Suscribete
934 23 Noviembre 2011

Indignados con causa
Luis Villegas Montes

C
reo
que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que los ejércitos permanentes. Si el pueblo norteamericano alguna vez permite a los bancos privados que controlen la emisión de su moneda, primero por la inflación, luego por deflación, los bancos y corporaciones que crecerán alrededor de los propios bancos privarán al pueblo de toda propiedad hasta que sus hijos despierten sin hogar en el continente que sus padres conquistaron. El poder de emisión del dinero debería ser arrebatado a los bancos y restaurado a la gente, a la que pertenece propiamente.
Párrafo de la carta que Thomas Jefferson, 3er. presidente norteamericano, envía al secretario del Tesoro, Albert Gallatin, en 1802.(1)

Chihuahua.- Seguramente usted ha escuchado esa canción de José Alfredo Jiménez que se llama “Cuatro Caminos”; entre otras cosas, su letra dice: “Es imposible que yo te olvide, es imposible que yo me vaya. Por donde quiera que voy te miro…”; ¿se acuerda? ¡Pues haga de cuenta! A donde vaya, ahí está: Crisis económica en España, en Italia, en Portugal, en Irlanda… y de Grecia es mejor no hablar porque aquello se convierte en una tragedia idem. Berlusconi, en caridad de Dios, ya cayó; Rodríguez Zapatero debe poner sus barbas a remojar porque ahí viene la derecha en la persona de Mariano Rajoy; el gobierno griego está prendido con alfileres y para acabarla de amolar: “Irlanda y Portugal tendrán que completar una reestructura de deuda similar a la que ha iniciado en Grecia, por el importante monto de sus obligaciones públicas y privadas, […] la experiencia internacional [advierte] que después de una etapa de alto endeudamiento público, como el de estos países europeos, invariablemente se ha resuelto con una quiebra pública, o bien, con la reestructuración de sus obligaciones”.(2) ¿Ve? Es imposible que yo la olvide; es imposible que yo me vaya -¿a dónde que no escuche hablar de ella?-; y sí, por donde quiera que voy la miro… Una crisis económica de proporciones inimaginables que amenaza en convertirse en pandemia: “La crisis de la deuda soberana golpea ya a 12 de los 17 países del euro”.(3)

¿Quién gana con este sismo? Y me lo pregunto de esa manera porque ya sabemos quién pierde: pierde el ciudadano promedio; la gente común y corriente; personas como usted o como yo que en el mejor de los casos deben hacer un recorte brutal a su economía doméstica -e incluso deshacerse de algunos de los bienes que integran su patrimonio-; y en el peor, quedar en la inopia para sumarse a los millones de pobres que pueblan el planeta.

Ya. Pero, ¿quién gana? ¿Verdaderamente quién gana? Ganan los acreedores, por supuesto; porque de lejos se ve que la salida es quebrar o reestructurar la deuda pero nunca negarse a pagar. Obviamente, ganan los políticos corruptos, quienes pueden saquear un Partido, un Estado, un país sin temor a represalias de ningún tipo. Ganan los poseedores de enormes capitales cuya actividad primordial no es crear oportunidades de inversión o de empleo ni generar o producir riquezas, sino, lisa y llanamente, especular en los mercados de todo tipo, merced a información y conocimientos privilegiados.

Hay una anécdota (no se trata de una leyenda), atribuible a Nathan Rothschild y la batalla de Waterloo: se dice que al alba del día posterior al famoso enfrentamiento, antes que ninguna otra persona conociera su resultado, se apersonó en la Bolsa de Londres junto con sus operadores, quienes empezaron a vender todas sus acciones en bienes extranjeros de Inglaterra; como es natural, su precio comenzó a bajar, primero de manera lenta, luego ya sin ningún control.

