582 16 de julio de 2010 |
Intuición de los votantes Guillermo Lozano
Procesos desesperantemente lentos y no sin obstáculos antidemocráticos, son los caminos del cambio político por las vías democráticas en México. Tal situación es asumida y aprovechada sólo mediante la paciencia infinita de un pueblo que desea las necesarias transformaciones de su nación mediante luchas pacíficas, lo que suena paradójico y hasta utópico ante el agravio recibido.
En un contexto de depredación económica, compra y coacción del voto, represión de movimientos sociales, violencias, intervencionismo de la economía y rematados con impunidad asfixiante, los votantes libres mexicanos han demostrado su inteligencia y su oportuno actuar para aprovechar los eventuales resquicios que la oferta política y el sistema electoral brindan a cuentagotas.
En las pasadas elecciones, al menos en tres estados: Puebla, Oaxaca y Sinaloa, los votantes lo hicieron. A pesar de los burdos e ilegales manejos del dinero para la compra y coacción del voto, de las campañas del miedo, las amenazas y la falsa opción del voto nulo, han vuelto a decir un no al PRI y sus aliados, aprovechando incluso las alianzas “contra natura” de la clase política, desde las cuales, en impugnación, algunos actores ya exigen- ahora sí- el “voto por voto”.
Hechos análogos podrían ser constatados en las luchas históricas desde que se empleó el voto público, pero habría que comentar -por razones de espacio y tiempo de investigación- sólo los casos más recientes para recordarlo: a) la jornada electoral, cuando su tendencia obligó a la “caída del sistema” y evitar que Cuauhtémoc Cárdenas llegara al poder contra Salinas de Gortari, momento que entre paréntesis fue crucial para la implantación del sistema que hoy padecemos; b) el voto útil, para asegurar que la alianza opositora al PRI, con el tristemente célebre Fox a la cabeza, llegara a “Los Pinos”; c) el repunte de la opción de AMLO, que obligó a la maquinaria antidemocrática, ahora del PRIAN, a impedir a toda costa su llegada; d) finalmente, el voto por las alianzas “contra natura” como nueva versión de la opción del voto útil.
Lo que queda claro es que los votantes libres no tienen mucha preocupación por la pureza de la línea política de los partidos o candidatos de su elección, sino que, con intuición e información, simplemente aprovechan la oferta que los partidos ofrecen y el sistema electoral posibilita para poder influir en los resultados.
Cosa parecida está ocurriendo al nivel de la lucha legislativa, en donde las iniciativas calderonianas cabildeadas por los poderosos de dentro y de fuera se han topado con la resistencia de los grupos que aún en minoría en el congreso representan dignamente las posturas populares. Este es otro terreno que requiere paciencia y sacrificios infinitos. Ver al SME y al diputado Mario Di Costanzo.
Entonces, en condiciones adversas para la mayoría libre y silenciosa del pueblo, ¿cuál es el hilo conductor que debemos seguir para analizar estos comportamientos políticos del voto? La respuesta es variada: el ciudadano libre e informado, la efectividad del voto secreto y la lucha contra la abstención.
Finalmente, algunas reflexiones personales: ¿es “contra natura” que yo, como simpatizante de la alianza de las izquierdas, quiera convencer y hasta llegue a alianzas o coincidencias en la acción con ciudadanos que simpatizan con el PAN y sus aliados? Y lo mismo para simpatizantes del PRI y sus aliados: ¿cuál es la condición necesaria para que la coincidencia se dé? Yo creo que la clave es que sean ciudadanos conscientes y libres.
Desde luego que en el plano programático-partidario (prometer no empobrece) las alianzas PT-PRD-PRI-PAN, etcétera (que podrían formar todas las combinaciones de un poliedro irregular y viscoso) son contradictorias en la formalidad, pero en lo político-electoral son factibles.
En resumen, el oportunismo político de una alianza “contra natura” brindó de nuevo la oportunidad electoral. Ya se verá después la pugna y la polarización ante el reparto de puestos y las prioridades en la asignación de recursos en los programas, pero lo que sigue para la alianza ganadora es “gobernar para todos con estricto apego a la ley”.
Veremos al tiempo si la intuición funcionó o no. Paciencia, ya habrá otra oportunidad de meter gol, perdón, de meter al ejecutivo menos malo al poder.
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