DELIRIUMS ESE…
Aureo Salas

—Siempre me ha gustado tomar solo, soy alcohólico, ¿y qué? ¿Y luego tú qué? ¡Vienes de la nada y te apareces de repente! ¡Así de la nada sales! ¡No creas qué te tengo miedo! ¡Aunque te me hayas aparecido y estés re-feo, no te tengo miedo…!
—Soy un Demonio, Gonzalo… deberías tenerme miedo… ¡Mírame! ¡Tengo lengua de fuego y cola de serpiente!
—¿Y eso qué? ¡No conoces a mi suegra! Bueno… mi exsuegra… mi vieja me dejó por la tomada…
—Pero el alcohol sí te es fiel… ¿o no?
—¡Cállate! ¡Yo sé mi cuento!
—Claro… todo mundo sabe su propio cuento y por eso es que estoy aquí… me tomé un rato libre y dije: Deja ver que podemos hacer el buen Gonzalo y yo… no sé, pero de seguro debe pasar algo bueno… ya casi tocas fondo… ya casi te siento en mis dominios… así que vengo a hacer algo por ti…
—Entonces tráeme otro tequila… este ya mero marcha.
—No, señor… aquí las reglas las pongo yo… Digamos que podemos hacer algo juntos, o sea, yo te ayudo a ser más que un simple mortal y a cambio tú haces y deshaces a tu antojo… estaba pensando en darte el poder de la Muerte por unas horas, ¿qué dices? ¡Serás la mismísima Muerte! ¿Qué harías si fueras la Muerte? ¡O qué no harías!
—Pues… si fuera la Muerte… me llevaría a mí mismo… ¡Qué me cargue la huesuda de una buena vez! ¡La vida no vale nada…!
—¡No! ¡No! Así no es esto…
—Entonces qué chiste tiene si no puedo hacer lo que yo quiera…
—O bueno… te puedo convertir en un depredador asesino… te puedo dar garras, dientes, fuerza descomunal… ¿Qué te parecería ser un León?
—No… no me gustan los circos…
—¿Los circos? ¡Yo hablo de causar terror… de devorar personas!
—¿Pero cómo, para qué? ¡Ni hambre tengo!
—¡No seas bruto, Gonzalo!
—Pero p´a que te enojas…
—Bueno… tranquilo… estoy tranquilo… respiro hondo… así… estoy tranquilo, todo está bien…
—¡Tan a gusto qué estaba chupando! ¡Pinches alucinaciones! Ya no voy a comprar esas botellas chafas de Soriana…
—Fíjate bien en lo que dices, Gonzalo… no soy una alucinación… y ya lo vas a ver con tus propios ojos… mira, cuando truene los dedos, serás otro. ¿No te gustaría hacer lo que quieras, tener poder y disfrutar del sufrimiento de los demás?
—No… tampoco quiero ser profesor…
—¡Eítale!, calmado, que hasta yo tuve maestro…
—Pos no te explicas…
—Está bien… está bien… ¡no se puede con los borrachos necios…!
—¡Necia tu aguela…!
—Ok, ok… vuelvo a respirar hondo… estoy tranquilo… vamos a cambiar un poco las reglas… tu pide lo que desees… te doy mi palabra que así se hará…
—¿En serio?
—Sólo pide… qué quieres, ¿muerte?, ¿destrucción? Lo que se te antoje te lo cumplo, soy Demonio de palabra.
—Pues como hace rato estaba muy tranquilo y así me gusta estar siempre… quiero que te vayas mucho a la chingada con todo y cola… ¡Ándele diablito, a chingar a su madre!
—Pe… (¡!)
—Vaya… hasta que se fue este cabrón… qué rápido desapareció… a lo mejor deveras quería darme algo pero ni modo, si quiero seguir chupando agusto me tengo que fletar todas esas alucinaciones del Deliriums ese… ese que te da por tanto chupar… total… ¡Salud!

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