HABÍA UNA VEZ
Dislates del diputado texano
Everardo Hernández Medrano
atamoros, Tamaulipas.- El pasado viernes regresó a Matamoros el diputado federal Baltazar Hinojosa Ochoa, para rendir su informe de tareas legislativas, pero se le pasó la mano en los autoelogios y el yoyismo acostumbrado.
Yo hice, yo gestioné, yo dije y yo (quiero ser candidato a senador), eso fue lo que se entendió y hubo decepción aun entre sus seguidores y empleados que se gastaron un dineral adornando el Teatro de la Reforma con juegos de luces, música y sonido para según el diputado impresionar a la audiencia, pero lo que no pudo explicar fue por qué le fue tan mal a Tamaulipas con el reparto del presupuesto para el 2012.
Los matamorenses todavía no olvidan que cuando fue alcalde (2004-2007), dejó una serie de obras inconclusas y la Auditoría Superior de la Federación le encontró cuantiosos desvíos de recursos, obras pagadas y no realizadas, facturas apócrifas de por lo menos 20 empresas locales y de otros municipios, y la “joya de la corona” el gran fraude del relleno sanitario.
Pero parece ser que lo de fraudulento es de origen porque durante su campaña para diputado federal, se confirmó que nació en Brownsville, Texas y que sus padres lo registraron en Matamoros, mintiendo sobre su lugar y país de nacimiento, documentos que fueron publicados en varios medios de comunicación de la localidad, lo cual nunca fue desmentido.
No obstante, lo que la selecta audiencia quería oír fue por qué los diputados federales, nunca consultaron con sus “representados” sobre las iniciativas y reformas que fueron rechazadas, aprobadas o congeladas en perjuicio de la sociedad y en beneficio de los intereses de los partidos políticos y grupos empresariales o financieros.
Fue un evento decepcionante para arropar el enorme ego del diputado que ya se siente y habla como senador y futuro gobernador, lo que incomodó a la clase política de la entidad, porque le faltó sensibilidad y le sobró soberbia y arrogancia.
En fin, luego del evento en los cafés locales se recordó que cuando fue diputado federal en el 2006, se sumó al grupo de traidores que siguió a la Primera Maestra del País, Elba Esther Gordillo hasta la ignominia del exilio actuando en contra del entonces candidato presidencial Roberto Madrazo y logrando su derrota final en las urnas con el apoyo de otro traidor al PRI como el caso del entonces gobernador Eugenio Hernández Flores que ordenó que la estructura priista votara por los candidatos del PAN en el proceso del 2006.
La clase política local está muy molesta por la traición del dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira a los priistas en beneficio de su protectora Elba Esther Gordillo, por el generoso e inmerecido regalo de diputaciones y senadurías, sin consultar con nadie y sólo siguiendo el mandato autoritario de Enrique Peña Nieto, quien sin serlo, ya ordena como si fuera presidente de la república de los años ochenta o noventa.
Los viejos priistas que no son fácil de engañar sospechan que “hay gato encerrado” en lo que proclaman las empresas encuestadoras de que Peña Nieto le lleva 20 puntos de ventaja a sus competidores del PAN y del PRD, porque de otra forma no se explica que hayan hecho alianzas tan desventajosas para el PRI, sin tomar en cuenta que ocasionarían el temido divisionismo en todo el priismo. “Peña Nieto y Humberto están asustados”, dijo un viejo priista.
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