El año pasado los crímenes aumentaron, más robos de autos, más ejecuciones, más secuestros, más corrupción, más impunidad; sin embargo, nadie habla de los crímenes que se cometen en los ámbitos de la cultura y las artes. Aquí les enumero algunos que en esta sociedad regiomontana del consumo y el espectáculo no cuentan, ya que los gobernantes, embebidos en una atmósfera estridente y demagógicamente chata, falsa en el doble sentido de imitadora y deshonesta, han convertido a las manifestaciones artísticas y culturales en seudocultura populista; ya me lo decía un amigo pintor que siempre se queja de los del CONARTE, pero que no deja de pedirles becas (y se las dan, las becas), olvidando que se es funcionario tres o seis años, pero artista se es para toda la vida.

1.- UN CRIMEN CLÁSICO. La novela El crimen de la calle Aramberri, fue editada por 5ª ocasión; el libro, que fue alabado por el mismísimo Carlos Fuentes, seguro tiene méritos y sospecho que uno es que el libro está bien escrito, lo que lo ha convertido en un clásico de la literatura regiomontana.

2.- LOS LIBROS VOLARON. Pero no crean que las ventas en las librerías aumentaron, me refiero a los libros que pusieron en las estaciones del Metro para que fueran leídos en el trayecto y devueltos al terminar el viaje; más allá del famoso dicho que todos conocemos, definitivamente el que presta un libro es alguien generoso y quien no lo devuelve es simple y sencillamente un ratero.

3.- TOROS SÍ, TOREROS NO. Eloy Cavazos dijo adiós a los ruedos después de más de 40 años de andar matando toros; se le hicieron muchos homenajes, hasta una exposición en un museo, además de numerosos artículos y entrevistas en los medios de comunicación. En una de ellas, publicada en el suplemento “Cancha” del periódico El Norte, titulada “42 embestidas a Eloy”, cuando se le pregunta, “¿Cuál es el mejor libro que ha leído?”,  Cavazos, sin ningún empacho, contesta: “No acostumbro leer libros”, desde aquí sólo alcanzamos a decir: ¡ooooole!, porque no leer, definitivamente es un crimen.

4.- ALFREDO RAMOS MARTINEZ.  De este regiomontano (1871-1946), maestro de la plástica mexicana, desaparecieron 3 obras que eran parte del acervo de la Pinacoteca de Nuevo León. La directora de la Pinacoteca sólo argumentó que ella no tiene llave de la bodega. En Internet circula una página con una lista de funcionarios sospechosos.

5.- RUFINO TAMAYO. Mientras sus obras alcanzan sumas millonarias en las subastas en Nueva Cork, la escultura urbana “Homenaje al Sol”, de su autoría, permanece en el olvido, maltratada y sin mantenimiento; y si andamos con esculturas, otro monumento al olvido es la ruta escultórica inconclusa, la cual se suponía que estaría lista para el Fórum.

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