“ME CONSIDERO SOCIALISTA DESDE LA CUNA”: LUISA HUERTAS, ACTRIZ
La voz del actor es música en el escenario, o por lo menos debería serlo.
El II Coloquio de Teatro nos trajo a la actriz Luisa Huertas, quien recibió un homenaje por su trayectoria en el ámbito del teatro. Aunque también ha tenido la oportunidad de participar en la pantalla grande, como lo fue “El crimen del padre Amaro” y “La Máscara del Zorro”, entre otras. Pero más allá de haber compartido los reflectores con Gael y Mr. Hopkins, 15diario les presenta las confesiones de una señora que ama el teatro:
Aunque me tachen fuera de moda, me considero socialista desde la cuna.
El lugar donde se forma el actor es en el escenario. Allí aprende a jugarse la vida. Solo hay una oportunidad, dar lo mejor en cada función. Allí no hay toma dos ni toma cinco. Lo que sucede es lo que se va a llevar el público. Y si hay un butaca dos, verá una función distinta.
Siempre fui rebelde. Nunca me sometí a un grupo. Nunca tuve gurús. Quería ser actriz y hacer lo que se me diera la gana como actriz.
En una ocasión me dijeron en Televisa, oye Luisa ¿y si te operas la nariz?
Y le conteste, mira mis pómulos, mira mi boca, mis labios de negra. No me voy a operar.
Estamos soportando a las caras bonitas, si no estuviéramos, no existirían las telenovelas. No soy ninguna estrella, no lo seré.
El verdadero actor se forma en el teatro. Lo mismo se puede parar ante un micrófono, las cámaras o en el estadio azteca.
A partir del 68 el gobierno atascó la UNAM de mariguana y otras drogas para que ya no lucharan. Mejor que se drogaran y que dejaran de pensar.
Nunca me quedé encorsetada con un director.
Porque en cada papel me interesa hacerlo propio, recrearlo, reconstruirlo, hacerlo crecer.
No soporto al actor títere, que no propone. O que se la pasa discutiendo y todo el tiempo se la pasa bloqueando al director.
No hay papel pequeño para un gran actor.
¿Quién se puede decir un actor hecho?
Y quien se lo diga, descanse en paz, artísticamente hablando.
El día que lo hagas, firmas tu epitafio. Dejas de estar vivo en el escenario…el día que subes con flojera a la función para cobrar el sueldo.
Para mi no existe el corsette, se lo pone uno mentalmente
Cuarenta años de trabajo…me he llenado de angustia, de no saber por dónde ir. He pataleado de rabia, se han ido papeles de la mano…por la edad, porque hay injusticias en el medio, que le dan el papel al cuñado de la sobrina del tío. He tenido necesidad económica muy fuerte.
La voz del actor no es la voz cualquiera. Esta predestinada.
Cuenta las historias de la humanidad. No es para pedir un pan bimbo en la tienda. Tiene que educarse. Inquieta las conciencias del hombre.
La voz del actor es música en el escenario o por lo menos debería serlo.
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