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8 septiembre 2010
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FRONTERA CRÓNICA
Las armas nacionales
JRM Ávila

Antes de esta guerra inútil emprendida por Calderón, cuando íbamos a una fiesta (sobre todo los fines de semana), nuestra mayor preocupación era encontrarnos de regreso con algún operativo antialcohólico. Y resultaba que a veces nos topábamos hasta con tres y en los tres nos detenían para ver las condiciones en que conducíamos. De tal manera que quien iba a manejar de regreso a casa debía cuidarse de beber, porque al detectársele aliento alcohólico se le trataba casi como delincuente.

Desaparecieron los operativos antialcohólicos pero empeoró la situación. Ahora, si se regresa de una fiesta por la noche, se debe tener más cuidado, porque puede haber un retén militar fantasma y ni cuenta te das de que lo estás violentando. Y ya se sabe que los soldados ni preguntan ni negocian. Ellos hablan con las armas, aunque para ello no se cubran de gloria. Esto es lo que ha sucedido a dos familias en la carretera Nuevo Laredo-Monterrey. Resultado: un adolescente de 15 años y su padre muertos, más cinco personas heridas.

Los militares argumentan que dispararon contra el vehículo porque no se detuvo ante el retén militar. Una mujer que sobrevivió a los disparos asegura que las familias no se dieron cuenta de que había un retén y de repente comenzaron a recibir disparos. Un hijo y hermano de los muertos declara que "trataron de rebasar un convoy militar y al momento de hacerlo les dispararon". Hay quien dice que fueron más de dos muertos.

Vivimos tiempos en que de todo se duda y nos llenamos de preguntas planteadas en vano. Cada que sucede algo como lo que le sucedió a estas familias (o como lo de los migrantes asesinados en Tamaulipas) tenemos que recibir la información con mucho tiento. ¿Se trata de una versión que se atiene a los hechos? ¿Es una versión de acuerdo a un testigo o a varios testigos? ¿La versión se ajusta al punto de vista del medio que la emite? ¿La versión es la más conveniente y menos comprometedora para el gobierno? Es difícil encontrar la verdad ante tanta incertidumbre.

Lo que resulta incuestionable es que las armas nacionales, en otros tiempos cubiertas de gloria, ahora se cubren de oprobio. Es lógico: un ejército nacional no puede aspirar a grandeza alguna cuando tiene al frente a un jefe que no tiene idea de lo que significa defender a su pueblo.

http://fronteracronica.blogspot.com/

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