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5 de abril de 2010
15diario.com  


 

Finsemaneras

Carlos Manuel Sabines

Para abrir el cuarto mes del año, Calderón, Cordero, Kessel y el mejor equipo económico del mundo, nos recetaron unas medidas draconianas que afectan la cotidiana vida de los mexicanos, en una de las partes que más nos duele, el bolsillo.

Las decisiones de los susodichos, como siempre no tienen lógica, ni son consecuencia de un mínimo raciocinio, puesto que son contradictorias. Vea usted.

En declaraciones en que la euforia prevalece, la SHCP anunció que su previsión de crecimiento del PIB para 2010 será del 4.1%; que el precio de referencia de la mezcla mexicana del petróleo de exportación en vez de 59 dólares, como estaba señalado en el Paquete Económico 2010, será de 65 dólares por barril; que el tipo de cambio del dólar promediará 12.80 pesos por divisa verde y que la inflación será del 5%.

En cuanto al guarismo del crecimiento, aquél se debate en una amplia gama de previsiones de diferentes bancos e instituciones, que van del muy optimista 5.5% al realista del 2.8%. Así que obtener conclusiones en esas circunstancias no es nada fácil, aunque el número conservador sería el más adecuado.

Al mismo tiempo de la euforia, la dependencia anunció que la recaudación del IDE se desplomó en el primer bimestre de 2010, un 57.7% y eso con una tasa del impuesto que se elevó del 2% al 3% y de que la base gravable se modificó de 25 a 15 mil pesos, por obra y gracia de los acuerdos en lo oscuro del PRI-PAN.

Y para arrancar la cuarta edición de 2010, las gasolinas y el diesel vieron incrementados sus precios como sigue: la Magna a 8.12, la Premium a 9.78 y el Diesel a 8.48 el litro, con lo que en este año, los aumentos han sido de 32, 21 y 32 centavos por litro. Aunque sea repetitivo esto ocasionará una nueva alza de los precios de todos los productos de la canasta básica, de los demás, y de bienes y servicios; en otras palabras la inflación de nuevo se acelerará.

Estamos sin dudarlo, ante la paradoja y la más terca necedad que hayamos visto.

En otros temas, también a no dudarlo, Calderón tiene un problema existencial, ¿cuál es el tema crucial por el que atraviesa su cuestionada administración?, ¿es la crisis económica o es la inseguridad, amén de tantos y tantos problemas de la agenda nacional?

Sobre la inseguridad, Calderón ha sido severamente cuestionado, le han dicho que el mexicano es un estado fallido, por la cantidad de errores que acumula en sus determinaciones. Ahora, desde San Lázaro le dicen que la política de seguridad pública es ciega y fallida.

Pero si faltaba algo, el Mayo Zambada (Proceso, 3 de abril de 2009), uno de los capos más buscados, en entrevista con Julio Scherer García, dice: “Al presidente, además, lo engañan sus colaboradores. Son embusteros y le informan de avances, que no se dan, en esta guerra perdida”. ¿Calderón necesita más evidencias?

Digo esto porque hasta las primera y segunda visitas a Ciudad Juárez, defendió a ultranza la presencia del ejército en esa plaza, a pesar de que le hicieron reclamos de todo tipo, desde la violación a derechos humanos, falta de efectividad, hasta la corrupción de los militares.

Ahora, ya habla de un cambio de táctica, replegar al ejército a sus cuarteles paulatinamente y dejar la protección de las ciudades en manos de las policías. ¿Qué pasó que lo hicieron cambiar de opinión?

 

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