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1189 14 Noviembre 2012

 

Biblioteca Granados Chapa para Hidalgo
Pablo Vargas González

Pachuca.- En la presentación del libro póstumo de Miguel Ángel Granados Chapa “Buendía. El primer asesinato de la narcopolítica en México”, el pasado miércoles 7 de noviembre en la ciudad de Pachuca, se hizo el anuncio de que el fondo de libros y el archivo del reconocido periodista se donará al Estado de Hidalgo, lo que es un anuncio de gran significado para la cultura y la sociedad hidalguense.

Tomás Granados, su hijo, y Martha Isabel Salinas, su viuda, estuvieron en Pachuca y al final de la presentación del libro dieron el anuncio de que la biblioteca personal de Granados Chapa debería estar en un lugar abierto y de libre acceso al público del acervo de libros y documentos que fueron recopilados por el autor de la columna Plaza Pública que se conforma con alrededor de 15 mil títulos.

La depositaria de este fondo cultural será la Fundación Arturo Herrera Cabañas, asociación civil, formada en 1997 por familiares y amigos de un incansable promotor cultural que a la vez era amigo de Miguel Ángel. Tomás Granados lo dijo certeramente, la biblioteca podrá nuevamente unir una larga amistad que se confeccionó con el apoyo de diversas causas en bien de la sociedad hidalguense.

Hay un gran acierto para que este fondo se encuentre en Pachuca y sea ofrecido por una asociación civil.  Granados Chapa no solo era hidalguense sino que nunca olvido a su “patria chica”; en múltiples ocasiones tuvo que aclarar que no es un “periodista hidalguense”, sino más bien un hidalguense periodista, para dar a entender que la oriundez hidalguense va primero que su profesión. Siempre valoró su identidad y su terruño, al que de diferentes maneras le prestó atención, como se observa en los títulos de los libros y de muchos artículos de su  “Plaza Pública” dedicados a temas hidalguenses.

Entre los más de doce libros que publicó, sobresalen tres que fueron dedicados a temas hidalguenses: “Vicente García Torres: El Monitor Republicano” (Editorial SEP, 1987), Alfonso Cravioto, Un Liberal Hidalguense (Océano, 1984) y “Constancia Hidalguense” (Grijalbo, 1999). Los tres son imprescindibles para conocer trazos de la historia política de Hidalgo.

El otro libro Constancia Hidalguense, publicado en 1999 logra reunir las notas periodísticas sobre temas de su tierra; una selección que sin duda muestra el compromiso, la inclinación por las causas sociales y populares de los hidalguenses. En este libro repite sus dos criterios que lo guían: el amor a la matria y la revaloración de vidas ejemplares.

Desde su columna “Plaza Pública” tuvimos los hidalguenses no solo noticias sobre temas fundamentales de la entidad, sino también un análisis político indispensable para entender los intríngulis y laberintos del poder local; así como también se puso a favor de causas objetivamente justas de la gente de Hidalgo, los mineros, los indígenas  de la huasteca, los maestros democráticos en el SNTE, los sindicalistas de Sahagún, campesinos del Valle del Mezquital, en la lucha de los sectores varios por la democratización en contra de abusos de poder de grupos y líderes alejados de la legalidad.

En el homenaje que le rindió la sociedad civil hidalguense en Pachuca se propuso que Granados Chapa sea denominado Hidalguense ilustre, y que su nombre se coloque en la Rotonda de los Hidalguenses Ilustres y en el congreso local. Hasta ahora no hay ninguna iniciativa al respecto. Lo que puede ser una gran noticia para la sociedad hidalguense harta necesitada de libros y bibliotecas puede ser desdeñada una vez más. Ojalá me equivoque.

Este gran gesto de la familia de llevar a Pachuca el archivo de lo que será la Biblioteca Miguel Ángel Granados Chapa debe concretarse como un proyecto de gobierno, instituciones culturales y de organizaciones de la sociedad civil. Este gran gesto debe ser reciproco para uno de los grandes hidalguenses, tan falta nuestra entidad de “vidas ejemplares”.

 

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