ANÁLISIS A FONDO
La acechanza de la inseguridad pública
Francisco Gómez Maza
23 millones de delitos: 210 mil millones de pesos
Pocos se denuncian por desconfianza en la autoridad
Ciudad de México.- Casi 23 millones de delitos, con su secuela de sangre, dolor y lágrimas para otros millones de padres, madres, hijos, hermanos, parientes cercanos, se perpetraron en México en 2010. El costo que representaron esos milloncitos superó los 210 mil millones de pesos. Para redondear la tragedia, sólo 2.8 millones (12.3%) de esos delitos fueron denunciados por las víctimas o sus familiares.
Las víctimas, en el año de referencia, sumaron 17.8 millones de personas, lo cual significó una tasa de 1.3 delitos por víctima. O sea, 24% de la población de 18 años y más fue objeto de algún delito. La tasa de prevalencia delictiva; es decir, el número de víctimas por cada 100 mil habitantes fue de 23,956 a nivel nacional.
Esta cifra es resultado de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2011, levantada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y es comparada por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) con la de Canadá, donde el porcentaje de víctimas de algún delito durante 2009 fue de 26,800 para una población de 15 años y más, mientras que en Inglaterra y Gales fue de 21,500 en la población mayor de 16 años.
Esta comparación entre México y lo países mencionados tiene el defecto de los rangos de edad, de tal forma que, si en México se considerara la población de 15 años y más, la base de cálculo aumentaría en más de 6 millones de personas, por lo que la tasa de prevalencia podría ser igual o mayor a la de estos países.
Un aspecto sin duda relevante es el relacionado con la denuncia del delito. En este campo los resultados son desalentadores. Del total de eventos delictivos (22.7 millones, exactamente), sólo 2.8 millones (12.3%) fueron denunciados. La cifra negra, que considera los delitos no denunciados, o en los que no se inició averiguación previa, fue de 92.0%, cifra que refleja en buena medida el desaliento de las víctimas por denunciar, debido principalmente a que consideran que es una pérdida de tiempo, o por desconfianza en las autoridades.
Pero un elemento también muy importante en el tema de inseguridad y delito en hogares es el costo que representa. De acuerdo con la Envipe, en 2010, como ya quedó consignado arriba, tal costo ascendió a 210.8 mil millones de pesos, lo que significó 1.53% del PIB (Producto Interno Bruto). Si bien esta cifra pareciera moderada, la percepción cambia cuando se tiene que equivale al ingreso anual de poco más de 3.3 millones de personas que ganan en promedio 3 salarios mínimos, según estimaciones de los analistas del CEESP. Evidentemente esto puede estar contribuyendo a que la población modifique sus hábitos de consumo, afectando la actividad productiva y por ende la creación de empleos.
La inseguridad sigue siendo un tema importante en el entorno del crecimiento económico. Es un fenómeno que no sólo afecta el patrimonio de las personas, sino que su incidencia tiene un alcance que va más allá y pone en riesgo otros aspectos, como la vida, la libertad y la salud de los individuos. Igualmente puede tener un efecto negativo sobre el ritmo de crecimiento de la economía, además de propiciar que cada año sean desviados de actividades productivas una cantidad importante de recursos para tratar de prevenir y combatir los problemas de inseguridad.
De acuerdo con los resultados de la más reciente Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, uno de los principales factores que en los próximos meses podrían afectar el ritmo de crecimiento de la economía son los problemas de inseguridad pública. Pero no sólo para los especialistas la inseguridad es un problema. La percepción de los hogares también refleja una seria preocupación frente a la posibilidad de verse afectados por algún evento delictivo.
Mucho se ha discutido sobre este tema en el que prevalecen opiniones encontradas en cuanto a sus costos e incidencia sobre el dinamismo de la actividad económica y el bienestar de la población. Sin embargo, las cifras son contundentes y reflejan una situación difícil, en opinión del CEESP.
Habrá que estar pendientes de lo que pase en los siguientes meses, ya que el tema de inseguridad sin duda será muy socorrido en los tiempos electorales que se avecinan.
Un elemento de alta relevancia que incide en el dinamismo de la actividad económica es la confianza de los agentes económicos. Bajo esta apreciación, se puede intuir que la actividad productiva del país podría seguir moderando su ritmo de avance en lo que resta del año, percepción que se apoya en el deterioro de los indicadores que recogen la opinión de productores y consumidores acerca de la situación actual y futura de empresas y los hogares.
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