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981 27 Enero 2012

ANÁLISIS A FONDO
Foro lujurioso en la montaña del mundo
Francisco Gómez Maza

El mundo, en manos de los poderosos
Los trabajadores, excluidos del banquete

C
iudad de México.-
Líderes empresariales, líderes políticos internacionales, representantes de academias, de organizaciones no gubernamentales muy exclusivas, líderes religiosos del alto clero y ejecutivos de los más influyentes medios de comunicación, así como periodistas e intelectuales muy selectos, sólo ellos, están reunidos en el exclusivísimo centro turístico alpino de Davos, Suiza, para analizar los problemas más apremiantes que enfrenta el mundo, pero sólo desde su perspectiva, desde el punto de vista de los poderosos de este mundo. Los representantes de los trabajadores, de la mano de obra, están excluidos. Los “grandes” deciden por estos.

Los participantes en la Asamblea Anual del Foro Económico Mundial (World Economic Forum, WEF), que se reúne cada año a finales de enero en la lujuriosa localidad suiza, discuten temas vitales para la economía mundial, vista con los ojos de la empresa globalizada, gracias al financiamiento que los organizadores de la reunión reciben de un centenar de empresas globales, cuya facturación no sea menor a los cinco mil millones de dólares por cabeza.

Las empresas que financian al WEF  son industriales de las clases más privilegiadas de los países ricos, que juegan un papel de liderazgo. Los asociados industriales son representativos –las empresas insignia- de sectores como la construcción, la aviación, la tecnología, el turismo, los alimentos y bebidas, la ingeniería y los servicios financieros.

Desde 2005, cada empresa miembro del WEF abona un arancel anual básico por membresía de 42, 500 francos suizos y un arancel anual por asamblea de 18, 000, para pagar la participación de su Director Ejecutivo. Los asociados industriales y estratégicos pagan 250,000 y 500,000 francos, respectivamente, lo que les permite tener una función más destacada en las iniciativas del Foro.

La participación en la Asamblea de Davos es exclusivamente por invitación, ya sea para tener una intervención o como simples oyentes. Asisten por lo menos 2000 personalidades con derecho a estar en unas 200 sesiones oficiales. Medio millar de  periodistas selectos de los medios impresos, la radio y la televisión y los medios on line participan para la cobertura informativa de las actividades del Foro.

El Foro, fundado en 1971 por el profesor de economía Klaus M. Schawab, de nacionalidad suiza, es una fundación asentada en la ciudad de Ginebra, más conocido por su asamblea anual en Davos. Organiza también la “Asamblea Anual de Nuevos Campeones” en Chipa y una serie de asambleas regionales durante el año. Además de las asambleas, el Foro produce una serie de informes de investigación e involucra a sus miembros en iniciativas específicas de cada sector.

En este escenario, muy resumido, han participado líderes empresariales, políticos y gobernantes mexicanos. Lo más granado de un país subdesarrollado como México entre la crema y nata del mundo.

Los mexicanos más relevantes en la asamblea que se reúne en estos días y que concluirá el próximo 29 de enero son el señor Felipe Calderón y el candidato del PRI a la presidencia de la república, Enrique Peña Nieto.

En una de las mesas de trabajo del foro, Peña Nieto acaba de presentar su “plan económico”, que pondría en práctica en caso de ser “elegido” presidente de México. Una participación más que productiva para los mexicanos, emblemática para el candidato priísta, que podría redituarle un incremento de su popularidad, principalmente entre los sectores empresariales mexicanos, muchos de los cuales han expresado su deseo de que el PRI retome el mando del país, decepcionados de los fallidos resultados de sus aliados naturales, los gobernantes emanados del Partido de Acción Nacional –su aliado de clase-, particularmente el gobierno fallido del señor Calderón.

El Foro Económico Mundial no puede aportar mejores alternativas para detener la crisis del capitalismo. No puede. Es un punto de vista sesgado. Sólo los ideólogos del neoliberalismo participan en él. Y menos del capitalismo ramplón que los gobiernos neoliberales, tanto priístas como panistas, han puesto en práctica en México. Los trabajadores, empleados, subempleados o desempleados, no recibirán ni una migaja de las conclusiones a las que lleguen los grandes capitanes de la economía mundial y menos de los capitalistas mexicanos –grandes empresarios, líderes políticos, gobernantes– que participan en la multicitada asamblea de Los Alpes.

En pocas palabras, a lo que fueron a Davos tanto Peña Nieto como Calderón es a “echar imagen”. Calderón, en un intento de mejorar su deteriorada imagen de presidente de la violencia. Peña Nieto, en un intento por forjarse como el único imprescindible, ante un panismo en retirada y una izquierda que no acaba de configurarse como izquierda progresista y que, para lograr el poder político, viene congraciándose con los grandes empresarios, que no con los medianos y menos con los pequeños.

analisisafondo@cablevision.net.mx

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