778 18 Abril 2011 |
ANÁLISIS A FONDO 4 años de sufrimientos
Así ocurre la vida de los mexicanos desde hace ya cuatro años. Desempleo, pobreza, inseguridad, violencia, asesinatos de mujeres, secuestros masivos, asesinatos masivos, violencia y muerte. Un calvario peor que el de Cristo. La pasión del nazaretano duró 12 horas. Entre las tres de la madrugada y las tres de la tarde. El martirio de los mexicanos lleva ya una vida y no tiene para cuando acabar. Quizá en el 2015, dijo un prócer de la seguridad. Pero a diferencia de Jesús los mexicanos no tuvieron su entrada triunfal. Su Domingo de Ramos. Así, sin más aviso que una decisión inconsulta, comenzó su pasión. Y ya tienen en la bitácora diaria algo así, digamos, porque no hay estadísticas confiables, unos 40 mil asesinados de los cuales hay muchos llamados “daños colaterales”: niños, jóvenes, mujeres, ancianos que sólo tuvieron que estar en el lugar “equivocado” para ser crucificados por las balas de uno y otro lado. Tristísima historia. Indignante. Lo único que prueba es que la violencia engendra violencia. Y es el cuento de nunca acabar. Como una culebra que se muerde la cola. Un círculo infernal: violencia, violencia, violencia, violencia… Y quién la detiene. Quién la apaga. Los criminales del crimen organizado no van a parar. Está visto. Hoy se habla poco de narcotráfico. La macabra moda son los descubrimientos de masacres. De “narcofosas” embarazadas de cadáveres. El caso más sonado es el de San Fernando, en el estado nororiental de Tamaulipas. Hasta hoy, 145 cadáveres dicen que de indocumentados centroamericanos muchos. En agosto de 2010 hallaron 72 cadáveres en el mismo lugar. La mayoría migrantes que se aventuraron a ir por una mejor oportunidad a Estados Unidos. Y los secuestros de autobuses en las carreteras tamaulipecas. Y ya ni hablar de si la estrategia de las autoridades estuvo equivocada. Ya ni hablar de si no se midieron las consecuencias de una guerra con un enemigo poderoso. No tiene sentido. Los hechos hablan por sí. La violencia se apoderó de extensas regiones del país. Los grupos criminales se han convertido en la “autoridad” en comunidades, pueblos, villas y ciudades. La acción punitiva del Estado es diariamente rebasada por la fuerza corruptora y de fuego de los brazos armados de los cárteles del narcotráfico y de la delincuencia organizada. Y ya los asesinatos de mujeres, los secuestros individuales, los delitos comunes, el robo, el narcomenudeo pasaron a segundo plano. Estamos con la moda macabra de descubrimientos espeluznantes, que rebasan lo más perverso de la imaginación humana. Caramba. En qué país estamos. Hasta cuándo los mexicanos, tan desgraciados como el desgraciado nazaretano, clavados en la cruz, podrán bajar de ella y resucitar como un pueblo digno de una vida humana. A desfondo: Sólo para documentar el pesimismo. De 1985 a 2009, poco más de 34 mil mujeres y niñas fueron asesinadas en México. Y es un pueblo sin ley. Existe la Ley General de Acceso de las mujeres a una Vida Libre de Violencia, pero no se han reformado los códigos penales para erradicar la violencia en contra de las mujeres. Y falta tipificar el asesinato de mujeres como “feminicidio”. El feminicidio es de características particulares, que lo hacen diferente a cualquier otro homicidio. Para ello hay que reformar el código penal federal. http://analisisafondo.blogspot.com/ ¿Desea dar su opinión?
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