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14 de abril de 2010
15diario.com  


 

Campus de muerte

Miguel Treviño Rábago

 

LA MANCHA sangrienta de Tlatelolco, se extiende ahora por todo el país. Los estudiantes caen abatidos a tiros en el 2010. Cuarenta y dos años después, igual que en 1968, sin armas en las manos, son cazados como venados. Ayer porque protestaban, ahora porque estudiaban. Lo cierto es que están muertos, fueron acribillados, aunque el Rector del Campus de la Muerte no tenga los pantalones para reconocerlo. Son dos víctimas más de los miles que han caído abatidos por órdenes de Presidentes que ahora tienen manchadas las manos con sangre inocente. Y así pasarán a la historia.

 

LAS IMÁGENES del 68, nos permiten recrear en nuestra mente, el horror de los tiroteos. Soldados bien pertrechados, disparando a diestra y siniestramente, contra estudiantes que sin esperarlo, sin merecerlo, sin buscarlo, caen rafagueados súbitamente. Aquellos jóvenes del 68, decían, eran agitadores sociales; los del 2010 son estudiantes becados con grado de excelencia. El horror del exterminio, inició en 2006, tal vez como comenta un amable lector, para dar legitimidad a un gobierno sin apoyo popular. Tenemos una “guerra” civil con casi 20 mil muertos.

 

LA JUSTIFICACIÓN es la misma para todos los casos. El tratamiento para la opinión pública es para retrasados mentales: se interpusieron en medio de un tiroteo entre "supuestos" narcos y militares. La agudeza visual y el criterio no existen. La etiqueta ya está lista: delincuentes organizados. Aquellos del 68 eran subversivos, comunistas, agitadores. Los del Tec de Monterrey, apenas caen abatidos y un funcionario estatal aparece veloz en la tele y dice, que le dijeron que eran "sicarios". Así de ligeritas son las autoridades de Nuevo León. No investigaron, no preguntaron, no lo confirman, repiten como loros el dicho militar. Luego con desvergüenza inaudita, "reculan" y para colmar la burla, organizan una marcha "por la paz"... pero de los sepulcros. "Ora" sí que reculeros resultaron.

 

ACASO SE podría esperar más de un Gober light al que su antecesor le impone todos los funcionarios estatales que cobraron en el sexenio pasado.

TLATELOLCO fue la tumba de cientos de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas. Ahora, el Campus del Tec se ha teñido con la sangre de dos estudiantes más. Los supuestos "narcos" no aparecen, los "videos" no aparecen, las "credenciales" no aparecen, los "testigos" de las ventanas no aparecen, las "armas" no aparecen, los supuestos "sicarios" sí aparecen, pero muertos. No hay asesinos. La "justicia" nadie la conoce. La ley existe sólo en el papel. Los violadores de la ley son intocables. Javier Barros Sierra, el Señor Rector de la UNAM en el 68 se pone a la cabeza de la marcha del silencio de miles y miles de jóvenes en la ciudad de México. Pronuncia un histórico discurso en el que recrimina al gobierno gorilesco de Díaz Ordaz-Echeverría la masacre estudiantil.

 

LA INDIGNACIÓN es nacional, pero igual, ocultan los cuerpos de muchisísimos estudiantes. Hay cifras, hay fotos, hay libros, hay revistas, hay películas de la matanza del 68. Ante la salvajada gubernamental del gobierno priísta y "revolucionario", la prensa calla y los estudiantes furiosos corean en las calles ¡Prensa vendida! ¡Prensa vendida!. El Rector del Tec, apagado, sin presencia, sin coraje, apenas si se le oye protestar. Su consejo más "audaz" es "que tengan más cuidado" ¿quiénes?, ¿los estudiantes o los uniformados? ¿Para quién va la advertencia? Luego, pronuncia discursos llenos de sueños, bofos, deseoso de quedar bien con dios y con el diablo; desborda demagogia de la misma que nos endilgan a diario a través de Telenvicia, Teveazquea y Multimensos, cuyas facturas multimillonarios siguen fluyendo a las ventanillas de cobro gubernamentales. Las propuestas irán a parar a donde fueron las otras: a la basura y al olvido.

 

EL ESQUEMA gobiernista de Nuevo León se repite. Una marcha desangelada, con todos de blanco. ¿Acaso no debería ser de negro, de luto, con olor a muerte y rabia? Les avisamos desde aquí que fueron balaceados y muertos dos estudiantes distinguidos. Lo peor: el resto de las escuelas superiores se hacen los "occisas", no asisten ni apoyan.

 

DÍAZ ORDAZ babeando sangre, inaugura los Juegos Olímpicos del 1968, la sangre de Tlatelolco todavía está fresca, la rechifla y el abucheo es monumental. Parecido, aunque más fuerte que la de Torreón en el estadio de los cerveceros "modelo". El repudio contra el asesino del 2 de octubre es nacional e internacional. Tiende la mano y todos se la escupen, excepto Echeverría, que espera treparse para repetir otra matanza el primer 10 de junio de su sexenio. En Monterrey se repite la "vuelta" olímpica pero al Estadio del Tec. Sí donde juegan los Rayados. Protesta y vuelta chiquita, que contrasta con los llenos a reventar de los juegos de futbol. ¡Qué ironía!  En la protesta por los jóvenes brillantes, van cientos. Pocos, poquísimos. En el juego de las patadas con venta de cerveza y boleto pagado, van miles y miles. Por eso estamos como estamos.

 

LOS CIUDADANOS le tenemos más miedo a los uniformados que a los delincuentes. En lo personal, creo que puedo esperar en cualquier momento una agresión del gobierno estatal o federal. Son los mas vengativos y más peligrosos. Pero también está difícil quedarse callado. El rector del Tec todavía cree que los militares van a permitir ser juzgados en tribunales civiles. El Ejército es y ha sido uno de los intocables de los gobiernos priístas, panistas, perredistas, y demás satélites presupuestívoros. Su lema es "primero el billete y luego la Patria". Pero en el Tec parecen tener preferencia por la novela "Se vale soñar". Pudieron convertirse en la punta de lanza nacional, por su prestigio y relevancia, pero los intereses empresariales que allí convergen, los anularon. Y es comprensible, la lucha al lado del pueblo, no está entre sus prioridades. Su vocación elitista es más poderosa y dominante.

 

EL OLOR A MUERTE se extiende de Tamaulipas a Nuevo León y a todo el país. Las calles de todo México están tapizadas de cadáveres. Mexicanos contra mexicanos se enfrentan con las armas en la mano. Calderón viaja a los Estados Unidos a exigir el control de las armas atómicas. Hágame el recabrito favor. No puede detener el flujo de las armas cortas y largas que ingresan al país y anda tomándose la foto con los que se reparten el mundo. Pero la historia nos dice que cada presidente tiene sus muertos. Calderón ya casi completa los 20 mil. ¿En qué cifra se detendrá la carnicería?

 

POR CIERTO y para cerrar esta ronda de preguntas que nadie contestará por supuesto, una pregunta más: ¿Qué opina Andrés Manuel  López Obrador de la actuación del Ejército Nacional?

 

trabago49@hotmail.com               

elobservadorpolitico@hotmail.com  

 

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