CRÓNICAS PERDIDAS
Los ingenieros
Gerson Gómez

onterrey.- Lo de andar en oficinas les da mucha hueva. Eso es pa’ pendejos inescrupulosos, lacras de escritorio, conformistas agachones.

Bien sentados, bañados, en la sombrita, con el clima a toda madre.

Corbata y zapatos limpios. Eso no va con su personalidad. Ellos son bien jale.

Meme y Púas, ingenieros civiles, especializados en trazado de carreteras autosustentables.

Antes que salga el sol, en terrenos inciertos, mientras el rocío evade la tierra, los ingenieros, como los conocen los maistros, los contratistas y los chalanes talacheros, llegan con el café humeante.

Manos a la obra. Véngase conmigo, le vamos a desmontar por la parte norte, la que está junto a la noria. No olviden echarla abajo y cegar el pozo.

Por ahí va a pasar el progreso. No podemos detenernos, ya hay tanto pedo con los ecologistas.

Esos culeros, que pa’ todo andan con sus pancartas y marchas, deteniendo los proyectos. Son iguales de suatos, orejones y pendejos, que los que están en el corporativo.