HORIZONTE CIUDADANO
Protesta de jubilados universitarios

Rosa Esther Beltrán

Saltillo.- El miércoles pasado pensionados, jubilados y profesores activos, agremiados en la Sección 38 y trabajadores de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y la Autónoma de Coahuila, fueron convocados por la Asociación Libertad y Justicia Magisterial, AC, a fin de protestar por las carencias y las deficiencias en los servicios de la Clínica Magisterial de los Trabajadores de la Educación.

A la manifestación concurrieron en su mayoría pensionados y jubilados, algunos muy ancianos y con evidente deterioro de sus condiciones de salud; estos profesores son de los que se desempeñaron como verdaderos apóstoles del magisterio.

Las quejas son por el deficiente servicio de la farmacia, la escasez en el cuadro básico de medicamentos, lo que implica que se entrega a los derechohabientes incompletas las recetas, con lo que éstos se ven obligados a acudir a la farmacia varias veces hasta que llegan las medicinas prescritas, si es que llegan. Hay pacientes que por cansancio no regresan por las medicinas; dicen, a mí no me consta, que esos medicamentos, en muchos casos, van a parar a manos de particulares que los venden para su beneficio.

Hay casos en los que los derechohabientes optan por comprar las medicinas; también se quejan de que frecuentemente la consulta general se satura por lo que los pasan a los siguientes días; las citas para consultas con especialistas pueden tardar meses y en el caso de los adultos mayores son los que los requieren con más urgencia, gastroenterólogos, neumólogos, oftalmólogos, geriatras y neurólogos, pero no cuentan con ellos; se quejaron también de que la atención en urgencias es muy deficiente.

No es difícil explicarse algunas de las debilidades en los servicios: los médicos generales no reciben un salario, les pagan 7 pesos por paciente atendido, son 26 los que les asignan por turno, así, lo que reciben por turno no llega a 200 pesos, es increíble, cómo puede ser que un servicio de tanta responsabilidad profesional como es la de los médicos, se pague con esas cantidades ridículas, sin duda, ganan más las empleadas domésticas, por eso, es muy justo el reclamo de los profesores de que les paguen mejor a médicos de la Clínica ya que es explicable que se vayan a las farmacias Similares o a las del Ahorro donde les pagan mucho mejor.

Ante esta situación, quien va a la Clínica debe de ir resignado a pasarse ahí varias horas, aunque sólo acudas a la reposición de medicamento, que son muchos los casos diariamente, lo razonable sería que esos pacientes los derivaran a un consultorio sólo para transcripciones de medicamento, pero no, van con el médico general a esperar una o más horas; esto se llama falta de planeación y de organización.

Una comisión de los profesores fue recibida por el presidente del Consejo del Servicio Médico Benito Parra, el administrador de la Farmacia y el director médico de la Clínica, quienes reconocieron las fallas y se comprometieron a acelerar los cambios, ofrecieron exigir al personal en general mejor atención y mejorar los servicios, igualmente los manifestantes establecieron un mes de plazo para ver cambios reales en los servicios.

Conviene recordar que los derechohabientes aportan un 3 por ciento de su salario para recibir los servicios de la Clínica del Magisterio y el Estado aporta un 12.25; el resto va por parte de las secciones sindicales y las universidades.

El año pasado, Carlos Moreira Valdés, líder de la Sección 38, después de anunciar que ya no se pagaría por la medicinas que la Clínica receta también ofreció que los derechohabientes tendían un plan de seguridad social sin costo alguno, para los tratamientos de tercer nivel (Múzquiz, Coah. 07-01-10); ese día todavía no se ha llegado. También anunció la construcción de una clínica de tercer nivel, que tendrá un costo de 100 millones de pesos, así como un albergue para los familiares de los enfermos derechohabientes. Hay que decirlo, lo prometido, es duda.

Las inquietudes de los profesores afiliados a la Sección 38 y los de las universidades aportantes van más allá de los pésimos servicios de la Clínica del Magisterio, porque los planes de los Moreira para cambiar las leyes y reglamentos de pensiones y del servicio médico siguen adelante, con lo que los derechos de estos grupos se verán seriamente afectados. Por eso, no pueden bajar la guardia.

¿Desea dar su opinión?