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ME QUEDÉ SIN PALABRAS
Lorena Sanmillán
Decir te quiero y decir amor, no significa nada. Las palabras sinceras las que tienen valor son las que salen del alma y en mi alma nacen sólo palabras blancas, preguntas sin respuesta llenas de esperanza. Cuánto me cuesta estar sin ti. Cuanto me duelen tus ausencias. Qué tonto amor el que hay en mí. Que te busca, te llama y vive por ti. Después te marchas y aquí estoy, coleccionando tus recuerdos. Cabalgando en la noche se acerca tu nombre. Quisiera estar dentro de tu mente y arrancar de ti tus dudas para siempre.
Hoy ha sido como ayer, mañana como hoy, si no te vuelvo a ver. Desnudo de tu amor, mis lágrimas bebí y todo marcha mal, al menos para mí. No tengo ventana para asomar mi soledad. De cara al mar veo el amanecer y una gaviota me hace estremecer. Mueve su cuerpo al compás del viento y con sus alas vuela mi pensamiento. ¿Qué será de ti? ¿Dónde estás, dónde estás, bajo qué techo te cobijas? ¿Dónde estás, dónde estás, en qué otro lecho suspiras? ¿Dónde estás, dónde estás, en qué brazos me olvidas? Me está matando el tiempo esperándote mi amor, y hasta el aire me pregunta si vas a venir o no.
Por más que intentes huir y cuando hables de mí digas que todo acabó, jamás me echarás de ti, aunque te duela reconocerlo. Un amor no muere así como así, como muere la noche y el día. Un amor como el mío no se puede ahogar como una piedra en un río. Un amor como el mío no se puede acabar, ni estando lejos te olvido. Y no se puede quemar, porque está hecho de fuego. Un amor como el mío, no podrás arrancarlo de ti, así como así y echarlo al vacío.
Como un regalo llegaste a mí. Con tus defectos y virtudes, me enamoré. A tu vida y tus costumbres, empecé a querer. Di todo lo que soy; mis sueños te ofrecí, mi inspiración. Me abrí de par en par, te di mi libertad. Me duele más dejarte a ti, que dejar de vivir. Me duele más tu adiós que el peor castigo que me imponga Dios. Camino perdido entre dos aguas, sintiendo que ya no te importo nada. A solas te hablo y creo oír tu voz. Hay veces que ya no sé ni quién soy yo. Escucha mi razón y ábrete al amor.
En el espejo de mi vida apareciste tú. Eres como un sol naciente, eres como eres tú. Eres fuego de amor, luz del sol, volcán y tierra, por donde pasas dejas huella. Te guardo el secreto de tu otra verdad. Tú seguirás siempre aquí mientras mi alma sienta la luz del sol. Me acostumbre a tus besos y a tu piel color de miel, a la espiga de tu cuerpo, a tu risa y a tu ser. Nada vale nada más que estar entre tus brazos para besar despacio
tu cuerpo de cristal. Porque te quiero y nada en el mundo me importa la vida es tan triste y tan corta. Que nada cambiará mi forma de pensar porque te quiero.
Mi buen amor, el mundo yo me río por hacer tu cuerpo mío vale la pena vivir. Que no me falte tu cuerpo jamás. Jamás. Tus risas ni tus silencios jamás. Jamás. Sin tu cuerpo hacer el amor no tendría valor. Esconde la vergüenza en tu corazón y vístete de amor que aún no acabó la fiesta. Invítame a morder el fruto prohibido y comerme a besos tu cuerpo de amor encendido. Desatando placeres, descubriendo cómo eres a solas conmigo.
Quererte a ti, es querer ganar el cielo por amor. Es haber perdido el miedo al dolor, es luchar contra nadie en la batalla y ahogar el fuego que me nace en las entrañas. Has nacido para mí, porque Dios lo quiso así. Amar es caminar sobre un hilo de cristal que puedes pisar fuerte cuando el amor es de verdad. Abrázame, criatura mía
abrázame. No tengas miedo, abrázame, suave y fuerte. Libera tu mente
y abrázame.
Si lloro es porque te añoro. Si río es porque le temo al vacío y lucho por estar contigo. Vivir sin ti es algo más que sufrir, es ver la cara del destino riéndose de mí. Necesito ese beso, eso beso tuyo de ayer, de hoy y de siempre. Estoy presa entre las redes de un poema, eres tú quien me puede ayudar o me condena. Cegar mis ojos quisiera y en la oscuridad, buscarte. Abre tu mente y hazme parte de ti para siempre. Abre tu corazón y guárdame junto a él. Abre tu alma y cúbreme con su piel. En tus manos tienes toda mi vida y en un puño guardas el alma mía. Tarde o temprano hay alguna razón, para abrir el corazón. Caminaré contra el aire y te amaré hasta que me ames como no has amado a nadie. Jamás me cansaré de amanecer pensando en ti, esperando oír estas palabras: amor mío he decidido volver.
Desde finales de los sesenta, Camilo Blanes le presta a Camilo Sesto sus palabras para que las cante. Hoy, Camilo Sesto se las presta a Sanmillán y siguen vigentes porque son capaces de expresar sentimientos con la sensual solidez de una poesía que no pasa de moda. Aunque en ocasiones abusa de la rima fácil sabe manejar el lenguaje para crear imágenes certeras. Las he cantado en muchas estadías. Hoy las necesito para hacer una catarsis de la más insólita sensación en mi vida.
lorenasanmillan@gmail.com
htttp://lorenasanmillan.wordpress.com
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