HORIZONTE CIUDADANO
Hoy Coahuila es otra
Rosa Esther Beltrán Enríquez
In memoriam
Al guerrero de la libertad de expresión, Miguel Ángel Granados Chapa
Saltillo.- En las últimas décadas del siglo 20 y durante el primer lustro de la pasada, en Coahuila, los secuestros sí se presentaron, aunque de manera esporádica, eran delitos raros, hasta exóticos.
Pero en el último lustro del siglo 21, Coahuila es otro. A inicios de este año la Procuraduría General del Estado de México reportó que este estado, Coahuila y Michoacán mantenían el liderazgo en secuestros en el país.
Este peligroso liderazgo fue confirmado el pasado 3 de agosto por el gobernador Jorge Torres López cuando dijo que, “es innegable que las bandas de secuestradores están incrementando su actividad en la entidad, esto aunado al hecho de que muchos de los plagios no son denunciados por el riesgo de que los criminales asesinen a sus víctimas”. Recientemente la prensa nacional relataba que Coahuila está en el Top 5 de secuestros.
Otra veta que revela que Coahuila es otro es la de los desaparecidos. Esta semana fueron rescatados en Piedras Negras 61 desaparecidos, pero ninguno es de los incluidos en las listas de la asociación, Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUNDC), los liberados son personas de Oaxaca, Chihuahua, Guerrero y otros estados.
FUNDEC manifiesta tener 206 desaparecidos registrados en sus listas. De acuerdo a informes del Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, este año hubo un aumento de 100 personas desaparecidas, este es un fenómeno siniestro, reciente, que muestra que sí, en efecto: Hoy Coahuila es otra.
Hoy hace ocho días, los saltillenses nos acuartelamos, cada quién se encerró en su casa a piedra y lodo; a las 7,20 de la mañana escuché la primera balacera muy cerca de mi colonia. Por el recrudecimiento de la refriega, las escuelas de todos los niveles cerraron; yo permanecí en Campo Redondo durante casi 6 horas y no había ni entrada ni salida; un poco antes de las 3pm nos permitieron abandonar las instalaciones.
Pero los saldos de las batallas campales hasta el momento se desconocen a ciencia cierta, las autoridades niegan a los ciudadanos el derecho a saber y sus versiones no son creíbles. ¿A qué se debe la ineficacia supina de las autoridades responsables de nuestra seguridad? Es que: Hoy Coahuila es otra.
Por si fuera poco, en este momento el Estado tiene una deuda sin precedentes, con muchos hoyos negros, la falsificación de documentos por parte de funcionarios públicos para contraer deuda pública por la módica suma de 33, 867 mil millones de pesos mediante diversas irregularidades detectadas en las cuentas públicas, es un elemento más que nos muestra que: Hoy Coahuila es otra.
Los coahuilenses la pagaremos y hasta le pagaremos a Rubén Moreira para que administre esta onerosa y ominosa liquidación, por 6 años él vivirá de nuestras aportaciones a la deuda.
Pero además, otra vez asistimos al indignante escenario de la impunidad, no hay culpables, el gobernador electo no moverá un dedo para exigir la rendición de cuentas porque lo ha dicho, “a mí, la deuda no me quita el sueño”, es explicable, el asunto queda en familia.
Yo soy inmigrante, llegué a Saltillo cuando se iniciaba el despegue industrial trasnacional; entonces la ciudad me fascinaba por sus días lluviosos; en invierno los días de neblina abundaban; en ese tiempo el ambiente social era bastante aldeano, la ciudad era muy provinciana y nada quebrantaba la paz; aquí encontré hombres y mujeres honestos, sencillos y trabajadores, cuyo objetivo primordial era tan sólo buscar el bien común, el bien de todos.
¿Cómo fue que la paz se ausentó de Coahuila? ¿Cuándo el tranquilo Saltillo dio un giro tan radical y violento? ¿Cuándo se convirtió en campo de batalla en las zonas residenciales y avenidas más transitadas de la ciudad?
Dicen los conocedores de la cultura local que esto ocurrió cuando los ciudadanos renunciaron a serlo y se convirtieron en gente indiferente a lo que los gobernantes hacían, que fue cuando les dejaron manos libres, dejaron el gobierno en manos de gente sin responsabilidad y sin ética.
Hoy Coahuila ya no nos pertenece, es de los bancos, es rehén de la mentira, es rehén de la simulación, es rehén del cinismo. Hoy Coahuila es otra.