CRÓNICAS PERDIDAS
Trix tras
Gerson Gómez
onterrey.- Sentados, en el taller de escritura, en la biblioteca central de la ciudad, Rutilio el ciego, pide al instructor un poco de conmiseración.
Por eso, doctor, soy invidente desde nacimiento.
¿Cómo quiere que le haga un poema al estilo Whitman, con la naturaleza, resaltando el color verde?
El instructor pensó en darle un zape.
Vería estrellas, pero no era lo que buscaba, ese efecto de frescor y viento.
Rascó su camisa de franela a cuadros. Encontró el contenedor con pastillas para el aliento.
Saco dos mentas, y las puso en manos de Rutilio el ciego.
