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ESPERO
Ileana Cepeda
Siempre he soñado que de pronto llega un hada madrina; que encuentro una varita mágica o que tengo el poder de detener el tiempo; que de pronto, todo quede quieto mientras transito libremente por las calles sola y veo a la gente congelada (como en el juego de congelado y cerillo). Ahora espero la varita mágica con más fuerzas que nunca, espero encontrarla, que me lleve a ti y aunque sé que no pasará, eso me detiene el aliento y mantiene la esperanza de que algún día sucederá, podré oler tu alma y beberme tu cuerpo.
Que la maldad espere
La maldad entra en ella junto a su cabello, se acomoda en sus sienes. Recorre la cabeza rodeando cada porción. Baja lentamente por el cuello. Se detiene en sus venas, entra en ellas. Sale por su pecho y lo salpica de color. Baja por la cintura, la rodea dando infinidad de círculos. Hormiguea en tus piernas. Descansa en tus pies, y la tomas con tus manos, la aprietas fuerte, la asfixias, se te escapa de las manos, la recorres por tus dedos, juegas con ella, la llevas a tu lengua y la tragas con fuerza. Ahora vive dentro de ti, cuando vayas a usarla aprieta el gatillo con fuerza.
En tu bondad
La bondad se esconde entre tu piel y las máscaras que cambias día a día; sube por tus antenas de colores, explota en los globos que inflas con tu boca y sostienes con tus manos, la bondad lleva tu sonrisa y tu mueca. Salta en tus rodillas, ronda en las coplas que cantas y le detienes en el aliento. La bondad se escribe en ruso y pocos la perciben cuando aparece explotando frente a tus ojos.
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