TOMOCHIC,
FANATISMO RELIGIOSO
Alberto Villegas C.

La novela de Heriberto Frías Tomochic plantea una lucha entre la gente de este pueblo, en la serranía como a 60 leguas de Chihuahua, contra el ejército de Porfirio Díaz, el Noveno Batallón. Novela de folletín que se considera precursora de la Revolución, aparece en el periódico El Demócrata en 1893, por capítulos cada vez más amplios, con nuevos pasajes y personajes. Novela realista que pinta las crueldades de un gobierno que se ensaña con un pobre rancho de 113 hombres que resisten una serie de ataques por parte del ejército. Comunidad olvidada de la mano de la justicia civil y divina, gente fanática que profesó una religión basada en la Santa de Cabora. Papa Máximo y San José que les enseñaron una religión y a vivir en contra del gobierno de Porfirio Díaz.  Nos dicen en la novela, que ya hubo un enfrentamiento: “el 2 de septiembre de 1892 cuando intentó atacar el general Rangel” (p. 9). Las fuerzas de Díaz se rehacen para atacar de nuevo a los tomoches. Todo mundo habla de ellos: “¡Son valientes…hombres…no se puede negar! Palabra de honor, yo creí que eran papas…pero son, sí muy valientes…parecen venados, ¡Viva el poder de Dios y mueran los pelones” (p. 2).

La novela tiene un fondo de fanatismo religioso que los críticos no tocan, le dan más importancia a lo revolucionario que a lo religioso. El problema de Tomochic se ventila en la iglesia del lugar porque el sacerdote niega que el pueblo invoque y crea en el fanatismo religioso de la Santa de Cabora, narren los milagros y maravillas de esta Niña, porque hacía verdaderas curaciones en mucha gente nerviosa:”Les aseguraba que no era Santa que sólo bendecía al Señor por aquella gracia que la otorgaba las veces” (p. 23).  Realmente el conflicto surge a raíz de que en el pueblo de Tomochic no obedecen a las autoridades eclesiásticas y la Autoridad Civil los declara revoltosos y disidentes del Gobierno.  Ahí creen en los milagros que hace la Niña de Cabora. Dicen que al que convirtió  fue a  Cruz Carranza: “En la crisis de aquella exaltación religiosa fue contagiado el viejo en Cusihuiriachic; abandonó sus tierras y su mujer y se lanzó a Cabora, donde la niña Teresa de Cabora le curó de un tumor y le dijo sonriendo, que se parecía a San José” (p, 25). “…después les predicaba una extraña religión, especie de catolicismo cismático que desconocía al Clero, mezclado con  extravagantes ideas de santidad, propias de un estado inculto y de una ignorancia completa, candorosa y terrible” (p. 9). Gente cercana a Teresa Urrea divulgó que sí era el Señor San José y Chávez el líder político del pueblo  se la creyó. Cruz Carranza pretendiéndose San José, en su locura, regala a su esposa e hija a su hermano Bernardo, los declara esposos y él a sí mismo Padre de la Santísima Trinidad.

El fanatismo iba más allá, cuando se aprestaban a atacar al Ejército:”-Hijos míos: Yo, ”Cruz de Tomochic”, Papa Máximo de Chihuahua y de Sonora, en el nombre del “gran poder de Dios”, os ordeno que matéis sólo a los jefes de los “pelones” hijos de Satanás. ¡Benditas sean las armas que guerrean contra los soldados del Infierno!” (pp. 30-31).  El objetivo de la novela se nota en esta cita: “Están bajo una obsesión imbécil…¿quién los sugestiona…? Desconocen toda autoridad. ¡Hay que acabar con ellos…! Será cruel pero necesario: Suprimirlos” (p.5).

A medida que leemos encontramos pasajes de fanatismo religioso: “…quesque Teresita mesma bendice las carabinas…” (p.12). También se comenta que el teniente coronel José M. Ramírez cuando cayó preso por los tomoches: “había hablado a Cruz Chávez que arrodillándose ante la Santa de Cabora y permaneciendo en oración días enteros, había hecho el milagro de convertirlo y que fue puesto en liberad para que pregonara el hecho” (pp 13-14). “¡Tendrán  “santos vivos” y, carabina en mano, pasearán por  todo Chihuahua su doctrina, sin más gobierno que el de Dios, ni más leyes que las de su Divina Majestad!”(p.25).

El fanatismo religioso profesado por lo tomoches fue la causa principal de su hundimiento. Seguir el camino religioso marcado por Cruz Carranza los llevó a resistir estoicamente el sitio que les tendió el ejército de Porfirio Díaz. Acción cruenta y sanguinaria por parte del Ejército para acallar la libertad de un pueblo que no conocía al gobierno ni a las autoridades civiles, militares y religiosas.

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