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1129 22 Agosto 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
Presidente del empleo
J. R. M. Ávila

Monterrey.- Cuando Felipe Calderón Hinojosa, al principio de su espuriato, hablaba de crear empleos, ¿tendría en mente las vacantes que dejarían las víctimas de su guerra contra el narco? ¿Pensaría en aumentar las plazas laborales en el ejército y en las policías (cuyos nombres ya no se conocen a ciencia cierta) para que patrullaran nuestras calles y nos pusieran en un estado de sitio no declarado?

¿O acaso estaría pensando exclusivamente en empleo para sus amistades más cercanas y sus parientes? Porque la verdad es que al pueblo, hasta ahora, no le ha tocado beneficio algunos de su política de empleo.

Y todavía, a sabiendas de que no creó la cantidad de empleos que había prometido se atreve a decir que la situación laboral en nuestro país ha mejorado. ¿Olvida los 43 mil electricistas que lanzó a la calle? ¿Ya no recuerda el despido masivo en Mexicana de Aviación? (dos botones de muestra son suficientes). ¿Le llegó el olvido acerca de los raquíticos salarios mínimos que hay en este país?.
Parece perogrullada, pero el desempleo reduce oportunidades lícitas de trabajo y abre puertas a la delincuencia. Esto lo sabe mucha gente en este país y en todo el mundo. Calderón parece ser la excepción que confirma la regla.
Lo suyo es el fraude. Si no lo recuerda, se lo recuerdo yo. Defraudó a millones de electores que lo favorecieron con su voto. Defraudó a millones de votantes que se inclinaron por López Obrador en las elecciones de 2006 y 2012. Defraudó a millones de habitantes de este país a quienes no se dignó preguntar si deseaban una guerra interna contra el narco.
Para su mala fortuna, la guerra resultó fallida. Ni acabó con los cárteles ni acabó con el narcotráfico. Tal vez, como dice el pueblo, no le midió el agua a los camotes. No se dio cuenta de que había una gran diferencia entre ambas partes: la “delincuencia” estaba (y sigue estando) organizada, su gobierno no.
Felipe Calderón jamás podrá afirmar con orgullo, como sí lo hizo Fidel Castro en Cuba, que la historia lo juzgará. La historia lo está juzgando ahora y es un hecho incontestable que él se irá en 2012 tal cual llegó en 2006, por la puerta de atrás, literalmente. Se le juzga como se merece: en vida, hermano.
Si quisiera defenderse, con palabras no justificaría su pésima actuación como presunto presidente. Que intente justificarse frente a los deudos de quienes perdieron la vida en esta guerra. A ver si lo consigue.
Parece mala broma pero, para colmo, Calderón está entre los 5 presidentes mejor pagados del mundo.
En un país en el que priva la violencia visible e invisible, el desempleo desmentido con estadísticas, la inseguridad a la vuelta de la esquina, el fraude oficializado, tener un presidente con un salario superlativo, es una verdadera vergüenza.
Y lo peor de todo es que, próximamente en esta sala, Calderón se convertirá en el desempleado mejor pagado de este país.
¡Vaya cosa!

 

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