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MI SANTIAGO MÁGICO
GENTE SENCILLA
DEL NORTE
Juan Alanís Tamez*
Uno de los valores más arraigados en los norteños, es la sencillez de su gente y “para muestra un botón”, ahí está Santiago, Nuevo León. Lo mágico de su población, que en buena medida para producción económica depende de los servicios turísticos, llámese transportación, hotelería, gastronomía, artesanías, divertimientos, cañonismo, etc., etc.
El común de la gente, desde mucho antes del nombramiento oficial de Pueblo Mágico, es el de ser Gente Sencilla del Norte; el trato que se le da al visitante, al paseante, al turista foráneo, nacional o regional, es más que de compromiso de trabajo, un trato familiar con la peculiaridad de hacerlo de manera natural, utilizando el buen trato, la amabilidad, el respeto, el bien servir, sin complicaciones lingüísticas y con un derroche de sencillez.
Lo especial de este fenómeno es que es “pegajoso” en el buen sentido de la palabra; es decir, las personas que vienen a radicar a este mágico municipio, en poco tiempo se “contagian” de este estilo de vida y forma de ser, de tal suerte que si no eran así, se van cobijando de mayor sencillez.
En Santiago se tiene en sus habitantes un trato afable, sincero y lleno de amabilidad, casi todos los regiomontanos tienen por lo menos un amigo santiaguense con estas características, por no decir cualidades, lo cual valoran y hasta se ufanan de contar con su amistad; pero, ¿dónde está el secreto? La respuesta nos viene a la mente de inmediato en lo amigables que son, en que siempre te dan una buena respuesta en tus dudas, te ayudan si estás en apuros, te orientan para buscar la dirección que buscas, siempre comparten el pan y la sal y animan el espíritu en tus momentos difíciles.
Por esto y por mucho más, es que la gente de estos lugares como Villa de Santiago, El Cercado, San Francisco, San Javier, San José, Cieneguilla, El Álamo, los poblados de la Sierra, de la Boca, El Barrial, El Ranchito, Los Rodríguez, Piedra de Fierros, Los Cavazos y todos los que conforman este bello municipio, se ha ganado a pulso este bello mote de Gente Sencilla del Norte.
*Cronista de Santiago, N.L.
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