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| 615 1° septiembre 2010 |
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FRONTERA CRÓNICA En nota reciente, Lorenzo Zambrano, director general de Cemex, reconoce el problema de inseguridad que hay en Monterrey; califica de "cobarde" a quien se va de aquí y asegura que es una vergüenza que quienes más han recibido de esta tierra son los que huyen al extranjero. Es obvio que el empresario del cemento se refiere a sus semejantes, aquellos que como él han obtenido enormes ganancias en estos lugares. No se refiere a la población que trabaja duro y gana apenas para irla pasando. No piensa en quienes trabajan en sus empresas. Sabe que ni en cien años podrían darse el lujo de retirarse a vivir de sus ganancias en el extranjero. Sabe que si se marchan será para buscar trabajo mejor pagado. Sabe que no son quienes han recibido más de esta tierra. ¿Qué preocupación puede tener por esa gente? Advierte además de la discriminación de la que serán objeto los hijos de quienes huyan a Estados Unidos de América, pues "estarán en un ambiente extraño para ellos". Eso está por verse. ¿Acaso la mayoría del gremio empresarial no tiene a sus vástagos en colegios de habla extranjera en los que se promueve el estilo de vida gringo? ¿Acaso ignora que a Monterrey se le conoce como una Nueva York en pinche? ¿Acaso no sabe que se define a Monterrey como la ciudad norteamericana más al sur de Estados Unidos? La discriminación en crudo no empieza en el “otro lado”. La discriminación campea por estos lugares, desde el pago desigual a las mujeres que desempeñan trabajos iguales a los de los hombres y la contratación en las empresas de acuerdo a la apariencia de quien solicita un trabajo, hasta el maltrato y el asesinato de quienes migran de territorios más al sur hacia el nuestro. No es una lástima que se vayan quienes más han ganado aquí. Lo lastimoso es que para cuando se van ya tienen todas sus ganancias en el extranjero. Lo lastimoso es que a quienes no poseemos empresas se nos confunda con esa gente. Ni comemos cabrito día tras día, ni vivimos en grandes hoteles, ni explotamos a otra gente, ni tenemos cuentas bancarias repletas, ni nos permitimos los lujos que esa gente selecta se permite. A nosotros nos afecta más la violencia porque no tenemos guaruras ni autoridades a nuestro servicio; a nosotros nos amenaza cada día el desempleo galopante, a nosotros sí nos afectaría migrar hacia otros lugares porque nos ha costado más defender esta tierra de los embates de la gente emprendedora aliada con el extranjero. Para nosotros, migrar es doloroso y no un acto de cobardía. Si migramos es porque sus acciones nos han orillado a eso. http://fronteracronica.blogspot.com/
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