Irma Alma Ochoa
irmaochoa47@yahoo.com.mx
15 julio 2010 / Francisco Gómez Maza / El colmo de la intolerancia

Lic. Gómez Maza:
A mí también me sorprendió la postura de la directora del IMUG, Luz María Ramírez Villalpando al discurrir en contra de las mujeres que se tatúan y hablar de pérdida valores... ¿Por qué se atrevería a criticar los tatuajes de las mujeres?, cuando en la foto que aparece en la Jornada, son evidentes sus tatuajes en ojos, cejas y labios (delineados).

Es muy raro que ella misma no se haya visto en el espejo. Quizá se quedó dormida durante el procedimiento -aunque le haya dolido- y olvidó verse cómo quedó. Pero en algún momento despertó,(estaba despierta cuando dio la conferencia) y pudo darse perfecta cuenta de su realidad. Un espejito donde quiera se nos atraviesa, así sea para lavarnos los dientes.

A la señora Ramírez le cuesta entender por qué se tatúan las mujeres; sin embargo, ejerciendo su libertad, ella tatuó su rostro, imagino que ella piensa que no son visibles para quienes la miran de frente.

Por su aseveración y tatuajes, muestra diferente tabula para medir: Ella sí puede tatuarse el rostro, pero las demás mujeres no deben ni pueden. Si lo hacen (las demás) es porque no tienen valores...

La Directora del IMUG pone en práctica la frase de Orwell: ¡somos iguales, pero unas más que otras!

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