Partió Mauro
Héctor Franco Sáenz

Monterrey.- Como todas las cosas dolorosas en la vida, la información de momento nos sorprendió como un balde de agua fría: murió el maestro Mauro Saldaña.

Quienes conocimos a José Mauro Saldaña Quiñones, su nombre completo, la información fue sumamente dolorosa, era una persona muy afable, honesta, atenta, comprometida con las mejores causas que para todos tenía siempre una sonrisa, nunca nos tocó verlo molesto o enojado, aun en momentos difíciles sabía mantener la calma, dispuesto siempre a ayudar.

Me tocó conocerlo en la Facultad de Filosofía y Letras, a donde llegó para estudiar la nueva carrera de Sociología en 1974, después de una cauda de participación política al lado de los grupos de izquierda; famosa fue su actividad que llevó a la toma de la Rectoría contra el “coronel” y la “ley Elizondo”, era en sí una persona con experiencia que habría de utilizar para orientar las acciones de sus compañeros.

Mauro tuvo una destacada participación en las actividades del Colegio de Sociología, como parte de la primera generación de sociólogos, generación valiosa en calidad y en cantidad: alrededor de cincuenta estudiantes con una composición muy diversa, muchos de ellos ya adultos, quienes después de incursionar en el conocimiento en distintas áreas, llegaron a la búsqueda de nuevas perspectivas.

Dirigentes sociales, sacerdotes, obreros, empleados, profesores, otro tipo de profesionistas y jóvenes que apenas llegaban a las aulas universitarias, representaron en sí la gran riqueza de esta generación en la que Mauro se distinguió como un estudiante crítico y una puntual participación en los debates, como en esos tiempos era costumbre ante cualquier diferencia.

Mauro hizo de la Facultad de Agronomía su centro fundamental para la enseñanza de su profesión, brindando a los futuros agrónomos la perspectiva sociológica tan necesaria en todas las áreas del quehacer humano. Ocupó cargos directivos en diferentes ocasiones, siempre impulsando a los jóvenes a quienes ayudaba a resolver sus problemas.

Para todos siempre tenía una sonrisa y anteponía el diálogo ante cualquier diferencia de carácter político. Ante su partida quedará un vacío, no sólo en la Facultad a la que entregó su vida, sino también entre todos sus amigos, una amistad que forjó con su manera de ser. Este invierno será más frío, para Paty, así como para todos sus seres queridos que sentiremos su ausencia.