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LOS NUESTROS
Daniel Salazar M.
El pasado martes 12 de enero murió en París, Francia, el filósofo marxista Daniel Bensaïd a la edad de 63 años, luego de una difícil y prolongada enfermedad.
Militante revolucionario desde su adolescencia, Daniel Bensaïd participó junto a Alain Krivine en la fundación de la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR) en 1966, vivió y encabezó la gloriosa revuelta del mayo francés en 1968 y junto a otros rebeldes dio vida a la Liga Comunista en 1969 llamada posteriormente -en 1973- la LCR (Liga Comunista Revolucionaria). Bensaïd permaneció desde entonces fiel a su compromiso revolucionario.
Con su muerte se pierde a una de las figuras más destacadas de la izquierda europea. Fue notable dirigente de la IV Internacional y su presencia política y vasta obra intelectual, marcaron a varias generaciones de militantes en Francia y el mundo.
Bensaïdse dio a la tarea de renovar y revitalizar el pensamiento marxista para la que él mismo decía. “Nos hemos equivocado a veces, incluso a menudo y sobre bastantes cosas, pero al menos, no nos hemos equivocado ni de combate ni de enemigos”. Continuador del marxismo revolucionario, frecuentaba decir de la deformación estalinista en sus debates contra los detractores del socialismo: “Liberar a los vivos del peso de los muertos y pasar la página de las desilusiones”.
Daniel Bensaïd ha muerto apenas un año después de la creación en Francia del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista). En vísperas de su fundación publicó con Olivier Besancenot -“Prenons Parti! Pour le socialisme du XXIème siècle” (2009)- un libro para armar de ideas, propuestas y perspectiva estratégica a los militantes anticapitalistas.
Olivier Besancenot, político francés de izquierda y candidato a las elecciones presidenciales francesas por la LCR -Sección Gala de la Cuarta Internacional- que en las elecciones presidenciales de 2002 obtuvo 1.200.000 votos y en las de 2007, 1.500.000 (por lo que es considerado por los franceses como el principal opositor de Nicolás Sarkozy) dirá de Bensaïd: “Juntos tomamos partido por un socialismo del siglo XXI. El movimiento obrero ha perdido al más brillante de los pensadores del marxismo contemporáneo”.
En el último de sus escritos, Bensaïd dejó evidencias de esa inquebrantable convicción suya por continuar la revuelta: “Ceder a la identificación del comunismo con la dictadura totalitaria estalinista sería capitular ante los vencedores provisionales, confundir la revolución con la contrarrevolución burocrática y clausurar así el capítulo de las bifurcaciones, único abierto a la esperanza. Sería cometer una irreparable injusticia hacia los vencidos, todas las personas, anónimas o no, que vivieron apasionadamente la idea comunista y que la hicieron vivir contra sus caricaturas y sus falsificaciones. ¡Vergüenza a quienes dejaron de ser comunistas al dejar de ser estalinistas y que no fueron comunistas más que mientras fueron estalinistas”. “De todas las formas de nombrar al otro necesario y posible del capitalismo inmundo, la palabra comunismo es la que conserva más sentido histórico y carga programática explosiva. Es la que evoca mejor lo común del reparto y de la igualdad, la puesta en común del poder, la solidaridad enfrentada al cálculo egoísta y a la competencia generalizada, la defensa de los bienes comunes de la humanidad, naturales y culturales, la lucha contra la rapiña generalizada y la privatización del mundo.”
Sin duda es que por eso Alain Krivine despide así a quien fuera su camarada de armas “la muerte del filósofo es una gran pérdida y una gran tristeza. Perteneció a una generación de militantes que se probó a sí misma en 1968. Nunca abandonó la bandera de la revuelta y la resistencia y personificó la continuidad de la lucha revolucionaria en la que usó la teoría marxista sin hacer de ella un dogma sectario”.
deltarojo@hotmail.com
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