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12 de abril de 2010
15diario.com  


 

La justicia sale sobrando

Norma Carolina Rodríguez

De que no hay justicia, no la hay. Sé de un ratero, que nos robó a ti y a mí, que estuvo en proceso 4 años, y de buenas a primeras, lo soltaron. Estuvo en la ordeña de gasolina. Tenía gasolinera el señor. Les vendía gasolina a los del transporte urbano. Traía “trabajando” a su sobrino, a su propio hijo, en pipas que compró. Los traía robando. Los tráileres los rentaba. Se disfrazaba de buen padre, de buen hijo, de buen hermano. El día que lo descubrieron, en la maroma, traía 32 mil litros de Magna. Tenía tanques subterráneos llenos. Si mi lógica es la lógica común, al robar bienes de la nación me roba a mí, a mis hijos, a mis hermanos, te roba a ti y le robó hasta a su madre. Entró al Topo Chico con Diego Santoy, en esas fechas. Estábamos medio tranquilos porque estaba encerrado. Ya no. Hoy salió el ratero.

 

¿Cómo puedes estar tranquilo en este país, en medio de la supuesta guerra contra el narco, donde las autoridades judiciales hacen de la balanza que pende del brazo de esa mujer con ojos vendados, acopio para sus buchacas?

¿Quiénes están coludidos en su liberación? Los que le daban lana para que rentara terrenos para sepultar tanques, los que le daban dinero para comprar los tanques, los que le ayudaron a sacarlo del bote. Su familia está de plácemes. No querían verlo encerrado, volviéndose más loco de lo que ya estaba, porque no me van a decir que es muy cuerdo el que se mete adrenalinazas en cada “coronación” de a treinta y dos mil litros. Se necesita una condición psicopática para poder mandar a tu hijo a llenar un tanque ordeñando ductos. Consiguieron uniformes de Pemex. Logotipos, calcas para los tráileres. Es una ignominia.

 

Esta situación de “a río revuelto, ganancia de pescadores” es la que están aprovechando muchos delincuentes del fuero común y del fuero federal, aduciendo que ya no caben tantos rateros, secuestradores, asesinos, traficantes y demás alimañas, les están dando su regalo de Santa Clos. Ahí tienen también el caso de Jean Succar Kuri, lo mandan del penal de alta seguridad del Altiplano, al de baja seguridad, a Cancún. Es un pederasta, está confeso de delitos como titular de una red de pornografía infantil, y ahora está casi libre. ¿Cuántos más van a liberar en medio de la guerra? Estoy segura de que muchos, muchísimos. Los penales, de alta o baja seguridad, son terreno fértil para que la corrupción campee por sus dominios.


Y quienes administran este país, bien gracias. Rascándose la barriga, barrigones, barraganes.

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