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1189 14 Noviembre 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
El Buen Fin
J. R. M. Ávila

Monterrey.- El buen pastor, el buen ladrón, el buen salvaje, el buen amor, el buen ejemplo, el buen amigo, el buen comer, el buen vivir, el buen samaritano, el buen tono, el buen gusto, el buen camino, el buen humor, el buen descanso, el buen tiempo, el buen nombre, el buen consejo, el buen ciudadano, son expresiones a las que ahora se desea agregar El Buen Fin.

Confieso que la primera vez que la escuché de labios de Carmen Aristegui: “Calderón anuncia El Buen Fin”, como estaba medio dormido lo primero que se me ocurrió pensar fue en el buen fin del sexenio, el buen fin de la guerra contra el narco, o el buen fin del mundo (tan anunciado para el 2012).

A medida que me sentí más despierto, la voz de Aristegui aclaró que se trataba del fin de semana del viernes 16 al lunes 19 de noviembre; es decir, ese lapso que otrora llamábamos puente de la Revolución, y ahora se pretende barnizar con el nombre de El Buen Fin.

Se supone que durante esos días seremos bombardeados y, se dice, de una manera más agresiva que en el 2011 (?), por ofertas del comercio organizado (ojo: escribí comercio organizado y no crimen organizado, así que cualquier parecido sería mera coincidencia).

Ya completamente despierto pensé: ¿es eso para ellos El Buen Fin? ¡Vaya! Ya se me hacía demasiada belleza para ser verdad.

Si ya en 1990 le oí decir a un director de secundaria en Linares, Nuevo León: “El problema de México es que todos queremos vender y nadie puede comprar”, me inclinaría por creer que la situación, después de 22 años, hubiera cambiado; pero, desafortunadamente, las estadísticas no oficiales (es decir, las reales, las no maquilladas) muestran que ahora hay al menos 60 millones de pobres, lo cual agrava la situación.

Preguntémonos con honestidad: ¿cuántos de esos 60 millones de mexicanos pobres o de pobres mexicanos tendrán acceso a El Buen Fin? Aún más, ¿cuántos de los que podrían presumir de nivel adquisitivo acudirán a este aquelarre mercantil con el cual se pretende seguir saqueando a la población de manera subrepticia?

Tal vez le reconocería el nombre de Buen Fin a esta propuesta si proviniera de un buen presidente, pero ni eso.

Y lo peor de todo es que nos birlan el día 20 de noviembre, que debiera conmemorarse, y no los otros cuatro. Si de por sí sabemos tan poco de historia de México, ahora, ¿escatimándonos las fechas históricas?

En fin, al paso que vamos pronto tendremos otras expresiones igual de desafortunadas: el buen ignorante, el buen sicario, el buen levantón, el buen cártel, el buen fraude, la buena guerra…

Pero, por encima de todas, la más sublime: el buen espurio.

 

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