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1189 14 Noviembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
El beneficio de la duda
Francisco Gómez Maza

¿Más burocracia?
Veremos y diremos

Ciudad de México.- Como bien lo advierte Rami Schwartz, de la Carpeta Púrpura, Peña Nieto merece el beneficio de la duda, pero no por mucho tiempo. Sólo por los primeros 100 días.

Si al final de esto hay cambios importantes, el nuevo presidente podrá obtener muchos fans, inclusive entre los ciudadanos que no votaron por él. Si no, estará condenado a la crítica inclusive mordaz, como la que acostumbran endilgarle sin ton ni son muchos ciudadanos participantes en las llamadas redes sociales.

Peña Nieto debe tener presente que los próximo seis años son su única oportunidad para demostrarles a los mexicanos que, como presidente de la república, no es el gobernante tradicional, fundamentalista, autoritario, pagado de sí mismo, sino un siervo de la nación. Los mexicanos ya han sufrido mucho con los presidentes anteriores, sobre todo con los últimos 5, que han salido uno peor que el otro.

Hoy el actual presidente electo se reunirá con las bancadas priístas en el Senado y en la Cámara de Diputados, para sensibilizarlas en torno a la restructuración de la administración pública federal que propondrá después del primero de diciembre, luego de que tome posesión. Quiero creer que su iniciativa no es una invención más de la imaginación calenturienta de todos los que han llegado a la Presidencia. Sería muy lamentable que los cambios sólo fueran cosméticos; gatopardianos, como dicen los venezolanos. Cambios para no cambiar. Y aumentar la masa burocrática. 

Hoy es un día muy importante para Enrique Peña Nieto. En su encuentro de hoy estará con su equipo y los legisladores de su partido, encabezados por los coordinadores Manlio Fabio Beltrones (diputados) y Emilio Gamboa Patrón (senadores). Les hablará del contenido y del espíritu de la iniciativa de reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, gracias a las cuales podrá restructurar el gabinete de política interior y de seguridad pública.

El mismo Beltrones le dijo ayer a un grupo de los reporteros que cubren las actividades legislativas en San Lázaro que “el reto de gobernar para Peña Nieto es enorme”. Y vaya que lo es. Deberá dar excelentes resultados, inmediatos, en materia de crecimiento económico, empleo, combate a la delincuencia y paz social. En este sentido, con la reforma a la Ley Orgánica el nuevo presidente busca “reordenar el gobierno, para poder fijar mejores objetivos y exigir mayores resultados.”

En el tema del contenido de la iniciativa, los legisladores priístas apoyarán a Peña Nieto en la restructuración de la Secretaría de Gobernación, y especialmente en la implementación de estrategias y políticas públicas en materia de seguridad pública, que den mejores resultados, infinitamente superiores a los de la administración panista.

La nueva Subsecretaría del Interior, adscrita a la Secretaría de Gobernación, concentrará todas las funciones de seguridad federal e inteligencia civil, y será la instancia responsable de proponer las políticas, acciones y estrategias para prevenir y combatir la criminalidad en todo el territorio nacional. Las funciones que ahora están en las secretarías de Seguridad Pública Federal y Hacienda y Crédito Público pasarán a la nueva dependencia.

La propuesta peñista es crear una figura para prevenir y combatir los delitos federales, como la que existe en Estados Unidos, Argentina, Colombia, España o Reino Unido. Con distintas modalidades y matices, esa figura será la responsable de producir la inteligencia de Estado para garantizar la seguridad interna y externa; participar en el desarrollo de políticas en materia de seguridad; coordinar el intercambio de información con organismos nacionales e internacionales de seguridad; realizar los estudios de confiabilidad de funcionarios; ejercer el control migratorio, así como desempeñar funciones de policía investigadora, entre otras funciones.

Peña Nieto había anunciado por la mañana que la lucha contra la violencia provocada por la delincuencia organizada será desde la Subsecretaría del Interior. Esta nueva dependencia tendrá, luego de ser aprobada por el poder legislativo, las siguientes funciones:

Desarrollar la política de Seguridad Pública y proponer las normas, instrumentos y acciones para prevenir y combatir de manera eficaz la comisión de delitos.

Organizar, dirigir, administrar y supervisar a la Policía Federal; garantizar el desempeño honesto de su personal, y aplicar las medidas disciplinarias.

Proponer al Presidente de la República el nombramiento del Comisionado de la Policía Federal.

Salvaguardar la libertad, el orden y la paz públicos.

Crear la unidad especializada en el combate al narcotráfico y el lavado de dinero relacionado con éste, mediante trabajos de acopio de información y generación de inteligencia, de prevención, de destrucción y erradicación, así como de investigación policial de campo de los delitos contra la salud y otros igualmente graves relacionados con éstos.

Operar el sistema de inteligencia civil, responsable de identificar los riesgos y amenazas a la seguridad nacional; dar seguimiento a los desafíos planteados por la actividad delictiva, en especial, por las organizaciones que integran la delincuencia organizada.

Será responsable del sistema penitenciario federal, especialmente los centros de máxima seguridad que lo componen, junto con la política penitenciaria de la Federación.

Salvaguardar el control de los flujos migratorios y de bienes en las fronteras, puertos y aeropuertos, asumiendo las funciones de control y resguardo migratorio y aduanero.

Las secretarías de Gobernación y de Hacienda y Crédito Público deberán abandonar las tareas que hoy tienen a su cargo en torno al control migratorio y al resguardo aduanal.

Por último, la coordinación de las acciones en materia de protección civil.

Como acostumbra decir el colega Roberto Coello Trejo, mejor veremos y diremos. Cada nuevo presidente, cuando inaugura su sexenio, llega con ideas diferentes a las que practicó el saliente, y que no funcionaron o que fueron un fracaso, como el caso del fallido Felipe Calderón.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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