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901 7 Octubre 2011

EL CRISTALAZO
La cárcel entre los mares
Rafael Cardona

Ciudad de México.- Como si de pronto las costas se hubieran replegado y las fronteras se estuvieran acercando, México es hoy una especie de cárcel violenta en la cual todos vivimos entre el susto y el miedo.

La historia nacional comienza en Veracruz. México nace, simbólicamente, en el desembarco a la Isla de los Sacrificios. Ahí se inicia el ayuntamiento. En las playas del norte y el sotavento se carenan las naves y se cierra el camino de retorno al mar. De ahí en adelante sólo quedan la espada y la cruz.

Acapulco es la otra puerta. Es la inusitada y sorprendente bahía en cuyos atardeceres se oculta el sol naciente de Japón y China. La nao y las carabelas. Los mares de México; el Golfo y el Pacífico, donde la sangre hace imposible el adjetivo.

Por razones similares los estados de Guerrero y Veracruz se han salido del control de sus gobiernos. La rapacidad y el nepotismo en el primer caso –así lo quiera desmentir el gobernador Aguirre, los hechos lo confirman— y la improvisación de Javier Duarte en el segundo, obligan al gobierno federal a actuar como se ha venido haciendo, con los resultados ahora visibles, en otras partes del país.

La fórmula de sustituir a las policías corrompidas e ineficaces por fuerzas federales (tan temporalmente como para no sustituirlas a fin de cuentas) no es tan simple ni deja resultados automáticamente. En Michoacán, por ejemplo, donde se iniciaron estos operativos mayúsculos, el experimento ya va para seis años y la tranquilidad no ha vuelto. Es más, en el diez por ciento de los municipios del estado no se podrán hacer elecciones completas, pues varios partidos, entre ellos el de Felipe Calderón, no presentarán candidatos.

Nadie puede en su sano juicio rechazar la intervención federal como el único recurso posible en momentos de emergencia. Es más, a la operación policiaca y militar se le debería dar un complemento político cuya culminación podría ser la declaratoria de desaparición de poderes dictada por la simple ocasión de constatar a cada paso la plena ineptitud de los gobiernos estatales.

A fin de cuentas ni en Veracruz ni en Guerrero los poderes pueden.
 
Como no son capaces, necesitan la mano protectora de la federación. Hoy se han vuelto virreyes de la incompetencia y el untuoso lagoteo. Son, como nunca antes, provincias; es decir, regiones sin gobierno propio.

Nada más aprecie usted el tono de Ángel Aguirre un día antes del anuncio del plan “Guerrero Seguro”, durante una reunión sobre el aprovechamiento del agua del río Balsas:

“Usted está pasando a la historia con el apoyo que está dando en este rubro. Y creo que pasaría más, no es una actitud paternalista, señor Presidente…

“Simplemente le agradezco su preocupación, Presidente, su solidaridad, que está mostrando con Guerrero y, particularmente, con Acapulco. Como usted y yo lo hemos platicado, todos tenemos un recuerdo grato del Puerto de Acapulco. Ahí, muchos de los que están aquí, celebraron su luna de miel, otros, ahí por primera vez tuvieron su primer amor, y otros, procrearon (?) algunos de sus hijos también en el Puerto de Acapulco.

“Por eso, Acapulco va a seguir siendo muy grande. Y tengan la seguridad que con el apoyo del Gobierno Federal, que hoy por la tarde tendremos una reunión sobre este tema, Acapulco y Guerrero saldrán adelante”.

Pero mientras Aguirre rememora actos de procreación “lunamielera” bajo la luna de la coqueta playa de Caleta (habría dicho Agustín Ramírez), la realidad nos habla de otra forma:

“(Reforma, 6 de octubre). Grupos sociales, padres de familia y maestros marcharon ayer sobre la Costera Miguel Alemán para exigir al Gobierno del Estado devolver la paz y la seguridad a este destino turístico. Algunos manifestantes portaban moños negros y cargaban ataúdes y cruces para protestar por las ejecuciones, así como por las extorsiones y amenazas contra profesores, lo que mantiene cerradas decenas de escuelas”.

Pero no sólo es el lambiscón gobernador de Guerrero el problema. También Javier Duarte, el ejecutivo veracruzano las trae consigo. Cuando apareció el reguero de muertos en Boca del Río no tuvo mejor recursos sino condenar a los difuntos por su mala conducta cuando estaban vivos.

Tenían antecedentes, dijo, con lo cual su muerte seguramente dejaba de ser delito y horror.

Días después la vocera de seguridad del gobierno federal, Alejandra Sota, salió a desmentir al gobernador, con lo cual se estableció de inmediato cuál es el verdadero significado de la palabra coordinación:

“Nosotros no tenemos información de que ciento por ciento pertenezcan, que estén incluidos en la Plataforma México con antecedentes penales”.

Fidel
En algún momento durante la campaña electoral, Fidel Herrera nos dijo cómo andaba Javier Duarte. No se le ha quitado, según parece.

Pero a FHB tampoco lo ha abandonado su característica buena suerte y mientras al sucesor se le sueltan los demonios, a él lo cobija el PRI. Humberto Moreira, el presidente del CEN lo designa junto con otros ex gobernadores necesitados de protección política, como uno de sus coordinadores regionales.

Fidel Herrera Beltrán se encargará de la región 2, que abarca Tamaulipas, Nuevo León, Durango y Coahuila.

 

 

 


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© Luis Lauro Garza Hinojosa