ANÁLISIS A FONDO
Sinfonía patética
Francisco Gómez Maza
Gobierno, consentido de los bancos
Al resto, que se lo coma el chucho
Ciudad de México.- Una de las pruebas del comportamiento de la economía es el comportamiento del crédito que los bancos particulares otorgan a los agentes económicos.
Si productores, distribuidores, comerciantes y prestadores de servicios se endeudan, la economía va viento en popa. Fluye todo. Hay producción, hay intercambio, hay un mercado robusto.
Pero lamentablemente las cosas no son de este calibre en México, aunque el señor Agustín Carstens, gobernador del Banco de México; el señor Meade, secretario de Hacienda, y el presidente Calderón, traten de magnificar cifras manipuladas.
Desgraciadamente, el discurso presidencial monotemático sólo permite a los medios de información destacar, y por razones meramente mercantilistas, el lado amarillista de la patética realidad que están viviendo los mexicanos, con su secuela de violencia extrema, sangre y muerte.
Los medios informativos no ven el otro lado, tan patético como el de la violencia, que es la economía tanto de las empresas como de los trabajadores: fuga de capitales, inestabilidad de los mercados monetarios, financieros y de riesgo, o sea bursátiles.
El crédito bancario es un indicador muy importante de la marcha de la economía y ha aumentado a cuentagotas.
El pasado agosto el saldo del financiamiento otorgado por los bancos privados no alcanzó los tres mil millones de pesos aunque su crecimiento rebasó el 100% pero no fue suficiente.
Los bancos le están prestando más al gobierno que a la iniciativa privada.
Analistas de la consultora Tendencias le han estado dando seguimiento al tema al destino final de los recursos privados, cuyos dueños son los trabajadores mexicanos que depositan su nómina a tasa cero de los casos, así como de las empresas que operan en el país y que confían sus recursos a la banca.
Los banqueros insisten en aumentar más en sus portafolios de deudores al gobierno que a la misma iniciativa privada. Mientras el crédito al sector privado aumentó 11% en agosto, los recursos para el gobierno crecieron 18% en una competencia desleal, por que los bancos siempre preferirán prestarle al gobierno quién además puede solicitar créditos de mil formas diferentes frente al ciudadano o las empresas sin que a la fecha el gobierno se haya pronunciado al respecto, ya sea por el evidente conflicto de intereses en el que se encuentran o bien por miopía ante un tema fundamental para que el mercado interno avance.
En otro orden de ideas, de acuerdo con las cifras comparativas de penetración del crédito del Fondo Monetario Internacional, los bancos de Latinoamérica prestan poco dinero con relación a otros mercados. Argentina y México son los más rezagados de la región, con un nivel de préstamos equivalente al 14 y 16% del Producto Interno Bruto. Brasil tiene un 29% la excepción es Chile con un nivel de 73%. En Estados Unidos la taza de créditos de la Banca Comercial es del 46% del PIB; en Suiza es de casi 170%.
Y la verdad es que el crédito es el motor y a la vez el síntoma de la salud de una economía. Participa e indica que el mercado interno está operando en beneficio de todos; de oferentes y demandantes; de productores, distribuidores, comerciantes y prestadores de servicios.
En México, la economía está funcionando a menos de medio gas. No hay congruencia entre la oferta y la demanda. La inflación está controlada a la fuerza. Si no hay capacidad de compra de los llamados consumidores obviamente que los precios tenderán a bajar, pero esta situación permite la guerra de precios y es el cuento de nunca acabar.
La banca comercial tendría que deshacerse de su afán de lucro total para otorgar créditos, a tazas blandas a todos los agentes económicos, e inclusive bajar los tipos de interés para los créditos al consumo, manejados a través de los llamados “plásticos” que no son otra cosa que las malditas tarjetas de crédito.
A desfondo: otro indicador del buen comportamiento de la economía son las exportaciones que, en honor a la verdad han tenido niveles históricos. Después de la gran crisis de hace 3 años, por la bancarrota inmobiliaria en Estados Unidos, las ventas al exterior se han convertido en el aporte principal del crecimiento económico. Sin embargo, esta situación positiva corre el riesgo de volverse negativa, ante la ya muy anunciada recesión en el mundo capitalista, motivada por la quiebra de Grecia y la crisis de la deuda de los países de la Unión Europea, ya muy estudiada por importantes economistas.
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