles de pobreza, cosa que sabemos es una mentira.

Por qué digo que los proles, proles serán de por vida con Calderón, con Peña Nieto, con Vázquez Mota o con López Obrador. Por eso. Porque para acabarlos tendría que darse un cambio profundo, de raíz, como acaba de ocurrir en Islandia, en donde los ciudadanos tomaron por asalto el gobierno y el sistema financiero y pusieron sus condiciones.

Y a ese cambio no planea entrarle el priista y mucho menos la panista. El izquierdista dice que va a crear muchos empleos. Que no se haga ilusiones. La economía, como ha sido manejada hasta ahora, no está para crear muchos empleos y menos justamente remunerados. Con decirle que antes de que termine 2011, se perderán alrededor de 200 mil puestos de trabajo, de acuerdo con estimaciones del sector privado.

Además, el rezago histórico es dramático. Contra lo que ha ocurrido en el resto de América Latina gracias a administraciones más o menos eficientes, en México, en estos tiempos de PAN, y del calderonismo, de 2008 a 2010 ─no estará nada de acuerdo Felipe Calderón─ los niveles de pobreza pasaron de 34.8 por ciento a 36.3 por ciento, si los analistas de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) no se equivocan.

Pero si se consideran los cálculos del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social), los niveles de pobreza, en el mismo lapso, pasaron de 18.4 por ciento a 18.8 por ciento en “pobreza alimentaria”; de 25.3 por ciento a 26.7 por ciento, en “pobreza de capacidades”, y de 47.7 por ciento a 51.3 por ciento en “pobreza de patrimonio”.

Así que en estos últimos sexenios los dos gobiernos panistas no sólo no han abatido la pobreza, sino que ésta ha aumentado. Los datos más duros son los del Coneval que no está peleado con Calderón; que no está “contaminado” de las ideas “progresistas” de la CEPAL, ni mucho menos con las metodologías de los economistas de la UNAM que son más realistas en la evaluación de los niveles de pobreza y desigualdad económica y social.

De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), es fundamental estimular la inversión productiva generadora de empleos bien remunerados, digamos.

No obstante, para que esto se logre es indispensable, en opinión del CEESP, contar con un entorno en el que la inversión sea atractiva. Es decir, en la que haya confianza en un sistema judicial eficaz, un marco regulatorio eficiente que no inhiba la actividad productiva, así como un entorno en el que los derechos de propiedad sean claros, entre otros factores relevantes.

Contar, asimismo, con un sector público eficiente y que realice inversiones con alta rentabilidad social. Esto incidiría positivamente en el sector privado, que igualmente tendería a canalizar sus recursos a proyectos altamente rentables y generadores de empleos de calidad.

Pero… pero ya el gobierno de Calderón no tiene margen para volverse eficiente en lo que a generar confianza entre los inversionistas se refiere. Los resultados de la actual administración panista son desoladores; la desolación de la desolación…y el sexenio cerrará con enormes deudas y pendientes. Más pobres, más proles.

¿Valdrá la pena concederle el beneficio de la duda a Peña Nieto o a López Obrador, entre quienes está la real batalla por el poder? Ya se ha dicho que para lograr que los pobres sean cada vez menos pobres se requiere un gran cambio en las relaciones entre los actores económicos. Menos avaricia de los detentadores de capital y un poco de más avaricia entre los trabajadores. Una sociedad en la que cada quien aporte según su capacidad y sea remunerado de acuerdo con su necesidad…

analisisafondo@cablevision.net.mx

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La Quincena Nº92

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