Paulatinamente, los demás inversionistas habían llegado a la conclusión de que Rothschild conocía el resultado del enfrentamiento y el valor de sus bienes en el extranjero se desplomaría, dado que Inglaterra había perdido la batalla; por ello, había que vender las acciones, en lo que fuera, para tratar de salvar un poco de dinero. El precio de las acciones cayó en picada. No obstante, en determinado momento, a una señal de Nathan Rothschild, sus operadores empezaron a comprar… En un instante, compraron todas las acciones que pudieron, a precios ridículos; en ese momento llegaron los primeros mensajeros con el informe de que Wellington había ganado y Napoleón había sido derrotado; las acciones no sólo recuperaron su valor inicial, sino que lo superaron con creces… ese día, los Rothschild eran veinte veces más ricos que cuando se levantaron al amanecer.(4)

Ése es el mejor ejemplo de lo que ocurrió a la economía internacional en los últimos años; una especulación feroz, alentada desde las cúpulas financieras internacionales; sin ninguna ética, sin ningún escrúpulo, sin ningún recato ni circunspección; sólo un apetito voraz e implacable que no repara en los estragos que produce. Un sistema que pervierte los valores indispensables de la vida en sociedad, corrompe las nociones indispensables para convivir y confunde la inteligencia con la astucia, el provecho con el lucro desmedido, la buena fe con la estupidez, el comercio con la especulación y el fraude.

La respuesta a ese estado de cosas, tímida si se quiere, desarticulada, inconexa, ha sido el movimiento de los llamados: “Indignados”, que estalló en España, Francia y Grecia; e incluso, la rebelión de la “Primavera Árabe” en Túnez, Egipto y Yemen; en todos los casos, se trata de jóvenes que intentan generar un cambio. No obstante, sería un error creer que se trata de movimientos gratuitos o marginales, en lo absoluto. Es la expresión tangencial de una sociedad en crisis, agobiada desde todos los flancos, por una economía globalizada que no atiende a consideración alguna que no sea la utilidad exorbitante, que no se pueda expresar en guarismos, en pesos y centavos o, para el caso, en dólares y céntimos.

En esta fecha tan revolucionaria, sería bueno que los mexicanos nos uniéramos, aunque usted no esté desempleada ni desempleado, ni haya perdido su casa o automóvil, para exigir del Gobierno -y sobre todo de los grandes empresarios, empezando por los bancos- tasas de interés más moderadas, tarifas razonables, programación televisiva inteligente, una distribución de la riqueza (vía pago de utilidades) más equitativa, etc. “El que mucho abarca poco aprieta”, dice la conseja popular, ahí están el twitter, el Facebook, el Messenger, empecemos una Revolución ciudadana en nichos específicos: La televisión, la telefonía celular, la banca, los partidos políticos, la educación, para proteger nuestros intereses como ciudadanos, usuarios, clientes, consumidores, padres de familia o afiliados.

Es a partir de nuestra apatía, desinterés, ignorancia, dejadez o indolencia que ocurre lo que ocurre; y si no podemos quejarnos de todo, por todo y contra todo, sí podemos, en cambio, enfocarnos en aquello que nos interesa en lo inmediato, en lo cotidiano o en lo individual. Hagamos una revolución rabiosamente pacífica; organicémonos por sectores, por estratos, por gremios, por regiones, para exigir un cambio en todo aquello que nos afecta, que nos duele, que nos impacta negativamente.

Por cierto, en la actualidad, el Sistema de Reserva Federal de los Estados Unidos está integrado, entre otros, por los presidentes de los 12 bancos principales (privados) en aquel país.

Notas
1).- “I believe that banking institutions are more dangerous to our liberties than standing armies. If the American people ever allow private banks to control the issue of their currency, first by inflation, then by deflation, the banks and corporations that will grow up around [the banks] will deprive the people of all property until their children wake-up homeless on the continent their fathers conquered. The issuing power should be taken from the banks and restored to the people, to whom it properly belongs”. Visible en el sitio: http://www.quotationspage.com/quote/37700.html Consultado el 18 de noviembre de 2011.
2).- Visible en el sitio: http://eleconomista.com.mx/economia-global/2011/11/15/irlanda-portugal-gran-riesgo-como-grecia Consultado el 18 de noviembre de 2011.
3).- Visible en el sitio: http://www.elpais.com/articulo/economia/crisis/deuda/soberana/golpea/paises/euro/elpepieco/20111116elpepieco_2/Tes
Consultado el 18 de noviembre de 2011.
4).- Usted teclee en Google: “Nathan Rothschild London England battle Waterloo” (sin comillas) y le aparecerán más de 18 millones de entradas.

luvimo6608@gmail.com

¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 
15diario.com