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WILLY EL DE LA GRANJA
Gerson Gómez
Para Fery Dávila
Los libres y locos en el Universitario, los de la adicción en el Tecnológico, los que llaman a la XEOK, la estación del barrilito, desde los teléfonos públicos, porque si no, se acaban el saldo del celular mientras esperan en la línea. Los que dedican las canciones de mi compadre, Jorgito Celedón, saben que donde el Willy pone la firma, se respeta el espacio.
Llego a mi barrio, en la Granja Sanitaria, que antes le decían la Granja Sanguinaria, nomás porque siempre salíamos en los periódicos, que tierra de nadie, que la ley no existe, puras paletas.
En los 400 años de la fundación de la ciudad nos cambiaron el apelativo por uno más rimbombante: Valle de Santa Lucía.
Aunque igual salimos en la telera, si llueve porque se mete el agua a todas las casas, si hay riñas porque son campales, nunca hablan de lo bueno, nomás nos sacan a balcón.
Nos agarramos de la greña porque es deporte: riscazos, manopla, manolimpia, sacamos el fierro, la fusca, los bates, envases de cerveza, desarmadores, a patadasvoladoras, todo se vale.
Hay muchos batos que se pasan de lanza con los compas, con las morras, con los jefes o con los morritos. Tira a león.
Hay que darles un estatequieto, un tenmeaquí, que le bajen a su choro.
Las granaderas nunca llegan, por mas llamadas al 089, eso de la denuncia anónima es puro pedo.
Solo los militares, que llegan en convoy. Esos vienen sobre la idea, no se andan con pendejadas ni metiéndose en donde no les llaman.
Chuyín, el dueño del depósito, se cansó del Greñas.
Se metía a robar, con un filero en mano. Así le hizo como unas 10 veces. Ya no se peinaba de lado.
Cuando llegaron los de la compañía y pidieron gente pa irse a las avenidas a cerrarlas pa que los culeros del gobierno se dieran cuenta que son la mera ley, el Greñas coordinó todo el cotorreo.
Luego el Greñas agarró el depo como su oficina pa estar vendiendo piedra, perico o mota.
Aparte el Greñas cobraba piso. No perdonaba falta. Todos los sábados a las 12 día de raya. Y pásele a la báscula.
El Chuyín andaba bien ardilla. Ya estaba pensando hasta cambiarse de colonia. Que estaba muy caliente la plaza. Ahí fue donde el Greñas la cagó, le valió madres el consejo de mantener el perfil bajo.
Compró su lobo, le puso rines cromados en Pablo de la Garza, el estereo con devedé, de poca madre, vidrios polarizados, agarrando el pedo todos los fines de semana en el barrio antiguo.
Puras Buchanas, diciendo: ahora que tengo varo ninguno de mis compas toma cerveza. Eso, nomás los jodidos. Los chúntaros caguameros.
Que se le ocurre al Greñas invitar a salir a la hija del Chuyín. No te frikees, María.
¿Qué hongo, mi socio, no le gusto para yerno? Agüelito soy tu nieto. Ahí la ves bestia peluda.
Dos días después los militares catearon el depo.
Se llevaron al Greñas, con la cabeza cubierta con una playera negra.
Por la lobo, llegaron los de la grúa. Para arriba y a los patios de la Policía Federal Investigadora.
Yo me la rifo, soy el más verdura. Siempre ando filosón.
¿Cómo va a estar el abarrote?, pregunto cuando llego con los compas de la esquina.
¿Qué transita por tus venas? ¿Qué pasotes con esos zapatotes?
Vámonos pal centro, quedamos en atacar el puente atirantado. Subir las fotos al fotolog.
¡Chido, Liro, Ramiro y el vampiro, Clodomiro! Antes de llegarle vamos a llamarle al mugroso de la radio:
Saludos a los que andan merodeando por estos laredos, quiero mandarle saludos a la lolita, que la extraño, y a la almeja, que ya no la aguanto.
Quiero mandarle un zape, un qué poca y un la porra te saluda a la marcela que todavía no regresa de su viaje en el tibet, con eso de que anda meditando.
Pa mí que ya no la quieren soltar los monjes.
Si tienen tele, ahí se ven.
El Willy de la Granja, bien mamado, es pura vitamina.
Se me hace que ya no voy al ataque en el puente Atirantado, hay mucho choto y halcón.
Mejor me lanzo para aventarme un fax, con la hija del Chuyín, ahora que el Greñas está guardado en el ambulatorio tres del Cereso en Salinas Victoria.
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