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22 Febrero 2011
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ANÁLISIS A FONDO
Partido partido

Francisco Gómez Maza

Pragmatismo en vez de democracia y revolución
¿Y la izquierda? En los cubículos universitarios

mEl Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue alcanzado y rebasado por su propia sombra. Duró mucho tiempo moribundo. Hoy, una corte de infiltrados cavó su tumba, y está encabezando el funeral. Los millones de ciudadanos que votaron por él se quedaron sin partido. El pragmatismo de la actual nomenclatura partidaria, basado en las alianzas con la derecha con el único objetivo de obtener el poder, dio al traste con una opción que, por ser una alternativa ofrecida por las fuerzas democráticas y presentar un camino diferente al que tenía acostumbrados a los mexicanos el Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue adoptada por muchos mexicanos.

Los actuales líderes perredistas doblegaron a la izquierda; coparon el Comité Ejecutivo Nacional y el Consejo Nacional, y entregaron al partido a las transas, componendas, negociaciones en lo oscurito, el cinismo y la desvergüenza. Hoy, el PRD puede abanderar, sin el menor recato, a un candidato que la víspera era priísta o panista, o aliarse con sus adversarios para obtener el poder. Y lo más grave es que hay infinidad de columnistas, analistas, comentaristas que avalan esta perversa estrategia perredista.

En base al juego de la democracia representativa, indudablemente que el candidato natural del PRD para la gubernatura del estado de México, colindante del Distrito Federal, y que actualmente está en manos del priísta Enrique Peña Nieto, estrella de alfombra roja para ser impuesto como candidato del PRI a la presidencia de la república, era el ex comunista Alejandro Encinas. Sin embargo, los actuales detentadores del poder al interior del partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el “santón” de la izquierda electoral mexicana, manipularon de tal manera las cosas que optaron por una “consulta” para avalar su decisión de aliarse con el partido del presidente Felipe Calderón y así “derrotar” al PRI.

Es el fin de la historia de la “izquierda” mexicana. Historia marcada por la traición. Los fundadores del PRD querían una opción electoral que cambiara el rumbo del país y pasara de la “dictadura de partido”, practicada por poco más de 70 años por el partido “oficial” – el PRI -, a un sistema democrático y revolucionario. Pero como dice el maestro Jesucristo: “Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz”… Y estos desplazaron a los fundadores en la constitución de un partido a modo, echando al basurero doctrina y principios para asegurarse seguridad, privilegios, canonjías, un “hueso” (puesto político o empleo en el sistema) en el aparato gubernamental.

Que Andrés Manuel López Obrador haya renunciado – o solicitado “licencia” – al PRD no es relevante. Ya venía en esa dirección, y sólo comprueba la muerte del perredismo. El político tabasqueño confía en que la gente que lo apoya está en las bases, muy a pesar de sus detractores. Más le valdría a López Obrador decidir ahora lo que tendrá que decidir tarde o temprano: ir con Encinas a las elecciones del estado de México con el apoyo de la mayor parte de las bases perredistas y de los partidos del Trabajo y Convergencia, que ya no son de la chiquillería.

“Dejad que los muertos entierren a sus muertos”… Que el PRD de los acomodaticios “Chuchos” vaya en connivencia con la derecha. Ellos nunca han negado con sus actos ser de derecha. Y peores que los derechistas, porque se visten con piel de oveja. Se presentan como izquierdistas, pero cobran con la mano derecha. No le queda otro camino a los auténticos izquierdistas aún dentro del PRD. Es preferible una derrota electoral a delinquir y ganar mediante la traición a los ciudadanos que confían en ellos.

Los otros izquierdistas,  los que ven con claridad el presente y las posibilidades de futuro para el país, se retiraron a los cubículos universitarios. Entendieron que la democracia representativa no es el camino. Los votos pueden manipularse a favor de quien sea. Son mercancía barata que se vende cara al mejor postor. Hoy esperan la oportunidad en las organizaciones populares, en las opciones de los ciudadanos. Y con éstas tendrían que enrolarse los “perdedores” de la partidocracia, tanto del PRD como del PRI e inclusive del PAN. La solución está en manos del movimiento ciudadano, como ocurrió en los terremotos del 85, donde la mano del gobierno brillo por su ausencia y fueron los ciudadanos los que rescataron a los muertos y a los sobrevivientes de los escombros. Aquella experiencia debe ser capitalizada por los verdaderos izquierdistas y demócratas.

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http://lacomunidad.elpais.com/analisisafondo/2011/2/21/analisis-fondo-partido-partido-
analisisafondo@cablevision.net.mx

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